El hombre m¨¢s temido de Marruecos
Dris Basri no logr¨® "sobrevivir" ni siquiera cuatro meses con el nuevo rey, al que estaba enfrentado
Tras la muerte de Hassan II, la ca¨ªda del todopoderoso Dris Basri marca un nuevo punto y aparte en la historia de Marruecos. Valido fiel del fallecido rey, inamovible en la c¨²pula del poder efectivo durante los ¨²ltimos 20 a?os, no ha logrado sobrevivir siquiera cuatro meses bajo el nuevo soberano alau¨ª, Mohamed VI.Su tiempo como cabeza visible del Majz¨¦n, la estructura semifeudal y clientelista que ha dirigido el reino jerifiano desde la independencia, termin¨® ayer con un lac¨®nico agradecimiento a los servicios prestados. Enfrentado desde hac¨ªa a?os al pr¨ªncipe heredero, la ca¨ªda en desgracia de este astuto cortesano parec¨ªa ser s¨®lo cuesti¨®n de tiempo despu¨¦s de la entronizaci¨®n de Mohamed VI.
Dos hechos fundamentales han marcado desde entonces su progresiva p¨¦rdida de poder en las ¨²ltimas semanas. Tras los disturbios de El Aai¨²n protagonizados recientemente por la poblaci¨®n saharaui, el nombramiento de una comisi¨®n real para gestionar los asuntos de las "provincias del sur", hasta entonces coto privado del ministro del Interior, anticip¨® el principio de su ca¨ªda.
De hecho, su nombre no figuraba en la delegaci¨®n ministerial enviada desde Rabat el pasado s¨¢bado a la capital del S¨¢hara para calmar los ¨¢nimos. El titular de la cartera de Exteriores, Mohamed Benaisa, se permiti¨® incluso cuestionar a Basri, quien poco antes augur¨® que el refer¨¦ndum organizado por la ONU se iba a retrasar "dos o tres a?os".
El regreso hace pocas semanas a Marruecos, desde su exilio en Francia, del l¨ªder izquierdista y antiguo preso pol¨ªtico Abraham Serfaty fue el segundo aviso del rey. Acostumbrado a ser el primero en saber todo lo que ocurr¨ªa en el reino, Basri tuvo que admitir que en Marruecos se estaban tomando decisiones a sus espaldas de las que ten¨ªa que enterarse por los medios de comunicaci¨®n. El portavoz del Palacio Real s¨®lo anunci¨® el retorno de Serfaty cuando su avi¨®n hab¨ªa despegado ya de Par¨ªs con destino a Rabat.
Nacido en 1938 en Settat, al sur de Casablanca, toda su carrera en la Administraci¨®n ha discurrido en el Ministerio del Interior. Comenz¨® a despuntar como comisario jefe de Rabat, a la sombra de Ahmed Dlimi, a su vez heredero del general Mohamed Ufkir, ambos cabezas visibles de la represi¨®n del r¨¦gimen y apartados por haber traicionado la confianza del rey.
Jefe de la Direcci¨®n General de Vigilancia del Territorio, servicios secretos en 1973, Basri escal¨® puestos en Interior hasta llegar a secretario de Estado, en 1974, y ministro, en 1979. Los servicios de seguridad y los o¨ªdos del Estado estaban bajo su control, pero tambi¨¦n la Administraci¨®n local o la pol¨ªtica de privatizaciones del sector p¨²blico.
Incluso durante la d¨¦cada de los ochenta lleg¨® a acumular la cartera de Informaci¨®n, de ah¨ª que su influencia sobre los medios de comunicaci¨®n estatales haya seguido siendo significativa durante los ¨²ltimos a?os.Pero tambi¨¦n ser¨¢ recordado por su absoluto control sobre los procesos electorales, en los que garantizaba resultados favorables para el r¨¦gimen, y por la sistem¨¢tica ocultaci¨®n de los casos denunciados de violaciones de los derechos humanos.
Considerado por sus colaboradores como un adicto al trabajo, supo tejer una red de intereses en todo el pa¨ªs magreb¨ª, tanto dentro de la Administraci¨®n como del complejo entramado del Majz¨¦n, en el que los intereses del palacio real se entretej¨ªan con las grandes empresas de las ciudades o las propiedades rurales. Fr¨ªo, amante del golf, al igual que el rey, el ministro del Interior era sin duda el hombre m¨¢s temido de Marruecos.
La presencia de Basri en el Ejecutivo, exigida por el el rey Hassan II al resto de la clase pol¨ªtica, retras¨® de hecho la alternancia, la presencia de la oposici¨®n en el Gobierno, que el rey quer¨ªa legar a su heredero como signo de estabilidad del pa¨ªs.
Los partidos encuadrados en la Kutla (bloque) democr¨¢tica, los socialistas de Abderram¨¢n Yusufi y los nacionalistas del Istiqlal, rechazaron en repetidas ocasiones desde 1992 participar en un Gabinete en el que Basri tuviera reservado un puesto de antemano.
S¨®lo tras las elecciones de 1997 la oposici¨®n acept¨® la oferta del monarca. El ascenso del islamismo entre las clases m¨¢s desfavorecidas por las desigualdades sociales pes¨® sin duda en la decisi¨®n de la Kutla.
Le sucede en el cargo Ahmed Midaui, de 51 a?os, profesor universitario y alto funcionario, conocedor de los entresijos de Interior, cuya destituci¨®n como director general de Seguridad Nacional se atribuye a un enfrentamiento con Basri ocurrido en 1997. Midaui, que fue wali (gobernador) de las provincias de Mohamedia (norte de Casablanca) y T¨¢nger, trabaj¨® a finales de los a?os setenta en el Banco Mundial, con sede en Washington. Como secretario de Estado de Interior, Fuad Al¨ª al Himma, de 37 a?os, es visto como un hombre de enlace entre el ministerio y el palacio real. Compa?ero de estudios del pr¨ªncipe Sidi Mohamed en el colegio real de Rabat, fue a?os despu¨¦s jefe de Gabinete del pr¨ªncipe heredero.
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