La prueba masiva de ADN para aclarar un crimen en Algete enfrenta a jueces y padres
La familia de Eva Blanco, asesinada en 1997, recoge 2.013 firmas a favor del an¨¢lisis
La pena de Olga, tambi¨¦n su rabia, es que nunca sabr¨¢ c¨®mo habr¨ªa sido su hija Eva con 17 a?os, ni con 18, ni si estudiar¨ªa una carrera, se echar¨ªa novio, la har¨ªa abuela. A Eva la mataron de 17 pu?aladas la madrugada del 20 de abril de 1997, con 16 a?os reci¨¦n cumplidos, una noche que diluviaba. De su asesino s¨®lo se sabe que fue un hombre, mayor de edad y conocido de Eva. Por eso su familia quiere que se autorice una prueba masiva de ADN para compararla con el semen del asesino. Los jueces consideran la iniciativa ilegal; 2.013 vecinos ya han dado su s¨ª a ser investigados.
Del asesino no se sabe apenas nada m¨¢s. Que fue un hombre, porque la viol¨® antes de darle muerte; mayor de edad, porque la recogi¨® cerca de su casa de Algete, al norte de Madrid, y la llev¨® en coche hasta Cobe?a, a unos seis kil¨®metros. Tambi¨¦n es casi seguro que conoc¨ªa a su v¨ªctima, porque no hubo de utilizar la violencia para conseguir que subiera al veh¨ªculo. Si dej¨® m¨¢s huellas, las borr¨® el aguacero.El cad¨¢ver de Eva fue encontrado al d¨ªa siguiente, pero su familia no supo hasta mucho m¨¢s tarde que hab¨ªa sido vejada. El secreto del sumario le sirvi¨® a la Guardia Civil para investigar a los varones m¨¢s cercanos. Hasta su padre, Manuel, se convirti¨® en sospechoso. Un d¨ªa que compart¨ªa caf¨¦ y tabaco con el grupo de homicidios de la Guardia Civil, los agentes se quedaron con una de las colillas. Los restos de saliva sirvieron para realizar el an¨¢lisis del ¨¢cido desoxirribonucleico de Manuel -la prueba del ADN, su mapa gen¨¦tico- y compararlo con el semen del asesino. No eran de la misma persona.
Aquellas tres letras may¨²sculas que le sirvieron entonces a Manuel para dejar de ser sospechoso de dos cr¨ªmenes horribles -la violaci¨®n y asesinato de su propia hija-, se est¨¢n convirtiendo ahora en su m¨¢xima esperanza. Manuel Blanco, tambi¨¦n su esposa, Olga Puig, y un sinn¨²mero de vecinos de Algete encabezados por el alcalde, Jes¨²s Herrera, pretenden convencer a la justicia de una iniciativa sin precedentes en Espa?a, aunque s¨ª en Alemania y Francia: una prueba masiva y voluntaria de ADN para descubrir al asesino de Eva.
El an¨¢lisis gen¨¦tico tiene una fiabilidad del 99,9% y permite obtener a trav¨¦s de una muestra de sangre, semen, saliva o cabello un perfil gen¨¦tico que distingue a su due?o y lo hace diferente del resto. La prueba del ADN se ha convertido en los ¨²ltimos tiempos en el abogado m¨¢s eficaz de las causas imposibles: en abril exculp¨® a dos estadounidenses que pasaron 12 a?os en la c¨¢rcel por un horrendo crimen, y antes ya hab¨ªa servido para absolver a dos marroqu¨ªes que durmieron cinco a?os en una c¨¢rcel catalana acusados de violaci¨®n.
Tambi¨¦n el examen gen¨¦tico se vuelve a veces fiscal implacable: a un violador de Barcelona lo conden¨® a 228 a?os de c¨¢rcel y a un asesino brit¨¢nico lo perdi¨® el ADN de su gato, al haberse dejado un pelo del felino justo en el escenario del crimen.
Olga, la madre de Eva, nunca dej¨® de darle vueltas a esas noticias, origen de la siguiente ecuaci¨®n: si parece claro que fue un vecino, var¨®n y mayor de edad, ?por qu¨¦ no hacer la prueba del ADN a todo el que responda a ese perfil?
La pregunta no ten¨ªa respuesta, Olga se desesperaba. M¨¢s a¨²n el d¨ªa que la juez cerr¨® el caso por falta de pistas. Hace un mes Manuel, el padre de Eva, decidi¨® plantarse. Apoyado por el alcalde, distribuy¨® por su pueblo unas papeletas blancas con letras azules. La invitaci¨®n para que los vecinos se ofrecieran, de forma voluntaria y secreta, a hacerse la prueba. Un intento desesperado por levantar un cerco gen¨¦tico alrededor del asesino. Los jueces rechazaron r¨¢pidamente la iniciativa por ilegal. Un no rotundo acompa?ado de razones que fueron a clavarse en el ya antiguo dolor de la familia. "Es in¨²til, ineficaz e inviable", seg¨²n las principales asociaciones profesionales de jueces. Un magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, Arturo Beltr¨¢n, fue m¨¢s all¨¢. Dijo que la acci¨®n del alcalde socialista, que asumi¨® la representaci¨®n de sus vecinos, era una "chorrada demag¨®gica, propia de una sociedad primitiva; una perfecta simpleza".
Olga le respondi¨® el jueves desde su tristeza con una pregunta: "?El juez tendr¨¢ hijas?". Y luego cont¨® su calvario desde que Eva apareci¨® muerta, ultrajada: "Miro a los hombres al fondo de los ojos y trato de descubrir su culpa. No puedo sonre¨ªr a un desconocido sin pensar que puede ser el asesino de Eva. Mis otras dos hijas me preguntan a veces: ?Mam¨¢, nos puede pasar tambi¨¦n a nosotras? Es muy dif¨ªcil no transmitirles el odio que va creciendo en m¨ª". El padre de Eva deposit¨® el viernes en el juzgado unas urnas selladas con 2.013 papeletas en su interior, la de los vecinos de Algete y otros pueblos cercanos que est¨¢n dispuestos a prestarle su ADN a la justicia, a reabrir el caso. Otros, los que por una u otra raz¨®n no quieren hacerse la prueba pero tampoco son los asesinos de Eva, se sienten vigilados, se?alados por la sospecha. "No se puede criminalizar a un pueblo", dice Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, magistrado de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, y a?ade: "Va en contra de la seguridad individual establecer una sospecha generalizada". El juez teme que la negativa de alguien a hacerse la prueba se convierta autom¨¢ticamente en un indicio de criminalidad. Que Algete sea una especie de Fuenteovejuna al rev¨¦s: todos a una para demostrar que los sospechosos son los dem¨¢s.
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