La banca y la bolsa
Existe en la calle de Quevedo (antes Funeral), n¨²mero 2 de la ciudad de Valencia un conjunto arquitect¨®nico neocl¨¢sico, descuidado, en estado semirruinoso, de imposible visita, en desuso, abandonado a su suerte hasta que la incuria lo haga desaparecer para despersonalizar m¨¢s, si cabe, el panorama de la ciudad. Quien pierde el paisaje, tambi¨¦n pierde identidad.Se trata de una casa colegio e iglesia fundada por el arzobispo ilustrado y botiflerazo Andr¨¦s Mayoral en 1760, sobre el palacio de los Agramunt. Todo un testimonio de una ¨¦poca. Y, no se entiende que con tanto desilustrado museo de la Ilustraci¨®n no se incorpore al complejo macizo. All¨ª tuvieron su albergue los llamados por los valencianos "padres agonizantes": los padres camilos, hijos de san Camilo de Lelis, dedicados a los enfermos desahuciados. A principios del siglo XIX, ocup¨® la Confreria dels genovesos, disciplinantes fundados en mayo de 1487. En la cosmopolita rep¨²blica de mercaderes que era la Valencia del XV se dedicaban al comercio y a la banca ("Per a banc, el de la cuina"). Al suprimir la taula de canvis Felipe V, la gesti¨®n financiera fue asumida por los ligures, que se aclamaban a San Carlos (de Karl, "viril" en germ¨¢nico, el hijo mayor del dios escandinavo de la luz), el Borromeo familiar de nobles banqueros ("Qui a bon banc seu, bona ventura espera"), por parte de padre y de madre (una Medici), sobrin¨ªsimo (nipote) del papa P¨ªo IV, quien lo hizo cardenal, arzobispo de Mil¨¢n y secretario del estado vaticano a los 21 a?os. Hoy, fiesta de la unidad italiana, es la de san Carlos Borromeo, titular de la iglesia del Fumeral, abogado de la bolsa y la banca. Falta les hace, pues, seg¨²n Llull, ning¨²n banquero se pod¨ªa "salvar si no retia tot ?¨° que tenia en usurd", y, la palabra "usura" significaba, simplemente, "inter¨¦s".
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