N¨²?ez burla los estatutos del Barcelona para poder actuar contra cualquiera de sus directivos

La directiva del Barcelona est¨¢ en manos del presidente. Despu¨¦s de la reuni¨®n de la noche del martes en la que Josep Llu¨ªs N¨²?ez hizo valer como nunca el poder absoluto que detenta, sus 36 compa?eros de junta pueden perder su condici¨®n de directivos como si nada. N¨²?ez necesitaba que firmaran el documento en el que dejan su cargo a expensas de lo que ¨¦l considere m¨¢s oportuno y todos rubricaron en un singular acto de sumisi¨®n. El documento era imprescindible para N¨²?ez. Sin ¨¦l no podr¨ªa destituir a ninguno de los directivos que tiene en el punto de mira sin contravenir los estatutos. Elefant Blau, grupo opositor, considera que, ante lo sucedido, se debe constituir una comisi¨®n gestora que convoque elecciones.El documento fue impuesto por el propio N¨²?ez tras rega?ar en un tono severo a los directivos, en ocasiones utilizando todos los decibelios de los que fue capaz. El presidente dice estar harto de la mala imagen del club que transmite buena parte de los directivos que se atreven a hablar en p¨²blico y de la inoperancia de aquellos que no salen a la palestra. Su deseo fue una orden. Los directivos firmaron el documento por el que ofrecen al presidente "la disponibilidad de todos los cargos para lo que resta de mandato". Ello quiere decir que N¨²?ez puede destituir a quien desee hasta que se produzcan nuevas elecciones en el verano del 2002.

Los estatutos del Barcelona no recogen la posibilidad de que el presidente pueda destituir a un directivo. El cese tan s¨®lo se puede producir en una serie de casos recogidos en los estatutos y que en ning¨²n caso conceden esa potestad a N¨²?ez, que tan s¨®lo puede limitarse a aceptar una dimisi¨®n o renuncia, ya sea individual o colectiva. Con lo acordado el martes, los directivos extienden al presidente la facultad de echarlos cuando as¨ª lo decida. Estar¨¢n todos bajo el ojo del hurac¨¢n de forma permanente. Los recovecos legales siempre han sido una especialidad de las directivas presididas por N¨²?ez. Si Ley del Deporte de la Generalitat establece que la junta del club debe tener un m¨¢ximo de 21 directivos, el Barcelona no tiene mayor apuro en contar con 36 y hacer creer que 15 de ellos ostentan cargos "adjuntos".

Los directivos se empe?an en que el acuerdo que tomaron de forma colectiva el martes es un compromiso "de futuro", "de autocr¨ªtica y de responsabilidad" y de "autodisciplina" con el objetivo de que ninguno de ellos pueda opinar o ir en contra de la pol¨ªtica del club, o lo que es lo mismo, del presidente. Pero ponen de relieve que en ning¨²n momento N¨²?ez habl¨® de depurar a nadie. Seg¨²n lo acordado, las cartas est¨¢n ahora sobre la mesa: el que discrepa se va a la oposici¨®n o se convierte en alternativa de cara a las pr¨®ximas elecciones. A nadie escapa que todas las soluciones de futuro est¨¢n ahora en manos de N¨²?ez.

Elefant Blau, grupo opositor a la directiva de N¨²?ez, considera que "al haberse producido la renuncia simult¨¢nea y generalizada de la junta directiva, el art¨ªculo 30.4 de los estatutos del F.C. Barcelona establece que es necesario constituir una comsi¨®n gestora para que convoque nuevas elecciones". A esta conclusi¨®n llega Elefant Blau despu¨¦s de poner de relieve que la condici¨®n de miembros de la junta directiva "es indelegable y categ¨®rica". Joan Laporta, portavoz de Elefant Blau, considera que los directivos, con su actuaci¨®n, demuestran que "son servidores del presidente y no del Barcelona".