Poder
Segu¨ª con mucho inter¨¦s las sesiones de la ¨²ltima jornada debate para la investidura del nuevo (es un decir) president de la Generalitat. Fue un espect¨¢culo lleno de dramatismo, de fintas, de trucos, con oradores bastante aceptables. Un espect¨¢culo de democracia, en suma, tal como la solemos entender: con sus grandezas y miserias. Lo retransmit¨ªan dos televisiones, recurriendo cada una a planificaciones diferentes, lo que me permit¨ªa, zapeando con diligencia, organizar mi propio montaje del asunto.Los ¨²ltimos minutos, que consum¨ªa un parlamentario de CiU en plan ganar tiempo, mientras en torno a Pujol crec¨ªan las se?ales del pacto reci¨¦n logrado con el PP, fueron especialmente excitantes: con Dur¨¤n i Lleida, que cada d¨ªa se parece m¨¢s f¨ªsicamente al sumo sacerdote de un fara¨®n egipcio, yendo del banco a los pasillos y de los pasillos al banco. Luego se procedi¨® a la votaci¨®n. Acabada ¨¦sta y confirmada la renovaci¨®n del mandato pujolero, una de las dos cadenas que efectuaban la retransmisi¨®n -eran La 2 y la auton¨®mica- hizo lo que ten¨ªa que hacer, y lo hizo tan bien que ni siquiera pude fijarme en cu¨¢l fue. Lo cierto es que alguien enfoc¨® al reci¨¦n investido president y le dej¨® el zoom pegado al rostro durante un largo primer plano.
Y entonces entend¨ª lo que dif¨ªcilmente te pueden explicar con palabras: o s¨ª, pero tiene que hacerlo Shakespeare, y ya saben que lo logr¨®. Entend¨ª lo que es el poder, el ansia de poder (por suerte, resuelto en este caso por v¨ªas democr¨¢ticas), y c¨®mo se adue?a del destino de algunas personas. El rostro de Jordi Pujol reflej¨® sus emociones con tanta intensidad que, por primera vez, dej¨® de parecerme un pol¨ªtico y estuvo lo m¨¢s cerca de un hombre que he podido verle nunca. De entrada, se le soltaron los tics que hab¨ªa estado conteniendo a lo largo de todo el debate. Y por entre los desbocados gui?os surgi¨® su mirada h¨²meda, triunfante, desmesuradamente triunfante si tenemos en cuenta lo p¨ªrrica que fue su victoria y las amarguras que le quedan por delante en la nueva legislatura.
?l dir¨¢ que es por Catalunya, pero lo que yo vi en aquel sostenido primer plano fue una irresistible pasi¨®n de poder. Cualidad que no le hace invencible, pero casi.
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