El Espanyol desfigura a Argentina

Los fuegos de artificio con los que el Espanyol honr¨® su centenario chamuscaron el rostro de una selecci¨®n argentina que no dio la talla, por m¨¢s festivo que fuera el partido. El ramillete de figuras que, pese a las bajas, aline¨® Marcelo Bielsa no dignific¨® su reputaci¨®n. El compromiso, frente a su antiguo equipo, se le indigest¨® desde su mismo inicio al seleccionador argentino que se pas¨® los noventa y tantos minutos corrigiendo sobre la marcha sin dar con alg¨²n resorte que salvaguardara a los suyos de los estropicios que le caus¨® un Espanyol tan animoso como sencillo pero eficazmente dispuesto.Brindisi, que tambi¨¦n tuvo que apa?¨¢rselas sin una buena colecci¨®n de titulares (Ben¨ªtez, De Lucas y Tamudo y los argentinos Cavallero y Pochettino que por un d¨ªa estuvieron en el bando contrario), arm¨® un equipo con Roger en la media punta y una defensa que tir¨® el fuera de juego mejor que nunca a pesar de la puesta de largo del canterano Lopo, y una delantera in¨¦dita con Posse y Serrano. Bielsa, adem¨¢s de las bajas de Batistuta y Chamot, dej¨® en el banquillo en primera instancia a te¨®ricos titulares (Ortega, Claudio L¨®pez, Simeone) y mont¨® un dispositivo con Almeyda por delante de un tr¨ªo defensivo y Gallardo como media punta a espaldas de Gustavo L¨®pez, Crespo y Solari. Sorprendi¨® con la inclusi¨®n de Kily Gonz¨¢lez en una posici¨®n mucho m¨¢s retrasada de lo que en ¨¦l es habitual, de medio volante defensivo. Y por all¨ª es por donde se le vino encima el primer problema a la selecci¨®n argentina. Ni Kily ni ning¨²n otro fue capaz de echarle el lazo a Sergio que puso en evidencia el agujero de los argentinos en su banda izquierda y que le dio en bandeja dos goles a Mart¨ªn Posse. El argentino del Espanyol s¨®lo aprovech¨® una de las dos asistencias y perdon¨® en la otra.

El Espanyol pas¨® alguna zozobra por las buenas maneras y la velocidad de Crespo. Pero el delantero del Parma apunt¨® m¨¢s que dispar¨® a pesar de que envi¨® un bal¨®n a la cepa del palo en el minuto 23 en la ¨²nica ocasi¨®n clara que tuvo en toda la noche la selecci¨®n argentina. El problema es que el juego argentino adoleci¨® de solidez en la construcci¨®n y que Solari y Gustavo L¨®pez estuvieron siempre a merced de los laterales blanquiazules, Crist¨®bal y Navas. Bielsa hizo que sus puntas se intercambiaran sus posiciones en un primer intento fallido por suministrar p¨®lvora a su selecci¨®n. Tras el descanso, ech¨® mano del Burrito Ortega y del Piojo L¨®pez, adem¨¢s de Zanetti que relev¨® por la izquierda a Kily Gonz¨¢lez. Argentina tuvo m¨¢s tiempo el bal¨®n pero no apareci¨® por las inmediaciones de Mora. Careci¨® de pegada y en cambio sus problemas acabaron de plasmarse en la m¨¢s delicada de las posiciones. Germ¨¢n Burgos, que ya en el primer tiempo no hizo m¨¢s que aumentar las dudas de sus defensas, especialmente en los balones por alto, cometi¨® su pen¨²ltimo error en un saque de esquina con un rechace blando que fue a parar a uno de los mejores pegadores del Espanyol, Roger. La conclusi¨®n de la jugada, con un disparo dur¨ªsimo que se col¨® por bajo mismo del cuerpo de Burgos, plasm¨® el cat¨¢logo de calamidades que exhibi¨® ayer el equipo argentino, que no pudo armar su juego, que fue bland¨ªsimo en su ataque y que ech¨® de menos alg¨²n jugador con personalidad para llamar al orden a sus compa?eros. El segundo gol del Espanyol no obtuvo otra respuesta que una mayor presi¨®n y dominio territorial de Argentina pero que se tradujo solo en alg¨²n conato de pelea barriobajera y en ese aspecto, s¨®lo en ese, sobresali¨® el Burrito Ortega.

Fue la argentina una actuaci¨®n para ser revisada en profundidad y con urgencia ya que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles juega en Sevilla ante la selecci¨®n espa?ola. Ser¨¢ una ocasi¨®n para que Argentina se redima de su pobre actuaci¨®n ante un Espanyol que cumpli¨® con sus mejores expectativas: gan¨® a una selecci¨®n de lujo, gust¨®, luci¨® la plenitud de un jugador de la cantera como Sergio y la mejora en la adaptaci¨®n de Roger y para colmo aline¨® a una serie de chavales de su nueva hornada -Lopo y Javi L¨®pez, de 17 a?os, especialmente-, que estuvieron a la altura de las circunstancias. M¨¢s no pod¨ªa pedir.