La creatividad literaria ya es computable
Un escritor y un cient¨ªfico desaf¨ªan al lector a determinar cu¨¢l de cinco relatos es obra de un ordenador
Quiz¨¢ la literatura siga definiendo "la gran l¨ªnea de demarcaci¨®n entre el reino humano y el animal", como propuso William Godwin, pero su utilidad para distinguir el reino humano del electr¨®nico puede verse tocada por el osado experimento que han planteado en Internet el escritor Dan Hurley y el especialista en inteligencia artificial Selmer Bringsjord, del Instituto Polit¨¦cnico Rensselaer de Nueva York. Hurley y Bringsjord han puesto en su p¨¢gina web (www.InstantNovelist.com) cinco comienzos de relatos literarios sobre la traici¨®n. Cuatro de ellos son obra de otros tantos escritores. El quinto lo ha ideado y escrito un programa inform¨¢tico de creaci¨®n literaria llamado Brutus1. Eche un vistazo al cuadro de abajo y trate de adivinar cu¨¢l es el relato de Brutus1. ?Dif¨ªcil?Los usuarios de la red que lo deseen pueden leer versiones m¨¢s largas de los cinco relatos en esa p¨¢gina web, y luego emitir sus votos sobre dos cuestiones: qu¨¦ texto es el que ha escrito la m¨¢quina, y cu¨¢l de ellos es el mejor. Cualquiera que sea el resultado de ese concurso, cabe poca duda de que est¨¢ llamado a encender los ¨¢nimos de la comunidad literaria, de la cient¨ªfica, o de ambas a la vez.
Pero la cuesti¨®n es bastante m¨¢s compleja que un crucigrama sint¨¢ctico, porque el concurso se trata en realidad de una versi¨®n novelesca del llamado test de Turing, una especie de prueba de fuego para determinar si un ordenador piensa, formulada en los a?os cincuenta por el genial matem¨¢tico brit¨¢nico Alan Turing: deberemos considerar que un ordenador es inteligente cuando consiga enga?ar a un interlocutor ciego para hacerle creer que se trata de un ser humano.
Los especialistas en inteligencia artificial llevan un cuarto de siglo dise?ando programas para construir y escribir relatos, pero, seg¨²n Hurley y Bringsjord, ¨¦sta es la primera vez que sus resultados se ponen a prueba contra textos literarios humanos.
El programa Brutus1 es el producto de siete a?os de trabajo de Bringsjord y su colega David Ferrucci, un cient¨ªfico del Centro T. J. Watson de IBM. Ambos explican la forma en que construyeron el programa en su libro Artificial Intelligence and Literary Creativity, publicado en agosto por la editorial Lawrence Erlbaum.
El secreto de un buen programa literato, seg¨²n estos dos cient¨ªficos, es dotarle de una gran variabilidad en todos los aspectos de la escritura narrativa -personajes, escenarios, temas, estilo, ambientaci¨®n-, hasta el extremo de que el ordenador produzca unos resultados impredecibles en cada uno de esos campos: justo lo contrario de las r¨ªgidas f¨®rmulas que muchos escritores de carne y hueso parecen utilizar cuando quieren vender unos cuantos cientos de miles de ejemplares.
Pero ser impredecible no basta, y Bringsjord y Ferrucci aseguran haber identificado media docena de ingredientes narrativos que, una vez formalizados y traducidos al lenguaje de la m¨¢quina, ofrecen al escritor de silicio el aire inequ¨ªvoco de un genio creativo.
La primera de estas recetas es dedicar grandes esfuerzos a generar im¨¢genes en la mente del lector, aunque sea a costa de renunciar a cierta elegancia en la prosa. Una de las fuentes de inspiraci¨®n de los creadores de Brutus1 ha sido Victor Hugo, un autor que, pese a la relativa simplicidad de su estilo, logr¨® que ning¨²n lector de Los Miserables haya podido olvidar la imagen f¨ªsica de las escenas que transcurren en las cloacas parisinas.
Otro ingrediente esencial de Brutus1 es lo que sus programadores llaman "paisaje de consciencia". Junto a la acci¨®n y las situaciones, el programa genera un fondo o "paisaje" definido, seg¨²n sus autores, por los "estados mentales de los personajes". Adem¨¢s, Brutus1 utiliza siempre alg¨²n "gran tema inmemorial" -en el ejemplo de la web es la traici¨®n, pero tiene muchas otras posibilidades como la "ambici¨®n insaciable" y el "amor no correspondido"- como coraz¨®n de la narraci¨®n. Los dos cient¨ªficos creen que ning¨²n autor, humano o electr¨®nico, puede ser considerado un genio creativo si sus relatos no giran en torno a alguna de estas cuestiones trascendentes.
Y, desde luego, Bringsjord y Ferrucci han puesto lo mejor de sus algoritmos a la tarea de evitar a toda costa la "prosa mec¨¢nica" para que, si Brutus1 peca de algo, sea de exceso de floritura y no de un lenguaje forense y telegr¨¢fico que pueda dejar en evidencia sus tripas de silicio. ?sta es la idea. Y ahora, si va usted a votar, dese prisa, porque quiz¨¢ no est¨¦ lejano el d¨ªa en que tambi¨¦n los lectores est¨¦n hechos de circuitos.
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