En memoria de Rabin
El pr¨®ximo jueves, a las 21.40, sonar¨¢n las sirenas en todo Israel. El ruido de la alarma ser¨¢ mucho m¨¢s potente en Tel Aviv, donde se celebrar¨¢ una gran concentraci¨®n en el mismo lugar y a la misma hora donde hace cuatro a?os el primer ministro Isaac Rabin fue asesinado.La ceremonia estar¨¢ presidida por una enorme valla, llena de fotograf¨ªas e inscripciones que, a modo de homenaje, fueron escritas por los israel¨ªes en los d¨ªas que siguieron a su muerte. A su lado, otra muralla, limpia, espera nuevos escritos.
La conmemoraci¨®n llega precedida por el esc¨¢ndalo provocado por la traducci¨®n al hebreo de un pol¨¦mico libro sobre su muerte, ?Qui¨¦n mat¨® a Rabin?, obra de un escritor israelocanadiense, Barry Chamish, especializado en todo tipo de temas misteriosos.
Chamish plantea la hip¨®tesis de la conspiraci¨®n, asegurando que el asesinato no fue la obra de un loco aislado, sino fruto de una minuciosa operaci¨®n preparada desde la c¨²pula del poder. El autor sustenta la teor¨ªa de que el primer ministro fue rematado a bocajarro, en el pecho, cuando era trasladado al hospital.
La teor¨ªa de la conspiraci¨®n no es nueva, pero la forma irrespetuosa con la que ha tratado el tema llev¨® a un diputado laborista a pedir la retirada de la obra de las librer¨ªas.
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