Cirug¨ªa a favor del crecimiento

Muchos ni?os nacen con malformaciones en el cr¨¢neo o en la cara que no s¨®lo distorsionan su aspecto f¨ªsico, sino que pueden comprometer su desarrollo futuro. Hasta hace un tiempo se cre¨ªa que en la mayor¨ªa de los casos no hab¨ªa nada que hacer. Pero en los ¨²ltimos a?os se ha desarrollado la llamada cirug¨ªa a favor del crecimiento (CFC), una t¨¦cnica quir¨²rgica que, al actuar sobre las partes blandas de la cara y del cr¨¢neo de aquellos ni?os que sufren malformaciones o tumores, permite, con el tiempo, que estas deficiencias se corrijan y no dejen secuelas.

La cirug¨ªa a favor del crecimiento (CFC) alcanza su m¨¢xima eficacia en los ni?os mayores de seis meses y menores de dos a?os. Algunas de las patolog¨ªas en las que se obtienen mejores resultados son el mongolismo y el s¨ªndrome de Down. Pero ?qu¨¦ es, en qu¨¦ consiste la CFC? Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, cirujano maxilofacial en el complejo hospitalario Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, dice que es "una nueva concepci¨®n de la cirug¨ªa del esqueleto, de la cara y del cr¨¢neo". Luego a?ade: "Siempre se ha asociado la cirug¨ªa a la idea de mutilaci¨®n y parec¨ªa imposible que no dejara secuelas. Hoy, el objetivo no s¨®lo es que no deje heridas ni cicatrices, sino que lo que perseguimos es favorecer el crecimiento arm¨®nico posterior de la zona tratada".Las personas que nacen con deformaciones craneofaciales, o aquellas otras a las que les aparece un tumor en esta parte del cuerpo al poco tiempo de nacer, tendr¨¢n la oportunidad, si el diagn¨®stico es precoz, de recuperar un aspecto normal, y "no s¨®lo eso, sino que el posterior desarrollo de la zona afectada ser¨¢ tambi¨¦n normal", recalca Guti¨¦rrez. "La ni?a o el ni?o operado podr¨¢ ir al colegio sin complejos y nadie le notar¨¢ nada".

De ah¨ª la importancia que cobran el diagn¨®stico y las intervenciones precoces, para lo cual Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez solicita la colaboraci¨®n de los m¨¦dicos y pediatras de atenci¨®n primaria. Y tambi¨¦n de los padres: "El principal problema con el que nos encontramos", explica el cirujano, "es el miedo de muchas familias a que se sepa que su hijo ha nacido con una malformaci¨®n".

La CFC es una cirug¨ªa de base embriol¨®gica; los cirujanos que la practican deben tener un conocimiento exhaustivo y preciso del desarrollo de la cara y del cr¨¢neo en las etapas fetales. Saber c¨®mo se forman estas partes del cuerpo y en qu¨¦ plazos. Tambi¨¦n tienen que tener claro c¨®mo va a ser el desarrollo posterior de la parte da?ada; de este modo, la cirug¨ªa que apliquen no s¨®lo corregir¨¢ el fallo (la malformaci¨®n o el tumor), sino que dejar¨¢ en condiciones ¨®ptimas la zona operada para el crecimiento posterior.

Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, tambi¨¦n profesor en la Universidad de Sevilla, cuenta c¨®mo, al principio, los ojos de un ni?o, en el feto, est¨¢n pr¨®ximos a los o¨ªdos, para ir poco a poco desplaz¨¢ndose hacia adelante. "La cara no crece como un globo cuando se infla", explica; "tiene partes duras y blandas, que el cirujano deber¨¢ conocer con exactitud; eso le permitir¨¢ saber d¨®nde ha de cortar, d¨®nde puede poner una placa y d¨®nde un tornillo". Placas y tornillos que desaparecer¨¢n por completo en un a?o, absorbidas por el organismo.

El doctor Guti¨¦rrez y su equipo tienen muy presente, en el trabajo que realizan, "el concepto de matriz funcional". Cuando el ni?o mueve la lengua expande el maxilar y la mand¨ªbula, y cuando respira, al llenar de aire la garganta, hace lo mismo con los huesos de la base del cr¨¢neo, y el cerebro, al desarrollarse, provoca asimismo el crecimiento del cr¨¢neo...". "Luego", concluye el cirujano, "los huesos desempe?an un papel pasivo; lo que crecen son las estructuras blandas..., que son las que hacen la funci¨®n de provocar el desarrollo ¨®seo. Esto es lo que llamamos matriz funcional".

Partes blandas

La cirug¨ªa a favor del crecimiento no persigue resultados inmediatos. Su ¨¦xito se ver¨¢ m¨¢s adelante, cuando se observe si las partes blandas han quedado en condiciones de provocar el crecimiento correcto de los huesos. La malformaci¨®n, en este caso, ir¨¢ cada vez a menos.Se sabe que el cerebro alcanza en los dos primeros a?os el 90% de su volumen final, y a medida que crece determina la formaci¨®n de la cara y del cr¨¢neo. Si apareciese una malformaci¨®n craneofacial, y no se interviniese en ese periodo, las posibilidades de ¨¦xito de una cirug¨ªa a favor del crecimiento se reducir¨ªan a un 10%. No todos los hospitales espa?oles est¨¢n preparados para practicar este tipo de cirug¨ªa. El hospital Doce de Octubre de Madrid y el Vall d"Hebron de Barcelona eran, hasta hace muy poco, las ¨²nicas referencias en Espa?a. Desde hace dos a?os, el complejo hospitalario Virgen del Roc¨ªo de Sevilla tiene una unidad espec¨ªfica en la que cada a?o se realizan 50 operaciones de este tipo.No existen datos nacionales sobre los ni?os que nacen con malformaciones craneofaciales; tampoco se sabe cu¨¢ntos de estos ni?os podr¨ªan curarse si se les detectase a tiempo la deformaci¨®n. Otro problema a?adido en el desarrollo de esta cirug¨ªa es poder crear equipos multidisciplinares. Guti¨¦rrez recuerda que intervienen neur¨®logos, otorrinos, cardi¨®logos, pediatras, intensivistas, anestesistas, onc¨®logos... "La CFC requiere equipos coordinados muy cualificados y altamente entrenados", concluye.