Clientes para sobrevivir
La Naval y Babcock & Wilcox debaten su supervivencia en medio de un ausencia de pedidos
Pensar en Altos Hornos de Vizcaya, el otrora n¨²cleo de la industria vasca, da v¨¦rtigo, sobre todo si se trabaja en los astilleros de Sestao, La Naval, o en Babcock & Wilcox. Los trabajadores de ambas empresas, las ¨²ltimas hist¨®ricas de la Margen Izquierda, recorrer¨¢n hoy, a eso de las once de la ma?ana, las calles de Sestao. La situaci¨®n de las dos compa?¨ªas es paralela. Tienen el mismo accionista, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Industria, y tienen el mismo problema, una grave ausencia de pedidos, de clientes.La soluci¨®n de las dos empresas cuelga de un hilo, casi del azar. Babcock precisa urgentemente la privatizaci¨®n y La Naval, los tres buques gaseros de Repsol. En medio del conflicto, los trabajadores de ambas firmas quieren mostrarse intransigentes, pero saben que su futuro depende de poco. Su ¨²ltimo cartucho pasa por intentar que su voz se oiga y nadie se olvide de que la Margen Izquierda a¨²n depende en gran parte de su viabilidad.
Ambas empresas cuentan con plantillas que superan los 1.200 trabajadores cada una y tienen una repercusi¨®n indirecta esencial, como tractoras econ¨®micas, en el resto de la comarca. De hecho, La Naval cuenta con contratas, trabajando en sus instalaciones en la empresa, que ocupan a otras 1.200 personas, seg¨²n los sindicatos, e indirectamente calculan que en su industria auxiliar, fuera de sus locales, emplea a otros tantos trabajadores. El a?o pasado fue bueno: de 40.000 millones de pesetas de facturaci¨®n tan s¨®lo un 1% fueron p¨¦rdidas, pero las cosas han cambiado.
La cartera de pedidos de La Naval es pr¨¢cticamente igual a cero. Tiene dos buques pendientes de entrega, una regulaci¨®n de empleo y una reordenaci¨®n de sus talleres que ocupa a la gente. Ante esta situaci¨®n no existe la divisi¨®n sindical. Todos sus trabajadores, aliados si hace falta con el Diablo, se han volcado en la operaci¨®n gaseros. La dura competencia de Corea, que ha llevado a que la Comisi¨®n Europea estudie represalias comerciales, les hace jugar todas sus bazas para que los tres buques gaseros, que Repsol tiene pendientes de adjudicar, se queden en casa.
Estos barcos, que servir¨ªan para transportar tambi¨¦n el gas de la planta regasificadora de Vizcaya, son la ¨²ltima esperanza. Con uno cuentan seguro. Otro lo precisan para compartirlo con la francesa Chantieres de l"Atlantique y el tercero, para completar la cartera hasta dentro de cuatro a?os. Todo est¨¢ en el aire. Si triunfa Corea, ni La Naval ni el resto del grupo Astilleros Espa?oles cuenta con un futuro muy halag¨¹e?o.
Pero la Margen Izquierda, que ya no se sorprende de nada, tiene un poco m¨¢s lejos de la R¨ªa otro contencioso pendiente. Los 1.200 trabajadores de Babcock viven pendientes de una amenaza de reestructuraci¨®n que les dejar¨ªa reducidos a un tercio y a la espera de su privatizaci¨®n.
La SEPI ha dejado en manos de la multinacional estadounidense McDermott la probable ¨²nica posibilidad de privatizaci¨®n. Si ¨¦sta no llega, las cosas se ponen peor que mal. Babcock cuenta con una cartera de pedidos que asciende a unos 30.000 millones de pesetas. Tan s¨®lo el pasado a?o registr¨® unas p¨¦rdidas de 21.000 millones de pesetas con una facturaci¨®n de 26.738 millones.
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