El final del peor a?o
Arantxa S¨¢nchez Vicario y Conchita Mart¨ªnez afrontan una temporada crucial en el 2000
Mil novecientos noventa y siete fue un a?o terrible para el tenis femenino espa?ol. Arantxa y Conchita, sus m¨¢ximas representantes, no ganaron t¨ªtulo alguno y atravesaron una de las peores crisis de sus carreras. El ¨²nico t¨ªtulo de la temporada lo gan¨® Virginia Ruano, en Cardiff, que se convirti¨® en abanderada de la retaguardia espa?ola en el WTA Tour. Sin embargo, ni Arantxa ni Conchita cayeron tan bajo en la lista mundial como esta temporada. Aquel a?o lo saldaron en los puestos 9? y 12? respectivamente. ?ste lo han acabado como 16? y 15? mundiales.Los triunfos de Arantxa en El Cairo y de Conchita en Sopot no son significativos. Les permiten mantener su r¨¦cord personal de haber ganado al menos un t¨ªtulo cada a?o -excepto en 1997- desde que comenzaron a despuntar en el circuito en 1988. Pero el balance final es el peor desde 1989, cuando Arantxa logr¨® su primer t¨ªtulo del Grand Slam en Roland Garros. Hay motivos que justifican en parte esta situaci¨®n: Arantxa estuvo afectada por una lesi¨®n en la mu?eca izquierda toda la temporada, que la oblig¨® a reducir su programa de torneos y le impidi¨® entrenar lo que ella hubiera querido; Conchita acus¨® el golpe de saber que su padre sufr¨ªa un c¨¢ncer y no recuper¨® la sonrisa hasta el ¨²ltimo torneo del a?o, el Masters.
Sin embargo, ¨¦stos no son los ¨²nicos problemas de la crisis. En el fondo de sus malos resultados del a?o late sobre todo la nueva dimensi¨®n que ha adquirido el circuito femenino, la mayor profesionalidad de las jugadoras, la mejor condici¨®n f¨ªsica, la velocidad a la que va la bola. Tanto Arantxa como Conchita se hab¨ªan acomodado a sus respectivas situaciones. Y en 1997 descubrieron con estupor que algo estaba ocurriendo, que aquello estaba cambiando. Arantxa se neg¨® a aceptar que su juego no daba para m¨¢s y, con la ayuda de su hermano Emilio, fue realizando una transformaci¨®n que la llev¨® a desarrollar el mejor tenis de su carrera y a ganar su tercer Roland Garros en 1998. Conchita prosigui¨® con su habitual inestabilidad f¨ªsica y emocional y lo confi¨® todo a la calidad de su drive, con el que alcanz¨® la final del Open de Australia tambi¨¦n el a?o pasado.
Pero todo empeor¨® esta temporada. Arantxa perdi¨® seis veces en su debut en diferentes torneos, y otras cuatro en su segundo partido. S¨®lo en tres ocasiones se clasific¨® para las semifinales (una de ellas en Roland Garros y la otra en El Cairo donde acab¨® ganando). Y desde septiembre, cuando perdi¨® ante Hingis en octavos de final del Open de EEUU, no ha ganado ning¨²n partido: fue eliminada a la primera en la Copa Grand Slam (Serena Williams), Filderstadt (Elena Likhovtseva), y el Masters (Barbara Schett). El ponorama no fue mucho mejor para Conchita: cinco derrotas en primera ronda, dos en segunda, y s¨®lo dos veces super¨® los cuartos de final (en Amelia Island, lleg¨® a semifinales, y en Sopot, donde gan¨®).
Las dos llegan al final de su peor a?o convencidas de que la pr¨®xima temporada ser¨¢ mejor. Cuentan con un factor importante: no defienden casi puntos hasta abril, lo que les permitir¨¢ sumar todo lo que ganen. Por tanto, su clasificaci¨®n puede mejorar con rapidez. Pero de igual forma se puede caer de nuevo si no consiguen estabilizar su juego. El 2000 va a ser crucial para las dos. Conchita apunt¨® una convincente recuperaci¨®n en su partido contra Venus Williams en el Masters. Arantxa debe sentir de nuevo el placer de jugar y de ganar, antes de su boda el pr¨®ximo julio. Ayer, tambi¨¦n perdi¨® la final de dobles, junto a la letona Larissa Neiland, ante Hingis y Kurnikova, por un doble 6-4.
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