Luc¨ªa Graves: "Mi padre no es ninguna sombra amenazadora"

La casa de la memoria (Seix Barral) narra la historia de Alba, una adolescente gerundense de finales del siglo XV. Su autora es Luc¨ªa Graves, hija de Robert Graves, el autor de Yo, Claudio, fallecido en Dei¨¤ (Mallorca) en 1985. "No se me ocurri¨®, mientras escrib¨ªa, que estaba haciendo novela hist¨®rica como mi padre", dice Luc¨ªa. "Es probable que haya influencias, pero mi padre no es en ning¨²n caso una sombra amenazadora".

Luc¨ªa Graves naci¨® en Devon (Inglaterra) en 1943, pero creci¨® en la casa familiar de Dei¨¤, en la isla de Mallorca, adonde su padre se retir¨® tras proclamar su Adi¨®s a todo esto. Luc¨ªa creci¨® en contacto con la cultura del pa¨ªs y durante muchos a?os ejerci¨® de traductora al castellano de varios autores, entre ellos su propio padre. Hace unos meses public¨® su primer libro en Inglaterra, A woman unknown, parcialmente autobiogr¨¢fico y pendiente de traducci¨®n al castellano. Su primera novela, La casa de la memoria, aparece antes en castellano que en ingl¨¦s."Escrib¨ª la novela inicialmente en ingl¨¦s", cuenta Luc¨ªa de paso por Barcelona. "Sin embargo, la he reescrito yo misma en castellano y mientras lo hac¨ªa he ido retocando cosas del original. Espero que pronto aparecer¨¢ en ingl¨¦s". Adem¨¢s de sus varios personajes, La casa de la memoria tiene un protagonista claro: la ciudad de Girona a finales del siglo XV. "En mi primera visita al barrio jud¨ªo de Girona, en 1986, sent¨ª literalmente la presencia de los personajes de mi novela y me di cuenta de que hab¨ªa una historia que llevaba cinco siglos esperando ser contada", recuerda Luc¨ªa Graves.

A partir de esta primera impresi¨®n naci¨® una novela que Luc¨ªa ha ido trabajando durante a?os. "Alba, la protagonista, es expulsada de Girona por ser jud¨ªa y emprende el viaje de su vida, un viaje simb¨®lico y espiritual que la lleva a Perpi?¨¢n, N¨¢poles, Venecia, Tesal¨®nica... antes de encontrarse a s¨ª misma".

Adem¨¢s de la Inquisici¨®n, el misterio de la c¨¢bala est¨¢ presente en La casa de la memoria y flota en el ambiente la sombra de Bonastruc de Porta, cabalista gerundense tambi¨¦n conocido como Nahm¨¢nides. "Me document¨¦ sobre la ¨¦poca para escribir la novela", dice Luc¨ªa, "y me interes¨® especialmente la c¨¢bala porque permite tratar el mundo jud¨ªo de un modo m¨¢s espiritual, m¨¢s esot¨¦rico... Para tratar de la Inquisici¨®n record¨¦ en parte mi experiencia en la Mallorca de los a?os cincuenta, cuando las monjas intentaban convertirme, y del franquismo. Eran emociones que pod¨ªa de alg¨²n modo relacionar".

Al preguntarle sobre la pervivencia de la obra de su padre, Robert Graves, casi 15 a?os despu¨¦s de su muerte, apunta Luc¨ªa: "En Inglaterra sigue habiendo muchas referencias a ¨¦l cuando se habla de novela hist¨®rica. En la Universidad de Oxford hay una base de datos y no hace mucho que mi madre ha publicado el ¨²ltimo tomo de su poes¨ªa completa en tres vol¨²menes".

Aunque vive en Londres desde 1992, Luc¨ªa no olvida su casa de Dei¨¤. "Sigo yendo a menudo a Mallorca", afirma, "y el nuevo milenio lo celebraremos all¨ª. ?D¨®nde podr¨ªa estar mejor? La memoria de mi padre sigue viva all¨ª, aunque es un hecho que ya ha entrado en los circuitos tur¨ªsticos: Chopin en Valldemossa, la tumba de mi padre en el cementerio de Dei¨¤...".

El despacho de su padre en la casa familiar contin¨²a igual, cuenta Luc¨ªa, aunque aclara que "no es ning¨²n museo". "Se utiliza mucho", a?ade, "y lo ¨²nico extra?o es cuando alguien pone all¨ª un ordenador. Pensar que mi padre s¨®lo escrib¨ªa a mano y con tinta...". Y despu¨¦s, como si se sorprendiera, a?ade: "Cuando describo el despacho del abuelo de Alba probablemente estaba pensando en el de mi padre. Lo pienso ahora: aquel olor de libros y tinta, aquella luz especial... Era algo m¨¢gico para un ni?o".