La oposici¨®n guatemalteca acusa al partido oficialista de fraude electoral
La tranquilidad que ha rodeado la campa?a electoral en Guatemala salt¨® por los aires horas antes de que se abrieran las urnas, ayer domingo. El clima de los comicios, los primeros tras la firma de la paz, en 1996, se ha enrarecido por la guerra verbal entre los contendientes. El Frente Republicano Guatemalteco (FRG), favorito en las encuestas, ha pronosticado un fraude. El gubernamental Partido de Avanzada Nacional (PAN) lo acusa de ensuciar el proceso.
Los observadores insisten en la transparencia del sistema de c¨®mputo y llaman a mantener la calma. Los sondeos otorgan a Alfonso Portillo, candidato del FRG, partido fundado por el general golpista Efra¨ªn R¨ªos Montt, una intenci¨®n de voto que oscila entre el 37% y el 46%, diez puntos por delante del aspirante del PAN, el ex alcalde capitalino ?scar Berger.Los expertos no descartan que Portillo consiga incluso el 50% de los votos v¨¢lidos, necesarios para triunfar en esta primera vuelta, lo que ser¨ªa un hecho ins¨®lito en Guatemala. En contraste, apenas ocho de cada cien encuestados se mostraban dispuestos a votar por ?lvaro Colom, un empresario socialdem¨®crata que representa a la antigua guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y a dos peque?os partidos de izquierda.
La incertidumbre ante los resultados ha exacerbado los ¨¢nimos. La primera piedra la lanz¨® en v¨ªsperas de la votaci¨®n el FRG, que acus¨® al PAN de haber imprimido 500.000 papeletas falsas y de haber organizado una supuesta trama para provocar un fraude inform¨¢tico. Las acusaciones dieron pie a una investigaci¨®n de la Misi¨®n de Verificaci¨®n de las Naciones Unidas en Guatemala (Minugua), que el s¨¢bado hizo p¨²blica su conclusi¨®n: "No existen condiciones" para que se produzcan "incidentes en el sistema de c¨®mputo" que alteren los resultados de la votaci¨®n.
"El FRG quiere ensuciar un proceso que es cristalino, y puede hacer mucho da?o al sistema democr¨¢tico, al que tanto nos cost¨® llegar", indicaba el s¨¢bado H¨¦ctor Cifuentes, secretario general del PAN. La tensi¨®n entre los partidos contrastaba con el clima festivo que ayer se respiraba en los colegios electorales. Numerosas organizaciones sociales se han movilizado como nunca para combatir la abstenci¨®n, tradicionalmente muy elevada. Los efectos eran palpables desde temprano. A las ocho de la ma?ana, la Escuela Normal para Varones, uno de los principales centros de votaci¨®n de la capital guatemalteca, era un hervidero de veh¨ªculos y puestos de comida.
El imparable ascenso del FRG ha hecho saltar las alarmas de diversos sectores de la poblaci¨®n, para quienes el partido de R¨ªos Montt resucita el fantasma de una guerra de 36 a?os que dej¨® 200.000 muertos y desaparecidos. El general evang¨¦lico, que gobern¨® Guatemala entre 1982 y 1983, est¨¢ acusado de haber eliminado 400 aldeas ind¨ªgenas en su estrategia contra la guerrilla.
Sobre su candidato, el abogado Portillo, conocido como pollo ronco, pesa la sombra del homicidio de dos j¨®venes que cometi¨® en M¨¦xico en 1982, por el que estuvo pr¨®fugo de la justicia de aquel pa¨ªs hasta 1995, a?o en que prescribi¨® su delito. Numerosos intelectuales se llevan las manos a la cabeza ante la perspectiva de tener como diputado a "un genocida profesional" y como presidente a un "miserable mat¨®n". "Vamos a ser el hazmerre¨ªr del mundo", advert¨ªa Mario David Garc¨ªa, director de la revista La Cr¨®nica. "Los desaparecidos estar¨ªan horrorizados de ver esa ausencia de memoria colectiva de los guatemaltecos", clamaba Nineth Montenegro, veterana activista de derechos humanos y aspirante a diputada por la coalici¨®n de izquierda.
Ninguno de los llamamientos parece haber socavado la intenci¨®n de voto de la poblacion. Psic¨®logos y soci¨®logos se aprestan a buscar explicaciones: es el arraigo de la cultura de la violencia y del autoritarismo. Muchos de los que sufrieron la guerra lo justifican de otra forma: el general les llev¨® fusiles para protegerse, frijoles para comer, y planes agr¨ªcolas para trabajar. Con R¨ªos Montt, dicen, lleg¨® la tranquilidad a una poblaci¨®n que se sent¨ªa carne de ca?¨®n de un conflicto entre guerrilla y Ej¨¦rcito.
Respecto a Portillo, el esc¨¢ndalo del asesinato, que ¨¦l asegura que fue en defensa propia, ha reforzado su estampa de virilidad, explotada a base de vaqueros bien ce?idos, camisas de cuadros y botas camperas. De homicida, Portillo ha pasado a ser h¨¦roe.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.