El Gobierno cree que la actitud de Castro sigue impidiendo un viaje oficial de los Reyes
ENVIADO ESPECIALEl Gobierno espa?ol, en un regreso hacia la beligerancia contra la revoluci¨®n cubana que emple¨® cuando comenz¨® la actual legislatura, afirm¨® ayer que la actitud demostrada por el Gobierno de Fidel Castro durante la visita de los Reyes y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, confirman que no se dan las condiciones para una visita oficial a Cuba. Un alto funcionario espa?ol atribuy¨® al "f¨¦rreo control" ordenado por las autoridades la ausencia de p¨²blico durante el paseo de los Reyes y de Aznar por el casco hist¨®rico de La Habana.
"Se debe impedir la instrumentalizaci¨®n de las visitas" se?al¨® el portavoz, minutos antes de que Aznar compareciera en rueda de prensa para anunciar el ¨¦xito de la Cumbre. En la conferencia de prensa, Aznar evit¨® empa?ar el desarrollo de la Cumbre con ataques directos contra el Gobierno anfitri¨®n y mand¨® por delante a un portavoz que, micr¨®fono en mano, en el centro de prensa y ante m¨¢s de 50 periodistas espa?oles y extranjeros, critic¨® abiertamente el comportamiento de las autoridades cubanas y destac¨® el firme mensaje en favor de la democracia, la libertad y los derechos humanos en Cuba que hab¨ªan realizado tanto don Juan Carlos como Aznar."?Ha sido ¨¦sta una Cumbre sobre derechos humanos?" se le pregunt¨® el portavoz. "Se ha hecho lo que se deb¨ªa hacer". Es decir, el presidente del Gobierno se ha reunido con la disidencia para transmitirles el mensaje de que "comparte sus anhelos de libertad, democracia y de respeto a los derechos humanos". El portavoz quiso dejar claro que ni el Rey ni el presidente del Gobierno estaban visitando Cuba, sino asistiendo a una Cumbre Iberoamericana que tocaba realizarse en La Habana. Sus actividades "colaterales", como el apoyo expreso a la disidencia, responden, dijo Aznar, a que se es "dem¨®crata en todas partes".
El escenario recordaba la situaci¨®n vivida durante la Cumbre de Santiago de Chile, hace tres a?os, aunque en este caso la fuente encargada de transmitir el mensaje fue m¨¢s pol¨ªtico y menos estridente que en Chile. La obvia divisi¨®n de papeles origin¨® que durante la conferencia de prensa, Aznar, sin desautorizar a su "fuente oficial", desviara las numerosas preguntas que se le hicieron para que confirmara oficialmente lo que se hab¨ªa dicho oficiosamente.
Aznar lleg¨® a pedir a un periodista que no le preguntara all¨ª por temas de los que el informador conoc¨ªa la respuesta. El juego de sobreentendidos dejaba al descubierto las dificultades que tiene el Gobierno de Aznar para mantener una relaci¨®n diplom¨¢tica estable, sin altibajos, con el Gobierno cubano. Aznar en ning¨²n momento quiso entrar a valorar las circunstancias que rodearon su paseo al lado del Rey, organizado, previsto y anunciado desde hac¨ªa semanas, por las calles de La Habana Vieja.
El mensaje que el presidente del Gobierno quer¨ªa trasladar a la opini¨®n p¨²blica era que la delicada papeleta de la Cumbre de La Habana se hab¨ªa resuelto con ¨¦xito. Dijo comprender las "emociones" encontradas que suscitaba la celebraci¨®n de la Cumbre en Cuba, pero afirm¨® que la comunidad iberoamericana sal¨ªa reforzada de La Habana. Para Aznar la puesta en marcha de la Secretar¨ªa de Cooperaci¨®n Iberoamericana con sede en Madrid es un paso m¨¢s en la institucionalizaci¨®n de una comunidad cuyos lazos pueden reforzarse con las nuevas tecnolog¨ªas.
Aznar no s¨®lo marc¨® distancias con el Gobierno cubano, sino que tambi¨¦n quiso dejar clara su condena de la ley estadounidense Helms-Burton, que endurece el embargo contra Cuba. Lleg¨® a afirmar que se hab¨ªa alojado en un hotel Meli¨¢ en La Habana en solidaridad con esta empresa mallorquina contra la que han abierto un expediente las autoridades norteamericanas. Ello no debi¨® contentar a la prensa oficial cubana, que pr¨¢cticamente en bloque arremeti¨® en sus preguntas contra el programa "privado" de Aznar en La Habana, al que acusaron de parcialidad por entrevistarse ¨²nicamente con miembros de la disidencia interna. ?se no fue el ¨²nico flanco que tuvo que atender Aznar, apremiado por periodistas chilenos y argentinos sobre la declaraci¨®n final de La Habana, en la que se condena la extraterritorialidad de las leyes y que ha sido saludada como un ¨¦xito diplom¨¢tico por las autoridades chilenas.
Al cierre de esta edici¨®n quedaban pendientes las palabras del Rey ante la colonia espa?ola en La Habana que, seg¨²n fuentes espa?olas, tendr¨¢n un claro contenido pol¨ªtico. Curiosamente la recepci¨®n se fij¨® a la misma hora que la conferencia de prensa final de la cumbre, lo que descartaba de antemano la posible asistencia de Fidel Castro.
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