Cuotas
F?LIX BAY?N
La promesa de Manuel Chaves de nombrar un 50% de mujeres en su pr¨®ximo Gobierno tiene mucho de sorprendente. La sorpresa, claro est¨¢, no reside en el objeto de su anuncio, sino en el anuncio en s¨ª y en sus circunstancias. En una sociedad en la que algo m¨¢s de la mitad de los universitarios son mujeres no cabe extra?arse de que tambi¨¦n lo sean los dirigentes pol¨ªticos.
Un prop¨®sito como el enunciado por Chaves ser¨ªa comprensible en alguien que se dispusiera a formar su primer Gobierno, pero resulta pasmoso en el caso de Chaves, que, de vencer en las pr¨®ximas elecciones, ser¨¢ ya la cuarta vez que tiene que elegir Gabinete.
Inevitablemente, hay que preguntarse por qu¨¦ Chaves no ha aplicado esta medida anteriormente. Que se me ocurra, s¨®lo pod¨ªa haber tenido una raz¨®n: la falta de mujeres con capacidad suficiente para sentarse en el Gobierno, cosa improbable pero que, de ser cierta, dif¨ªcilmente se podr¨ªa haber arreglado en los ¨²ltimos cuatro a?os. En sus circunstancias, el anuncio de Chaves podr¨ªa ser interpretado como electoralista o prepotente, por lo que tiene de "ins¨®lita" concesi¨®n graciosa a las mujeres.
Cuando se repasan las diferentes quinielas que se publican estas semanas con los nombres de hipot¨¦ticas consejeras se sacan tres consecuencias. Primera, que hay unas cuantas mujeres que ocupan o han ocupado cargos subalternos en consejer¨ªas que han demostrado de sobra ser mucho m¨¢s capaces que sus jefes (prefiero no se?alar, para no gafarlas). Segunda, que no se entiende c¨®mo habiendo mujeres tan expertas y capaces, Chaves no las ha llamado ya a sus gobiernos. Tercera, que viendo lo que hay disponible en el PSOE y sus aleda?os, no se entiende que Chaves haya preferido, en cambio, designar a m¨¢s de un/a incompetente. (Naturalmente, la tercera consecuencia es no s¨®lo aplicable a las mujeres).
La causa de este escaso tino podr¨ªa estar en el ex¨®tico m¨¦todo que se utiliza en Andaluc¨ªa para formar Gobiernos, que no es otro que una mec¨¢nica superposici¨®n de cuotas. A la hora de designar a los consejeros socialistas se act¨²a como si en vez de pertenecer a un mismo partido formaran parte de formaciones rivales. Sobre todo, se trata de equilibrar las provincias y las tribus pol¨ªticas de procedencia de cada uno de ellos; no son por tanto ni el talento ni la experiencia en la gesti¨®n las que priman sobre cualquier otra consideraci¨®n.
El a?o pr¨®ximo, al formar su nuevo Gobierno, Chaves deber¨¢ de atender adem¨¢s de a estas dos variables -provincia y tribu de procedencia- una tercera: el sexo. M¨¢s que un Gobierno, Chaves tendr¨¢ que hacer un rompecabezas en el que el talento y la experiencia podr¨¢n salir a¨²n peor paradas.
Es evidente que no quiero decir -pero, por si acaso, lo aclaro- que las mujeres, los de Ja¨¦n o los partidarios de Zarr¨ªas, por poner un ejemplo (o, si se prefiere, los hombres, los de C¨¢diz o los guerristas, por poner otro), no puedan ser eficaces. Lo que s¨ª digo es que no lo son por ser hombres o mujeres, de C¨¢diz o de Ja¨¦n, zarri¨ªstas o guerristas, y que lo sensato es que un jefe de Gobierno tenga las manos libres para elegir entre los m¨¢s capaces en vez de tener que entretenerse ajustando rompecabezas.
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