La OSCE pide una actuaci¨®n urgente para poner fin a la cat¨¢strofe humana en Chechenia
Rusia quiere evitar que la cumbre que la pr¨®xima semana celebrar¨¢ en Estambul la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) sea un juicio a la guerra de Chechenia, pero su actitud no ayuda a alejar ese peligro. Ayer, una misi¨®n de la OSCE que estudi¨® en Ingushetia la crisis de los refugiados vol¨® a Mosc¨² sin conseguir el permiso para entrar en la rep¨²blica independentista. El jefe de la delegaci¨®n, el noruego Kim Traavik, asegur¨® que la situaci¨®n es alarmante, y pidi¨® a Rusia y a la comunidad internacional un esfuerzo urgente para paliar la cat¨¢strofe humana.
Un portavoz de la OSCE mostr¨® desde Viena la contrariedad de la organizaci¨®n por la actitud rusa, que coincide con la insistencia en que el de Chechenia es un conflicto interno y que ni siquiera es admisible la llamada "injerencia humanitaria" que se aplic¨® en las guerras de los Balcanes. Traavik hizo notar que esta actitud rusa "limita cualquier acci¨®n que se pueda realizar" desde el exterior. Ayer viaj¨® hacia Oslo para informar a Knut Vollebaek, ministro de Exteriores de Noruega y presidente de turno de la OSCE.Curiosamente, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas occidentales, Rusia ha dado ya el visto bueno a una misi¨®n similar a la que ahora se ha encontrado el cartel de prohibido el paso. Si Mosc¨² no termina volvi¨¦ndose atr¨¢s, el espa?ol ?lvaro Gil-Robles, comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, visitar¨¢ a final de mes la parte de Chechenia controlada por las tropas rusas. Supuestamente, se le ha garantizado libertad de movimientos.
El acceso al resto de la rep¨²blica norcauc¨¢sica, el controlado por el presidente Asl¨¢n Masj¨¢dov y las diversas milicias y bandas, est¨¢ restringido no s¨®lo por Rusia, sino tambi¨¦n por la dificultad que quien all¨ª se aventure tiene para gozar de la m¨ªnima protecci¨®n para evitar secuestros. Varios periodistas que entraron por su cuenta se hallan actualmente en manos de grupos criminales que piden rescates multimillonarios por su liberaci¨®n. En toda Chechenia hay actualmente m¨¢s de quinientos secuestrados.
La nieve, el fr¨ªo y sobre todo el miedo agravan la situaci¨®n en la frontera entre Chechenia e Ingushetia, en la que no se despeja el atasco humano pese a que cada d¨ªa cruzan la l¨ªnea miles de refugiados, cerca de 30.000 en los ¨²ltimos nueve d¨ªas, lo que acerca a 200.000 la cifra de los que han logrado huir de la guerra. ?sta prosegu¨ªa ayer con toda virulencia, con bombardeos de artiller¨ªa y a¨¦reos, pero sin que, al caer la noche, se confirmasen informaciones anteriores que hablaban de la toma de Bamut (en el frente Oeste) o del inicio de la limpieza de Guderm¨¦s, tras un acuerdo con el consejo de ancianos de la ciudad m¨¢s poblada de Chechenia. En cuanto al asalto a la capital (Grozni), no parece ni mucho menos inmimente.
Avance federal
La informaci¨®n oficial hablaba, como de costumbre, de nuevos avances de las tropas federales y de numerosas bajas entre los "bandidos". La realidad, sin embargo, es que la "operaci¨®n antiterrorista" est¨¢ muy lejos de haber concluido y probablemente est¨¢ costando a Mosc¨² muchas m¨¢s p¨¦rdidas de las admitidas.Un reportaje publicado en el diario Kommersant sobre un hospital militar de Samara recog¨ªa las declaraciones de un soldado, Sergu¨¦i, seg¨²n el cual, cuando fue alcanzado en una pierna, ya hab¨ªan ca¨ªdo muertos o heridos el 70% de los 1.200 miembros de su brigada. Esas 840 bajas ser¨ªan m¨¢s de las que se admiten en todo el conflicto.
Ayer, los ministros de Defensa y Exteriores hablaron, cada uno por su cuenta, de que el fin de la guerra puede estar cercano. El primero de ellos, ?gor Sergu¨¦yev, declar¨® que "existe una posibilidad" de que eso ocurra incluso antes de fin de a?o. Por su parte, ?gor Ivanov dijo que su Gobierno est¨¢ interesado en que callen las armas lo antes posible y se d¨¦ paso al proceso de arreglo pol¨ªtico. Pero las condiciones para que eso ocurra son poco menos que un brindis al viento: que los rebeldes entreguen sus armas e interrumpan sus acciones.
La suerte de la guerra no se decide s¨®lo en el campo de batalla, sino tambi¨¦n en los cuartos de banderas y en los despachos del Kremlin. Siguen sin desvanecerse los rumores de desavenencias entre el poder civil y el militar, y de cada uno de ¨¦stos por dentro.
?gor Sabduras¨²lov, vicejefe de la Administraci¨®n presidencial, lo neg¨® ayer rotundamente: "No hay diferencias en el liderazgo ruso", se?al¨®. Los rumores apuntan a escenarios tan diversos como la destituci¨®n del primer ministro, Vlad¨ªmir Putin, y un golpe de Estado que derribe a Bor¨ªs Yeltsin para que los generales prosigan la guerra hasta el final.
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