Menos rueda y m¨¢s suela
A los dos a?os del despliegue de los Mossos d"Esquadra en Girona, el modelo policial, lejos de haber demostrado su eficacia, es fuente de controversias. M¨¢s all¨¢ de las fr¨ªas estad¨ªsticas de eficiencia policial, crece la convicci¨®n de que el cuerpo debe incrementar la imbricaci¨®n con la poblaci¨®n y redistribuirse mejor en las zonas no urbanas. Los Mossos han demostrado eficacia en la represi¨®n del delito, pero tienen pendiente la asignatura de la prevenci¨®n: toda medida en este sentido pasa por un profundo conocimiento del territorio y de sus gentes. Se impone gastar menos rueda y m¨¢s suela.El sistema radial, en entredicho
El director de Seguridad Ciudadana, Xavier Martorell, ha asegurado que no se puede poner una comisar¨ªa en cada uno de los 986 municipios de Catalu?a. La respuesta pretend¨ªa rebatir las demandas de mayor presencia policial por parte de los alcaldes de la Selva. El sistema radial, con pocas comisar¨ªas y muchas horas de patrullaje al volante, est¨¢ en entredicho. La sensaci¨®n de protecci¨®n disminuye en relaci¨®n con la distancia de la comisar¨ªa y se desvanece en los pueblos alejados.
Con los mapas en la guantera
M¨¢s de un ciudadano se ha arrepentido de preguntar por determinada calle a un mosso. Pero su desconocimiento del callejero no frenar¨¢ su voluntad de servicio y recurrir¨¢ a una diligente b¨²squeda en un mapa detallado. El despliegue no fomenta la continuidad y en Girona hay una gran mayor¨ªa de agentes del ¨¢rea de Barcelona que acabar¨¢n pidiendo el traslado. El arraigo, columna del conocimiento, s¨®lo se conseguir¨¢ con a?os.
Manchas negras
Las actuaciones ilegales de algunos agentes han manchado lo que naci¨® como una polic¨ªa impoluta. Amnist¨ªa Internacional ha incluido en su ¨²ltimo informe el caso del s¨²bdito marroqu¨ª que fue golpeado en la comisar¨ªa de Roses. Algunas ONG han denunciado el exceso de presi¨®n sobre los sin papeles. Colectivos profesionales que trabajan junto a los mossos denuncian casos de prepotencia. El grupo de asuntos internos, demasiado duro seg¨²n los sindicatos policiales, intenta dar con las manzanas podridas del cuerpo.
Codazos competenciales
No son una rara excepci¨®n los casos en que los Mossos rivalizan con otras polic¨ªas para hacerse con el m¨¦rito de la resoluci¨®n de un caso. Lejos de afinar la colaboraci¨®n, durante los dos a?os de despliegue se han dado situaciones casi grotescas entre los Mossos, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, aunque ninguno de los tres cuerpos est¨¢ libre de culpa. La difusa delimitaci¨®n de algunas competencias y el solapamiento de agentes sobre el territorio contribuyen a alimentar estos problemas. Poco a poco, los mossos han asimilado que las polic¨ªas locales constituyen valiosos aliados en la represi¨®n de la delincuencia y proliferan los documentos de colaboraci¨®n municipales.
Agentes con t¨ªtulo
La implantaci¨®n de los Mossos ha venido acompa?ada de una dignificaci¨®n del servidor de la ley, revestido de un aura de modernidad de la que carec¨ªa el resto de cuerpos. Es indudable que la extracci¨®n social y educativa de los nuevos agentes tiene poco que ver con la que ha venido nutriendo las fuerzas del orden. Son cada vez m¨¢s los licenciados universitarios que acaban vistiendo el uniforme. La Generalitat no escatima en propaganda sobre el cuerpo e intenta mantener al alza las solicitudes para escoger los m¨¢s de 700 j¨®venes que la Escuela de Polic¨ªa de Mollet debe convertir en polic¨ªas todos los a?os.
Los n¨²meros del despliegue
Los sindicatos policiales mantienen que se est¨¢ acelerando el proceso de despliegue y que la Escuela de Polic¨ªa no puede dar abasto para cubrir las nuevas comarcas. Los sindicatos, adem¨¢s de mejoras laborales, piden una redefinici¨®n de la actual cobertura en algunas comarcas de Girona, que consideran deficiente.
Directrices centralizadas
Los municipios sin polic¨ªas locales, que son los que en mayor medida dependen de la seguridad que les brindan los mossos, lamentan que todas las decisiones las centralice la direcci¨®n de Seguridad Ciudadana, que no conoce la problem¨¢tica real del territorio. Eso comporta, en su opini¨®n, que los criterios pol¨ªticos se impongan a los del servicio. Muchos alcaldes mantienen que sus demandas caen en el saco roto de la delegaci¨®n de la Generalitat o de los mandos zonales.
La odiosa comparaci¨®n
No son ni mejores ni peores que la Guardia Civil. Son, sencillamente, diferentes. Esta es la respuesta can¨®nica, con ligeras variantes, que los jefes de los Mossos utilizan para no tener que entrar en la odiosa comparaci¨®n. En la calle hay respuestas para todos los gustos. El cambio m¨¢s evidente y palpable es el uso del catal¨¢n en todas sus tareas cotidianas y en los informes policiales. M¨¢s all¨¢ de si los representantes de tr¨¢fico ponen m¨¢s o menos multas, en estos primeros a?os los mossos han hecho gala de un exquisito trato con el ciudadano, aunque no exento de episodios de prepotencia. En los pueblos que se han quedado sin Guardia Civil, muchos echan en falta el trato cotidiano con los encargados del orden. "A los otros les trat¨¢bamos de t¨², ahora pasan en coche y s¨®lo se detienen si hay un fregado".
Transparencia limitada
La creaci¨®n de la Oficina del Portavoz, que difunde la informaci¨®n de las actuaciones de los mossos a la prensa, ejemplifica la voluntad de transparencia informativa que debe guiar cualquier polic¨ªa moderna, pero tambi¨¦n la inevitable mediatizaci¨®n que se ejerce desde las altas esferas pol¨ªticas. En los casos recientes de agresiones a s¨²bditos gambianos en Banyoles, las informaciones policiales se afanaban tanto como la Administraci¨®n en convertirlas en simples gamberradas y vaciarlas de su incontestable carga racista. A la hora de difundir informaciones delicadas, los polic¨ªas reciclados como periodistas adoptan la c¨®moda precauci¨®n de pecar antes por defecto que por exceso.
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