La empresa de Bill Gates se atrinchera para disputar una larga batalla legal
Los expertos prev¨¦n una ca¨ªda del 10% en la cotizaci¨®n de Microsoft
Nunca en la corta historia del principal fabricante mundial de programas inform¨¢ticos, la evoluci¨®n de las acciones de Microsoft ha sido seguida con tanta atenci¨®n como lo va a ser hoy. Nadie espera un desplome irreparable, pero muchos dan por sentado que Wall Street reaccionar¨¢ con un descenso de las cotizaciones de Microsoft a la decisi¨®n judicial de considerar a esta firma un monopolio da?ino para la innovaci¨®n tecnol¨®gica y los consumidores.
Expertos citados ayer por The New York Times prev¨¦n una ca¨ªda global del 10% en los primeros d¨ªas de esa semana, lo que supondr¨ªa para los accionistas de Microsoft una p¨¦rdida de 47.000 millones de d¨®lares (7,379 billones de pesetas). A lo largo del a?o y medio que ha mediado entre la presentaci¨®n de la demanda contra Microsoft por parte del Gobierno de Estados Unidos y la decisi¨®n del juez Thomas Penfield Jackson de considerar probado que la empresa de Bill Gates es un "poder monopolista", las cosas le han ido muy bien al fabricante de Windows. Sus acciones no han cesado de subir, hasta el punto de que el ¨ªndice del Dow Jones acaba de incorporarlas al primer ¨ªndice burs¨¢til del planeta. Sus ¨²ltimos productos, Windows 98 y Office 2000, se han vendido como rosquillas. Pero una espada de Damocles pende ahora sobre Gates y los suyos: la de una fragmentaci¨®n de la empresa en "Baby Bills", semejante a las que sufrieron la petrolera Standard Oil y la telef¨®nica AT&T.Durante el pasado fin de semana, los mercados financieros alternativos ya han reflejado ese hecho, con una p¨¦rdida de 5 d¨®lares en la cotizaci¨®n de la acci¨®n de Microsoft, desde los 91?5 que val¨ªa antes del fallo del juez Jackson. Microsoft y el departamento de Justicia tienen unos tres meses para pactar una f¨®rmula que le evite al juez precisar que la empresa de Gates ha violado la ley antimonopolios Sherman, de 1890, y establecer una sanci¨®n.
Pero el mensaje de Microsoft ha sido poco conciliador a lo largo de este fin de semana. Gates ha exhibido durante un segundo la rama de olivo, para esconderla enseguida y declararse listo para "un largo proceso judicial". Steven Ballmer, amigo de la infancia de Gates y, en calidad de presidente de Microsoft, el hombre que le lleva el d¨ªa a d¨ªa de la empresa, insisti¨® ayer en la actitud beligerante. Ballmer cit¨® a su hijo Sam, de 7 a?os, para proclamar que Microsof "no ha hecho nada err¨®neo" y "va a apelar". Una apelaci¨®n a las decisiones finales que alcance el juez Jackson en los primeros meses del pr¨®ximo a?o llevar¨ªa el caso ante el Tribunal Supremo de EE UU y lo prolongar¨ªa hasta el 2002.
Convertido en portavoz de su amigo y su jefe Gates, Ballmer a?adi¨® que ya es imposible separar el navegador Explorer de Windows. Ese sistema instalado en el 85% de los ordenadores personales de todo el planeta ya es inconcebible si no act¨²a como "una gran plataforma para Internet", dijo. Gates tard¨® m¨¢s de lo que cab¨ªa imaginar en adivinar el futuro de Internet, pero cuando lo hizo se abalanz¨® sobre ¨¦l. De hecho, el juicio en su contra comenz¨® cuando Microsoft comenz¨® a regalar su navegador Explorer, hundiendo al de Netscape, que hasta entonces lideraba la exploraci¨®n del ciberespacio.
Gates, el hombre m¨¢s rico del planeta y el l¨ªder, ha recibido durante el pasado fin de semana el apoyo de muchos de los 33.000 empleados de Microsoft. Lo hicieron a trav¨¦s del correo electr¨®nico, que ya es en EE UU el principal m¨¦todo de comunicaci¨®n personal y empresarial. Se calcula que un cuarto de esos 33.000 empleados son millonarios merced a que obtienen parte de su retribuci¨®n en opciones sobre acciones de la compa?¨ªa fundada hace 24 a?os por Gates y Paul Allen.
Triunfo
Microsoft recibi¨® tambi¨¦n el calor del Gobernador, los parlamentarios y muchos habitantes del Estado noroccidental de Washington, donde se asienta la empresa y donde se celebrar¨¢ a finales de mes la cumbre de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio. Pero en muchos otros lugares de EE UU la noticia del varapalo judicial a Microsoft fue recibida con j¨²bilo. Desde el californiano Sillicom Valley, hist¨®rico centro de la industria inform¨¢tica, al ¨¢rea de ciudad de Washington, donde se asientan America Online y muchos de los nuevos l¨ªderes del sector, la declaraci¨®n de que la empresa de Gates es un monopolio fue vista como un triunfo de sus reivindicaciones."Estamos ante el primer paso en la larga marcha por abrir este mercado a la competencia", declar¨® James Barksdale, ex presidente de Netscape y uno de los principales testigos en el juicio contra Microsoft. "El juez Jackson", a?adi¨®, "ha dicho lo que siempre hemos dicho nosotros: que Microsoft ahoga la innovaci¨®n cuando procede de peque?os competidores y que eso es perjudicial para los consumidores". El futuro de Microsoft es oscuro.
Tradicionales aliados de Gates como los fabricantes de ordenadores Compaq y Dell empiezan a incorporar el sistema operativo Linux a sus productos y, adem¨¢s, ensayan una nueva generaci¨®n de m¨¢quinas que podr¨ªan prescindir de cualquier tipo de "software" de Microsoft. Sun Microsystem, eterno rival de Microsoft en la programaci¨®n, planea regalar procesadores de texto alternativos a los de Gates. Y Sun y America Online, el l¨ªder en el acceso a Internet, desarrollan aplicaciones inform¨¢ticas que pueden operar directamente desde la red. Mientras se nubla el futuro de la firma que hizo accesibles los ordenadores personales al com¨²n de los mortales, se libra ya el debate sobre si estamos o no entrando en una nueva fase de la era digital: la que prescindir¨¢ de esos artefactos. Pero Microsoft tiene s¨®lidas trincheras, empezando por unos recursos en efectivo de 19.000 millones de d¨®lares. Y por alianzas como la suscrita con AT&T para el desarrollo de conexiones a Internet de alta velocidad a trav¨¦s del cable televisivo.
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