Qui tinga blat, que sembre

Pers¨¦fone, hija del excelso Zeus y de Dem¨¦ter -la "tierra madre"-, nacida del tiempo y de la natura generadora, ama de la fertilidad y de los cereales -en Roma la equipararon a Ceres-, especialmente del trigo... como iba diciendo, Pers¨¦fone estaba cogiendo flores por estas fechas -seguro que crisantemos-, se abri¨® la tierra y un enamorad¨ªsimo Hades, nuestro amigo Hades, el de los muertos, que era un vivo, hermano de la mam¨¢ de la chica y, por tanto, t¨ªo de nuestra Pers¨¦fone, la romana Proserpina, la rapt¨®. A pesar de no existir todav¨ªa revistas del coraz¨®n ni t¨®mbolas del h¨ªgado, se arm¨® tal trifulca, en el celeste Olimpo que el de los infiernos tuvo que pactar: la divina muchacha convivir¨ªa en sus moradas subterr¨¢neas durante la invernada y retornar¨ªa al inicio de la primavera, por Pers¨¦fone-Proserpina. (Ahora no toca, pero ya hablaremos de sant Jordi y su doncella).Un gran misterio nos quer¨ªan explicar con esta alambicada amalgama de muerte, vida, amor y fecundidad nuestros ancestros los griegos: la semilla de trigo penetra en las capas subterr¨¢neas y es pose¨ªda por Hades para devolverla como renuevo primaveral; enterrada, sin vida aparente, con el paso del muerto invierno, brolla, brota, germina.

Nuestro pueblo ha propiciado el oto?al secuestro para favorecer la c¨®pula c¨®smica en la cama del subsuelo de la tierra madre "pel novembre, qui tinga blat que sembre". Como sacerdotes, el hombre empu?aba el masculino y fecundante arado y la mujer portaba la femenina coixinera de las simientes, que depositaba en el surco. La sagrada funci¨®n la hac¨ªan descalzos. Para que no faltara nada, se imploraba la lluvia -"novembre humit, te far¨¤ ric"-, procedente del cielo y s¨ªmbolo del fertilizante semen -"semilla" en lat¨ªn, su derivado "sementera" es sin¨®nimo de siembra- de los dioses.