Quince millones
Creo recordar que quince millones era, en la d¨¦cada de los cincuenta, el primer premio de la loter¨ªa de navidad, el gordo. Quince millones es el precio actual de un piso, m¨¢s o menos modesto seg¨²n de qu¨¦ zona o ciudad hablemos. Quince millones es el sueldo anual de uno de los tantos directores generales que tenemos. Por ello, y por m¨¢s datos comparativos que pod¨ªamos seguir dando, pagar quince millones por una noche en la suite del hotel m¨¢s lujoso de Roma es por lo menos un insulto a la mitad de este mundo que se nos muere de hambre.En el telediario de nuestra TV en el que nos dieron esta noticia, aclaraban que el citado precio era s¨®lo para la noche de San Silvestre, y que ya estaba reservada por un sult¨¢n de un emirato de esos que se pierden en la geograf¨ªa. Otra reserva la ten¨ªa el presidente de un pa¨ªs suramericano, y otra, un popular actor estadounidense.
Al sult¨¢n nada tenemos que objetar, pues no le conocemos. Al actor, menos, pues sus sudores y carreras le cost¨® interpretar a Rambo. Pero al presidente del pa¨ªs suramericano, un pa¨ªs nada bollante, habr¨ªa que ponerle un voto de censura.
Los que tienen dinero deben gastarlo, pero a estos niveles no debieran pregonarlo, aunque el motivo sea entrar en el a?o 2000.- . .
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