El esp¨ªritu de las cruzadas
Las iglesias de Tierra Santa cierran en protesta por la construcci¨®n de una mezquita en Nazaret
Los cristianos de Tierra Santa pasaron ayer al ataque. Todas las iglesias de la regi¨®n (Israel y los territorios aut¨®nomos palestinos) cerraron ayer sus puertas para protestar por la construcci¨®n de una mezquita junto a la bas¨ªlica de la Anunciaci¨®n, de Nazaret, en unos terrenos municipales que desde hace dos a?os se disputan en esta ciudad la comunidad cristiana y la musulmana. Los huelguistas tienen previsto continuar hoy con la protesta, coincidiendo con la colocaci¨®n de la primera piedra de la mezquita.La orden de cierre, dada el pasado 4 de noviembre (festividad de san Carlos Borromeo) por los patriarcados latino, grecoortodoxo y armenio, as¨ª como por la comunidad franciscana, custodios desde hace siglos de los Santos Lugares, ha afectado a los templos m¨¢s emblem¨¢ticos de la cristiandad, desde el Santo Sepulcro, en Jerusal¨¦n, a la iglesia de la Natividad de Bel¨¦n, pasando por la propia bas¨ªlica de la Anunciaci¨®n en Nazaret.
La construcci¨®n de la mezquita de la discordia en Nazaret cuenta con la luz verde del Gobierno de Israel, quien se erigi¨® en arbitro del litigio sobre el citado solar, que amenazaba con hacer estallar en mil pedazos el equilibrio religioso que las comunidades musulmanas y cristianas han venido manteniendo durante siglos en Nazaret, y que han convertido a esta poblaci¨®n de cerca de 60.000 habitantes en uno de los n¨²cleos m¨¢s pr¨®speros y visitados en el norte de Israel.
La soluci¨®n impuesta por el ministro israel¨ª de Seguridad Interior, el laborista Shlomo Ben Ami, otorga a la comunidad musulmana el derecho a erigir la nueva mezquita en una tercera parte del solar en discusi¨®n, junto a la bas¨ªlica, mientras que la comunidad cristiana podr¨¢ utilizar el resto para ver convertido su sue?o en realidad: erigir all¨ª una plaza ajardinada, que sirva de lugar de encuentro de los peregrinos y donde se pueda adem¨¢s recibir con todo boato al papa Juan Pablo II cuando el pr¨®ximo mes de marzo visite la regi¨®n.
La decisi¨®n salom¨®nica e inapelable del Gobierno de Israel ha tenido sobre todo muy en cuenta los intereses de la comunidad musulmana de Nazaret, especialmente del Movimiento Isl¨¢mico, una potente y agresiva formaci¨®n integrista anclada en el norte del pa¨ªs, y que se encuentra aliada con otras fuerzas isl¨¢micas en el Parlamento de Jerusal¨¦n, donde tienen en su poder cinco esca?os.
Los argumentos del Movimiento Isl¨¢mico, que alegaba que este solar en litigio es de su propiedad moral, ya que en ¨¦l se encuentran los restos del imam Chehabedd¨ªn, sobrino de Saladino, quien en el siglo XII expuls¨® a los cruzados de Jerusal¨¦n, son, en opini¨®n de los cristianos, una sarta de excusas con las que los integristas isl¨¢micos pretenden coartar todas las iniciativas cristianas en la ciudad de Nazaret y cercenar la influencia que tradicionalmente ha venido ejerciendo la Iglesia cat¨®lica entre la poblaci¨®n.
"La construcci¨®n de la mezquita ha sido como una gota de agua que ha hecho desbordar nuestra paciencia. En pocas palabras, es una canallada, que demuestra lo que ya es evidente. [Los miembros de] la comunidad cristiana vivimos permanentemente oprimidos en Tierra Santa, ya sea en beneficio de los musulmanes o de los jud¨ªos", aseguraba ayer un sacerdote de la Iglesia cat¨®lica apost¨®lica y romana, que afirmaba, adem¨¢s, con absoluta rotundidad, que aqu¨ª "no existe la menor prueba de ese ecumenismo del que tanto se habla en Occidente, y que ha servido en otros pa¨ªses para establecer un puente entre las diferentes religiones".
Centenares de peregrinos cristianos acudieron ayer a estos templos. Al encontrarse con las puertas cerradas, sin que nadie les pudiera dar una explicaci¨®n l¨®gica e inteligible, dejaron todo en manos de sus gu¨ªas y d¨®cilmente optaron por modificar el itinerario y dirigir sus pasos hacia otros lugares menos santos para la cristiandad, pero m¨¢s venerados por la comunidad jud¨ªa, con la excusa de que eran lugares m¨¢s accesibles y que estaban "permanentemente abiertos", como las murallas milenarias de Jeric¨® o los restos arqueol¨®gicos de Masada, junto al mar Muerto. Parec¨ªa ayer como si nadie estuviera dispuesto a perder su tiempo en favor de unos minutos de reflexi¨®n. Ni siquiera los vendedores de recuerdos o de baratijas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.