Viejos e indefensos
EL ENCARCELAMIENTO de la directora de una residencia de ancianos en Aravaca, Madrid, acusada de apropiarse de su dinero y de falsearles documentos, responde seguramente a un caso extremo; pero se inscribe en el marco de la serie de abusos, cada vez m¨¢s frecuentes, de que son v¨ªctimas en Espa?a los ancianos que caen en manos de personas sin escr¨²pulos. En esa residencia, su avispada directora no s¨®lo desplumaba, como se dice vulgarmente, a las personas mayores que estaban a su cuidado, sino que les induc¨ªa a entregarle poderes notariales para apoderarse de su patrimonio al fallecer.El asunto est¨¢ a expensas de lo que el juez determine, pero, como ha se?alado el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, ello no impide calificarlo de "tremendo". Es tremendo que el leg¨ªtimo beneficio que puede obtenerse con el cuidado de ancianos termine en el expolio de sus ahorros y bienes, y que tama?o abuso se haga desde la impunidad que proporciona la soledad de unas personas sin familiares o semiabandonados por sus pr¨®ximos. Y es tremendo que cosas as¨ª puedan ocurrir por la insuficiente vigilancia que las administraciones p¨²blicas prestan al funcionamiento de las residencias de ancianos privadas. En el caso de la de Aravaca, s¨®lo la intervenci¨®n del juez ha propiciado que los servicios sociales de la Comunidad de Madrid investiguen la supuesta falta de higiene del centro y la desatenci¨®n humana y sanitaria de sus 35 residentes.
No es la primera vez, desde luego, que en una residencia de ancianos privada alguien confunde el cobro de un servicio con el robo, y son bastantes las que han puesto al descubierto graves deficiencias de atenci¨®n e incluso malos tratos. Ello exige de los familiares un mayor seguimiento de sus mayores, sin desentenderse de ellos una vez que se les ha encontrado una residencia que con cierta frecuencia ni siquiera est¨¢ legalizada. En el caso de Aravaca, s¨®lo los familiares de cuatro de los 35 ancianos residentes han dado se?ales de vida y se han interesado por lo sucedido. Es evidente, en todo caso, que la dejaci¨®n de responsabilidad en el ¨¢mbito familiar no exonera a las administraciones p¨²blicas de estar muy atentas a lo que sucede en el interior de las residencias y centros geri¨¢tricos. Suele decirse que el grado de civismo o de crueldad de una sociedad se mide por el trato que dispensa a los ni?os y a los viejos. En esto ¨²ltimo hay s¨ªntomas de que m¨¢s bien retrocedemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Residencias ancianos
- Moncloa-Aravaca
- Estafas
- Fraudes
- Comunidades aut¨®nomas
- Delitos econ¨®micos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Tercera edad
- Delitos
- Sociedad
- Justicia
- Distritos municipales
- Ayuntamiento Madrid
- Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Comunidad de Madrid
- Administraci¨®n local
- Espa?a
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica