Escritores de ciencia-ficci¨®n rechazan que sea un g¨¦nero menor

Son unas cuantas decenas, entre los que abundan personas vinculadas a la Universidad y a la ciencia, algunos escritores o simples aficionados. Forman la Asociaci¨®n Espa?ola de Fantas¨ªa y Ciencia Ficci¨®n, que ayer clausur¨® en Santiago de Compostela su convenci¨®n anual, o Hispacon 99, un intento de "sacar de su reducto" a un g¨¦nero que ha producido obras maestras del cine y la literatura pero que en Espa?a est¨¢ considerado como un asunto menor e infantiloide. "Muchas veces nos confunden con seguidores de las ciencias ocultas o con una secta de locos", comenta entre sonrisas Juan Luis Pintos, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Santiago y fundador, hace s¨®lo un a?o, de la Asociaci¨®n Galega de Ciencia-Ficci¨®n. La literatura futurista y fant¨¢stica goza de una enorme popularidad y de un s¨®lido prestigio en Estados Unidos y otros pa¨ªses de Am¨¦rica como Argentina, dos de cuyos m¨¢s grandes escritores, Jorge Luis Borges -autor de un hermoso pr¨®logo a las Cr¨®nicas marcianas de Ray Bradbury- y Julio Cort¨¢zar, incluso se adentraron espor¨¢dicamente en el g¨¦nero.

En Espa?a, reconocen algunos de los asistentes al congreso, la ciencia-ficci¨®n se mueve todav¨ªa en "capillas". Con todo, Pintos destaca que se est¨¢n produciendo algunos cambios. Adem¨¢s de la ya veterana revista Gigamesh, Internet ha servido para poner en contacto a los aficionados y para dar a conocer relatos de nuevos escritores. A la editorial Minotauro, la abanderada del g¨¦nero, se han unido iniciativas de otros grupos mayores, como Ediciones B o Plaza y Jan¨¦s.

El Hispacon 99 ha contado con la presencia de escritores como Juan Miguel Aguilera, Javier Redal o Domingo Santos, y dibujantes de comics como Miguelanxo Prado.