Las joyas del Rastrillo
La Casa de Campo acoge la feria que recoge fondos para Nuevo Futuro, la ONG para ni?os sin hogar
El objeto m¨¢s caro del Rastrillo de Madrid es un inmenso tapiz del siglo XVII que cuesta 3.500.000 pesetas. Y el m¨¢s barato podr¨ªa ser un sencillo adorno de Navidad que sale por 300 pesetas o cualquiera de los regalos que ofrece el puesto del Gran Tombol¨®n. La sensaci¨®n, este a?o, es la pasmina, un chal especialmente tra¨ªdo de Nepal que se puede conseguir en 28.000 pesetas. "La pasmina ha sido la locura", cuenta Martha Sanmamed, una joven pintora que por octava ocasi¨®n acude a la feria para vender sus cuadros."El ¨¦xito de esta feria est¨¢ en que aqu¨ª encuentras de todo y a buen precio", explica Pina Ferrari, miembro del comit¨¦ directivo de Nuevo Futuro, la ONG que desde hace ya 31 a?os organiza el famoso Rastrillo. Mientras atiende a numerosos clientes en su puesto de muebles, Pina recuerda los comienzos de la feria: "Empez¨® en el garaje de una se?ora con cosas que sus amigas aportaron, cosas que les sobraban. En aquella ¨¦poca se recogieron tres millones de pesetas para ayudar a cuatro ni?os de Le¨®n".
Ahora, 30 a?os despu¨¦s, al Rastrillo acuden cada a?o unas 50.000 personas que pueden obtener un cuadro del pintor Antonio Gracia por un mill¨®n de pesetas o una modesta canastilla de frutas por 300. Y se pueden deleitar con la danza armoniosa de las bailarinas de flamenco y sevillanas, as¨ª como con el exquisito aroma del caf¨¦ colombiano. Eso, sin contar con los famosos que cada vez m¨¢s se dan cita en este singular batiburrillo. Entre ellos, la reina Do?a Sof¨ªa, las infantas, la primera dama, Ana Botella, y alguna que otra estrella de la televisi¨®n. "La reina estuvo aqu¨ª ayer y se detuvo en este puesto, me dijo que le gustaron mis collares", cuenta Mara Polo, una gem¨®loga que tambi¨¦n lleva varios a?os asistiendo a la feria. Como ella, muchos de los espont¨¢neos vendedores de la feria, exhiben, orgullosos, la foto con alg¨²n miembro de la realeza o con el famoso de turno.
En el Rastrillo, dice Martha, la joven pintora, "el tiempo puede ser eterno". Los aficionados, asistentes incondicionales a la feria, pasan horas recorriendo los pasillos y, de vez en cuando, se detienen ante sus peque?as maravillas: "?sta es una tabla de carnicero muy antigua, es fant¨¢stica", cuenta una de las vendedoras de La Casta y La Susana, uno de los sitios m¨¢s emblem¨¢ticos. All¨ª es f¨¢cil descubrir tambi¨¦n un escritorio de principios de siglo por 460.000 pesetas o una silla original del XIX por 900.000.
Con los beneficios de este a?o en el Rastrillo, la asociaci¨®n Nuevo Futuro espera seguir manteniendo a los 1.065 ni?os sin hogar que viven en las casas que posee ¨¦sta ONG en toda Espa?a.
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