Pedro Luis Uriarte
Mientras la ciencia se debate entre la fisi¨®n y la fusi¨®n del ¨¢tomo, la ciudadan¨ªa ya sabe los efectos salv¨ªficos de lo segundo y la condici¨®n perecedera de lo primero. La fusi¨®n, se quiera o no, es un asunto bancario. Cada vez que dos bancos se unen, la trascendencia social del acontecimiento supera con creces cualquier otro emparentamiento (ya sea social, econ¨®mico o pol¨ªtico). Y en casos como esos, la figura de Pedro Luis Uriarte (Bilbao, 56 a?os) resurge y crece, se hace popular, se reconoce en cuanto el BBV anda de por medio. Oficialmente, para el com¨²n de los mortales, Pedro Luis Uriarte es el experto en fusiones. Algo tiene que ver en ello el sentido com¨²n de la ciudadan¨ªa. Si un banco es un edificio alto con el don de la ubicuidad elevado a la en¨¦sima potencia, donde cada quisque guarda sus ahorros y acude en busca de pr¨¦stamos para su presente que ir¨¢ pagando en su inmediato futuro, la uni¨®n de dos bancos se pierde en la estratosfera. Quien cosa el nuevo traje debe ser, necesariamente, sastre y maquinista a la vez, que ya se sabe que los asuntos del dinero tienen esa fragilidad que demuestran las cosas potentes (algo as¨ª como los m¨²sculos de los deportistas).Y Pedro Luis Uriarte la ha cosido en dos ocasiones (BB-BV, BBV-Argentaria), con una sola arruga en el traje cuando se frustr¨® la primera fusi¨®n con Banesto, que a la postre dej¨® a esta entidad en manos de Mario Conde. Una mala tarde la tiene cualquiera y si Pedro Luis Uriarte es el experto mu?idor de las fusiones, y la competencia de las mismas se reparte entre m¨¢s familias y activos bancarios, cabe restarle tambi¨¦n una parte de aquel fracaso y respetarle el que le pudiera competer.
Su tr¨¢nsito personal respeta una l¨®gica tradicional en el pa¨ªs. Licenciado en Econ¨®micas y Derecho por la Universidad de Deusto, ingres¨® en 1973 en el Banco de Bilbao y en 1980 era nombrado consejero de Econom¨ªa y Hacienda del Gobierno vasco, a las ¨®rdenes del lehendakari Carlos Garaikoetxea. De entrada, le toc¨® mu?ir tambi¨¦n otro aspecto complicado, el Concierto Econ¨®mico, asunto ya situado en la galaxia m¨¢s irreconocible para el ciudadano medio, pero sobre el que se soporta la autonom¨ªa financiera de la comunidad aut¨®noma vasca.
Con ambos precedentes, Concierto Econ¨®mico y fusiones bancarias, parece razonable su gusto por el reto permanente y su disgusto por la monoton¨ªa. Algo que no disfruta ni f¨ªsicamente (vive en Bilbao, Madrid, San Sebasti¨¢n, Nueva York, Londres...) ni profesionalmente. Su prolongada carrera, jalonada por ascensos que le han conducido hasta convertirse en el n¨²mero dos del BBV y del nuevo BBVA, dif¨ªcilmente le permiten testimoniar la rutina cotidiana de ver nacer y morir los d¨ªas.
Sus amaneceres son otros. Pedro Luis Uriarte es un conductor de ejecutivos, el intermediario entre las familias y los gestores, el eslab¨®n ideal en un mundo que busca imperiosamente la perfecci¨®n. Algo as¨ª como el p¨¢lpito del n¨²mero, fr¨ªo por naturaleza.
Con guante de seda
En su manual profesional afirma Pedro Luis Uriarte que figuran, en primer lugar, las personas, junto a la definici¨®n clara (y a ser posible, clarividente) de los objetivos y los enemigos de cada acci¨®n. Una especie de manique¨ªsmo funcional tratado con guante de seda.
Porque el n¨²mero dos del nuevo BBVA cultiva por igual los buenos modales que la energ¨ªa profesional. Se conocen tanto sus intervenciones fogosas en la explicaci¨®n de los hechos como sus buenas maneras (algo que no pierde ni en los momentos m¨¢s estrictos y rugosos).
Si no fuera por las fusiones (siempre esplendorosas, cuando de bancos se trata), Pedro Luis Uriarte quiz¨¢ hubiera cubierto su cuota de popularidad en los cuatro a?os en que habit¨® en la sede gubernamental de Lakua negociando algo tan importante y difuso como el Concierto y poniendo las bases econ¨®micas de la comunidad aut¨®noma.
Y, sin embargo, su carrera tampoco se hubiera detenido por ello. Tarde o temprano, hubiera sido el hombre de confianza de Emilio Ybarra por el buen manejo de las tripas bancarias, su infatigabilidad y su discreci¨®n, la trinidad de la eficacia. En espera de nuevas fusiones, Pedro Luis Uriarte dif¨ªcilmente se tomar¨¢ un respiro (la expansi¨®n suramericana es otra de sus tareas). Si acaso en Bilbao o San Sebasti¨¢n, dos ciudades unidas por v¨ªnculo conyugal.
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