El pen¨²ltimo viaje del goleador Romario

La retransmisi¨®n en directo del Espa?a-Brasil, que paraliz¨® el pa¨ªs la tarde del s¨¢bado dejando mal sabor de boca, fue interrumpida para dar paso a una declaraci¨®n urgente de Edmundo Santos Silva, presidente del Flamengo, el popular equipo de R¨ªo de Janeiro, que anunciaba su decisi¨®n irrevocable de expulsar del club al pol¨¦mico jugador Romario.La gota que colm¨® el vaso, en un clima ya tenso , fue el hecho de que mientras 35 millones de flameguistas lloraban de pena por haberse quedado su equipo este a?o fuera de la Liga, Romario, de 33 a?os e ¨ªdolo de millones de hinchas en todo Brasil, se fue con sus compa?eros de equipo Fabio Baiano y Leandro Machado a divertirse a una cervecer¨ªa hasta las tantas de la madrugada. Con Romario han sido expulsados del equipo tambien sus dos compa?eros de juerga.

El presidente del Flamengo ha sido arropado incluso por la opini¨®n p¨²blica, aqu¨ª dividida por la mitad -incluso entre los aficionados del Flamengo- entre los apasionados por el rebelde Romario y sus adversarios. Existe la impresi¨®n de que muchos de estos jugadores famosos llevan una vida demasiado c¨®moda y mundana sin preocuparse ni sufrir cuando sus equipos van mal ya que tienen muy seguros sus puestos y sus contratos millonarios. Romario mismo, en un famoso programa de televisi¨®n, se jact¨® un d¨ªa de que escaparse de noche de una concentraci¨®n para irse de juerga volviendo al amanecer era tan f¨¢cil como regalar una camiseta del club a los vigilantes.

Romario se ha quejado, sin embargo, de haberse enterado de su expulsi¨®n del club s¨®lo por la prensa y la televisi¨®n ya que a¨²n nadie le hab¨ªa comunicado nada oficilamente. Y coment¨® que antes de rescindirle el contrato tienen que pagarle los cinco millones de d¨®lares que le deben.

El jugador ha defendido su derecho de irse de juerga cada vez que se le antoje y afirm¨® -con un ojo puesto en sus hinchas- que a¨²n se siente del Flamengo.

A la pregunta sobre qu¨¦ va a hacer ahora que ha sido expulsado del Flamengo, se limit¨® a decir: "Me buscar¨¦ otro trabajo", aunque su mujer, Daniele Favatto, confi¨® ayer a los periodistas que existen ya decenas de clubes que se lo est¨¢n rifando y a?adi¨®: "Quien m¨¢s va a perder no va a ser ciertamente mi marido".