BEB? A BORDO

Los pasajeros del vuelo 6741 de la compa?¨ªa Iberia, que cubr¨ªa el pasado domingo el trayecto Madrid-Bogot¨¢, no podr¨¢n quejarse de aburrimiento. En medio del oc¨¦ano Atl¨¢ntico, con la isla de Martinica a 700 millas como tierra firme m¨¢s cercana, la colombiana Rosal¨ªa B.M. se puso de parto con la buena fortuna de contar entre sus compa?eros de viaje con dos ginec¨®logos, un pediatra y un cardi¨®logo. A 37.000 pies de altura, el equipo m¨¦dico, con la asistencia de la tripulaci¨®n a las ¨®rdenes del comandante Jaime Ruiz-Larrea y el sobrecargo Jos¨¦ Luis Larios, ayudaron a traer al mundo a Juan Sebasti¨¢n, que as¨ª ha sido llamado el peque?o. En la ¨²ltima fila del avi¨®n se improvis¨® una camilla para atender a la madre y al beb¨¦, a quien el pediatra realiz¨® un test de Apgar (que mide la capacidad psicof¨ªsica del reci¨¦n nacido) gracias al malet¨ªn quir¨²rgico que transportaba junto a ¨¦l. Otra pasajera previsora facilit¨® un peque?o pijama que llevaba en el equipaje de mano. Tras el esfuerzo, la joven madre disfrut¨® de la cena junto a sus compa?eros de aventura, con quienes brind¨® con cava. Una UVI m¨®vil y dos ambulancias esperaban a pie de pista el aterrizaje de la aeronave en Bogot¨¢. Uno de los veh¨ªculos aguardaba la llegada de otra de las pasajeras que, deshidratada como consecuencia de un tratamiento adelgazante, lleg¨® a perder el conocimiento y necesit¨® de ox¨ªgeno en pleno vuelo. Un viaje animado.- ,