Problemas comunes, soluciones locales

La jornada est¨¢ regulada en Espa?a por una norma ministerial del 29 de febrero de 1996 que se?ala que debe ser partida. Las comunidades aut¨®nomas con competencias pueden modificarla con otra norma, como han hecho Andaluc¨ªa y Canarias. Algunos casos aislados de cambio de jornada se han realizado con una autorizaci¨®n espec¨ªfica y otros de forma irregular. Un ejemplo es el de Toledo, donde se permiti¨® a los centros en 1996 tener jornada continua, pero se hizo de forma verbal.Diez de los 17 pa¨ªses de Europa citados en el informe Eurydice mantienen la jornada partida, 3 la tienen continua y otros 4 cuentan con diferentes modalidades. Pero los que la tienen continua garantizan que el ni?o pueda permanecer en el centro realizando actividades fuera del horario lectivo.

Seg¨²n el catedr¨¢tico de la Universidad Pompeu Fabra y experto en pol¨ªtica comparada de la educaci¨®n Francesc Pedr¨®, "es necesario organizar el tiempo en funci¨®n de las exigencias de cada nivel educativo y cualquier cambio debe ser el resultado de un estudio previo, que es precisamente lo que se est¨¢n planteando pa¨ªses como Francia o Italia".

En buena parte de los pa¨ªses europeos se est¨¢ debatiendo este tema y la principal preocupaci¨®n es averiguar cu¨¢l es el ritmo escolar y las pausas que m¨¢s convienen a los ni?os. Las reivindicaciones de cambio de jornada se deben producir a nivel local, explica Pedr¨®. "En este tema no es correcto comparar las tendencias de cada pa¨ªs. Los expertos de la mayor¨ªa de los pa¨ªses piensan que las soluciones se deben buscar en cada comunidad educativa local".