Condenado a 17 a?os de c¨¢rcel un ladr¨®n que contagi¨® la hepatitis C a su v¨ªctima al clavarle una jeringuilla
La secci¨®n s¨¦ptima de la Audiencia de Barcelona ha condenado a penas que suman 17 a?os de prisi¨®n a Jos¨¦ Bl¨¢zquez Bar¨®n, un joven que rob¨® a una mujer y posteriormente le transmiti¨® la hepatitis C al clavarle una jeringuilla con su sangre, que se extrajo delante de ella y que estaba contaminada con el virus del sida. El tribunal impone al joven cinco a?os de prisi¨®n por un delito de robo y otros 12 a?os por un delito de lesiones, el m¨¢ximo permitido en el C¨®digo Penal, que fue la pena solicitada en el juicio tanto por el fiscal como por la acusaci¨®n particular. La sentencia condena igualmente al joven a pagar 25 millones de pesetas de indemnizaci¨®n a la v¨ªctima, ante el "car¨¢cter irreversible de la enfermedad transmitida y las nefastas consecuencias derivadas en facetas de la vida familiar, laboral y personal de la v¨ªctima".
El tribunal recuerda que la hepatits C que sufre la mujer es cr¨®nica y puede derivar en una cirrosis hep¨¢tica, as¨ª como la ruptura de su relaci¨®n matrimonial por este motivo y que le ocasion¨® una incapacidad laboral, adem¨¢s de un "trauma inherente".
Los hechos ocurrieron el 19 de enero de 1998, cuando el acusado, acompa?ado de otra persona que no se ha podido identificar abord¨® a una mujer en los alrededores del centro Delta, en Badalona. Despu¨¦s de robarle las 3.000 pesetas que llevaba en el monedero, un reloj y hasta su alianza de matrimonio, Bl¨¢zquez sac¨® una jeringuilla de su bolsillo, se extrajo sangre de la mano izquierda y se la entreg¨® a su compa?ero dici¨¦ndole: "?Toma, m¨¦tesela!". El acompa?ante, que sujetaba a la v¨ªctima retorci¨¦ndole el brazo, inyect¨® a la mujer la sangre en el cuello.
El tribunal alude en la sentencia a que el condenado conoc¨ªa la gravedad de las enfermedades de las que era portador y recuerda la "gratuidad y car¨¢cter absolutamente perverso de la transmisi¨®n producida, cuando ya se hab¨ªan obtenido los fines predatorios que pudiera inicialmente haber guiado su ya de inicio torpe conducta". La sentencia rechaza por completo la versi¨®n del acusado, quien afirm¨® durante el juicio que se encontraba en otro lugar cuando ocurrieron los hechos. Por el contrario, la sala alude a la identificaci¨®n que hizo la mujer de su agresor, "como autor de unos hechos que no ha podido borrar de su memoria, como tampoco ha podido desdibujarse la figura" de aqu¨¦l.
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