La Europa de Haider y Blocher
No ha transcurrido un a?o del alegre bautismo del euro, la moneda que deber¨ªa unir a los europeos, cuando ya el eco triunfal se ha disipado en una atm¨®sfera de rencores nacionalistas, de particularismos, de racismos poco enmascarados. Se dec¨ªa que la moneda ¨²nica coronar¨ªa la uni¨®n econ¨®mica y nos proyectar¨ªa hacia la unidad pol¨ªtica. Seguimos esperando y la llegada de Prodi a la cabeza de la Comisi¨®n Europea nos reconforta. Constatamos, sin embargo, la galopante regresi¨®n hacia la Europa de las peque?as patrias. (...)Primero, el ¨¦xito anunciado de Joerg Haider en Austria, saludado con simpat¨ªa por el l¨ªder b¨¢varo Edmund Stoiber; despu¨¦s, la imprevista afirmaci¨®n de Christoph Blocher en Suiza. (...)
Est¨¢ de moda (...) el "populismo", categor¨ªa imprecisa que comprende de todo, desde los neonazis a los regionalistas exagerados, de los antipol¨ªticos a los xen¨®fobos. Demasiado vago. Y demasiado simple. Convendr¨ªa admitir que, diez a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, el sue?o de la unidad pol¨ªtica del continente (...) ha naufragado. Y no s¨®lo eso: desde los Balcanes al C¨¢ucaso, la guerra ha vuelto a devastar el suelo europeo. (...) El "populismo" no es la causa del euroescepticismo o de la eurofobia. En el peor de los casos es el efecto de la falta de un proyecto geopol¨ªtico para Europa. Pero antes de que el ideal de Europa sea definitivamente sepultado, merecer¨ªa la pena tom¨¢rselo en serio por lo que sus padres hubieran querido que fuera: un gran Estado europeo destinado a ensamblar la democracia y la tolerancia. (...)
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