ELA esgrime su caja de resistencia para anunciar una negociaci¨®n colectiva muy reivindicativa
ELA ha marcado ya las l¨ªneas maestras de la negociaci¨®n colectiva para el a?o 2000. La central nacionalista, mayoritaria en el Pa¨ªs Vasco y con una fuerta implantaci¨®n en Navarra, invoc¨® ayer en Bilbao un reforzamiento de su caja de resistencia para anunciar una postura fuertemente reivindicativa, con el objetivo de "exigir y presionar" a la patronal a la hora de conseguir "buenos acuerdos" para los trabajadores. La jornada de 35 horas, supresi¨®n de las horas extraordinarias y subidas salarias que sumen a la inflaci¨®n los aumentos de productivdad, centrar¨¢n la discusi¨®n.
Jos¨¦ Elorrieta, m¨¢ximo responsable de ELA, fue tajante en sus manifestaciones. "Los buenos momentos que ha atravesado la econom¨ªa vasca en los ¨²ltimos a?os no se han trasladado a los trabajadores. Por lo tanto, tenemos que mantener la tensi¨®n para conseguir una buena negociaci¨®n colectiva en el 2000" asegur¨®. Los cimientos para "soportar un conflicto" si no hay un acuerdo con la patronal ya han fraguado. ELA, uno de los pocos sindicatos que cuenta con caja de resistencia, ha anunciado que va a utilizar y potenciar este instrumento de apoyo econ¨®mico a sus afiliados en las huelgas para sostener una postura reivindicativa en los convenios. "No se puede aguantar una huelga sin una caja de resistencia", dijo Elorrieta para apoyar su tesis. "Estamos mentalizados para el conflicto, y su soluci¨®n depender¨¢ de la patronal", agreg¨®. La discusi¨®n en la negociaci¨®n colectiva con la patronal se centrar¨¢, seg¨²n ELA, en la exigencia de subidas salariales reales (suma de la inflaci¨®n y del aumento de la productividad en cada empresa o sector), aunque el sindicato rehus¨® adelantar una cifra en la que basar¨¢ su propuesta de negociaci¨®n. Igualmente, reivindicar¨¢ la aplicaci¨®n de la jornada de 35 horas semanales mediante nuevas contrataciones, solicitar¨¢ el cumplimento del acuerdo firmado en enero entre la patronal y los sindicatos para suprimir las horas extras y pedir¨¢ la aplicaci¨®n de los pactos sobre sustituci¨®n y renovaci¨®n de plantillas, que incluye la jubilaci¨®n a los 60 a?os con la obligaci¨®n de realizar un nuevo contrato, de car¨¢cter indefinido y en las mismas condiciones que el trabajador que se jubila.
Para apoyar su pol¨ªtica sindical para el pr¨®ximo a?o, Elorrieta y el responsable de Negociaci¨®n Colectiva de ELA, Josemi Unanue, aportaron una serie de datos sobre la "realidad vasca". As¨ª, se?alaron que mientras el Producto Interior Bruto (PIB) en los ¨²ltimos cinco a?os "va a crecer en torno a un 20%", en el Pa¨ªs Vasco se registran "35.000 hogares en los que ninguno de sus miembros tiene empleo". A estos datos sumaron, entre otros, el del crecimiento del empleo a tiempo parcial (m¨¢s de cinco puntos) y el de los contratos temporales, "que tienen una duraci¨®n inferior a un mes y donde s¨®lo el 7% de los contratos laborales son indefinidos".
Una caja saneada
Con este panorama de reivindicaci¨®n para el pr¨®ximo a?o, la caja de resistencia se presenta como un factor de peso a la hora de negociar los convenios. En el periodo 1993-1997, la caja, cuya volumen de capitalizaci¨®n es un secreto, ha obtenido unos ingresos por cuotas de afiliaci¨®n de unos mil millones de pesetas, seg¨²n los datos presentados en el ¨²ltimo congreso de ELA. Este instrumento permite pagar a los afiliados, en el caso de una huelga normal y durante toda la vigencia del conflicto, el 117% del salario m¨ªnimo interprofesional (81.000 pesetas). En un paro "ofensivo", seg¨²n la terminolog¨ªa de ELA, la cantidad a abonar a los trabajadores podr¨ªa llegar hasta las 160.000 pesetas "si se cumplen algunas condiciones". Las huelgas de mayor duraci¨®n que se han producido ultimamente en Euskadi han sido las de Daewoo (tres meses), Petronor (un mes ) y Tavex (tres meses).
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