Compensaciones
LA VOTACI?N en el Parlamento de Vitoria de la moci¨®n de censura contra el consejero vasco del Interior, Javier Balza, sirvi¨® para que lo que parec¨ªa un patinazo individual fuera solemnemente asumido por todo el Gobierno vasco, con el lehendakari a la cabeza. El debate demostr¨® tambi¨¦n la necesidad de encontrar alguna v¨ªa de di¨¢logo entre las fuerzas democr¨¢ticas, por encima de su adscripci¨®n al frente de Lizarra o al autonomista.El consejero Balza hab¨ªa dicho que era necesario "compensar" la desconfianza que la detenci¨®n de Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva, Carmen, hab¨ªa sembrado en ETA. Tal vez quiso decir otra cosa, pero dijo eso, y un dirigente de su partido acab¨® de arreglarlo 24 horas despu¨¦s a?adiendo que hab¨ªa que "dejar en suspenso la justicia penal". Ibarretxe no se limit¨® ayer a defender a su consejero, sino que ofreci¨® impl¨ªcitamente esa compensaci¨®n al argumentar (confusamente) que es la sociedad vasca la que plantea la necesidad de compensar "no a ETA, sino la desconfianza suscitada por las detenciones". ?Qui¨¦n sino ETA es el sujeto de esa desconfianza?
Hasta las ¨²ltimas elecciones, el consejero del Interior (Atutxa) y el lehendakari (Ardanza) fueron un factor institucional de equilibrio entre la deriva radical del PNV, visible desde hace a?os, y los sectores no nacionalistas de la sociedad. Actualmente, ese margen ha desaparecido: cada vez que el lehendakari, un gestor en funciones de ide¨®logo, opina pol¨ªticamente repite los t¨®picos del sector m¨¢s radical de su partido (inmovilismo de los dem¨¢s, quieren que vuelva ETA, etc¨¦tera).
Desde sectores nacionalistas moderados y grupos pacifistas se pide comprensi¨®n: ETA hace depender la continuidad de la tregua de la existencia de avances del PNV y EA hacia el soberanismo, y en ausencia de di¨¢logo con el Gobierno y de concesiones hacia los presos, no tienen m¨¢s remedio que seguir haciendo gestos que ETA pueda presentar como ¨¦xitos propios tras el alto el fuego. Es decir, tienen que ofrecer compensaciones. Para romper esa din¨¢mica terrible, los partidos nacionalistas no violentos tendr¨ªan que hacer frente p¨²blicamente -y no s¨®lo en privado- a la prohibici¨®n de ETA, recordada ayer mismo por un dirigente de HB, de establecer pactos con las fuerzas no nacionalistas. Una mesa como la propuesta por Ibarretxe podr¨ªa ser un marco id¨®neo de di¨¢logo, pero la participaci¨®n en ella del PP y el PSOE ser¨¢ imposible mientras se plantee como objetivo de partida sustituir el actual marco institucional por otro soberanista.
Garaikoetxea acus¨® ayer al PP de practicar un "inmovilismo rayano en la provocaci¨®n al asegurar cosas como que ETA no mata porque no puede". Pero entonces, ?c¨®mo calificar las manifestaciones de los l¨ªderes nacionalistas que dicen que la detenci¨®n de Carmen supone el incumplimiento por parte del Gobierno de un compromiso solemne ante testigos? ?Y c¨®mo la idea de que la justicia penal quede en suspenso mientras ETA roba dinamita y recauda extorsiones, y sus alevines incendian coches y negocios de disidentes?
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