Desprecio al buen juego
Sevilla y M¨¢laga escogen la bronca y empatan en un partido marcado por cuatro expulsiones
Mal juego, aburrimiento y un nuevo empate en el Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n. Algo que se est¨¢ convirtiendo en un t¨®pico para el conjunto sevillista. Ambos equipo adem¨¢s de olvidarse de lo que significa el espect¨¢culo optaron por el desprecio a las buenas maneras, de todo tipo. Un partido soporifero que s¨®lo despert¨® a los espectadores cuando los jugadores escogieron la bronca en lugar del bal¨®n. El reencuentro en Primera, diez a?os despu¨¦s, de estos dos reci¨¦n ascendidos fue bastante decepcionante y ser¨ªa preferible olvidarlo.Salieron los dos equipos con mucha tranquilidad. Como si la supuesta tensi¨®n que antecedi¨® al partido no fuera con ellos. Esperando al contrario en campo propio y manteniendo las posiciones. Tuvieron que pasar varios minutos para que el M¨¢laga aceptara su superioridad. Para que empezara a hilvanar las jugadas de ataque a trav¨¦s de Morilla y para que Agostinho, ex sevillista, hiciera de las suyas por el lateral izquierdo.
SEVILLA 0
M?LAGA 0Sevilla: Valencia; Marchena, Hibic, Tabar¨¦; Nando, Francisco, ?ngel (Jesuli m. 51), Quevedo; Tsartas, Moya (Otero m. 40) y Juan Carlos. M¨¢laga: Contreras; Rojas, Bravo, Fernando Sanz, Valcarce; Rufete (Luque m.71), De los Santos, Movilla, Agostinho (Ruano m. 70); Edgar y Catanha. ?rbitro: Ansu¨¢tegui Roca (Colegio Valenciano). Amonest¨® a Fernando Sanz, De los Santos, Marchena y Leal. Mostr¨® tarjeta roja directa a Catanha y a Marchena por un enfrentamiento entre ambos y tambi¨¦n expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Quevedo y a Francisco. El Sevilla acab¨® con ocho jugadores y el M¨¢laga con 10. Alrededor de 25.000 espectadores en el estadio Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n. Presenciaron el encuentro unos 600 aficionados del M¨¢laga. Al final del encuentro, los espectadores sevillistas abuchearon al presidente del club y uno de ellos alcanz¨® al ¨¢rbirtro con una bolsa de pipas.
Mientras los jugadores del M¨¢laga se hac¨ªan los due?os del centro del campo y dise?aban el asalto al marco sevillista con orden, el Sevilla, con Tsartas sin ideas y ?ngel bloqueado con los marcajes, s¨®lo atend¨ªa al balonazo y a la buenaventuranza del contraataque. Un juego opaco, sin virtudes, que justifica la mala posici¨®n del Sevilla y que acaba con el f¨²tbol como espect¨¢culo.
Bast¨® una falta cercana a la porter¨ªa que defiende Contreras para que, tras una tangana, los malague?os perdieran los nervios y el partido se diluyera a¨²n m¨¢s, por si no fuera ya aburrido. Algo de lo que los sevillistas sacaron tajada, sobre todo por que el M¨¢laga perdi¨® el potencial ofensivo que obten¨ªa de la disciplina de sus jugadores.
En la primera parte el Sevilla s¨®lo cont¨® con una ocasi¨®n: una escapada de Juan Carlos a cuyo dispar¨® respondi¨® Contreras con una buena parada. Nada m¨¢s. S¨®lo nervios en la defensa, falta de creaci¨®n en el centro del campo, la total ausencia de juego por las bandas e inactividad por parte de los delanteros.
El M¨¢laga, por lo menos, atend¨ªa m¨¢s a lo que se entiende por f¨²tbol. Buenas conexiones entre sus jugadores, verticalidad, y unos delanteros, Catanha y Edgar, siempre incisivos y con ganas de buscar el gol. S¨®lo la inseguridad que provocan los errores de Fernando Sanz en la defensa ser¨ªa reprochable al equipo de Peir¨®.
El comienzo de la segunda parte fue un reflejo del inicio del partido. Se impuso un sosiego entre los jugadores que condujo hasta el sopor. El M¨¢laga tard¨® bastante en entrar en calor y el Sevilla fue la misma imagen de la incapacidad.
En un contraataque de los malague?os Rufete tuvo el partido en sus botas pero la lentitud del centrocampista convirti¨® la mejor ocasi¨®n del M¨¢laga en un remate sin consecuencias.
La salida al campo de Jesuli le dio m¨¢s alas al Sevilla. Pero s¨®lo en algunas jugadas individuales que no tuvieron transcendencia. El M¨¢laga mantuvo la posici¨®n en el campo y poco m¨¢s. El partido se deslavaz¨® y se convirti¨® en un toma y daca sin sentido donde los jugadores se limitaron a correr detr¨¢s del bal¨®n sin ninguna proyecci¨®n, ni ideas.
Una nueva tangana acab¨® con Catanha y Marchena expulsados. Algo que ser¨ªa anecd¨®tico sino fuera porque ser¨ªa los m¨¢s renombrable en un encuentro para olvidar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.