El arrepentido
Hace alg¨²n tiempo, Margaret Thatcher pregunt¨® a uno de sus allegados: "Este chico tan agradable, John Gray, que era uno de los nuestros, ?qu¨¦ ha pasado con ¨¦l?". Lo que hab¨ªa ocurrido era que Gray, catedr¨¢tico de Pensamiento Europeo de la London School of Economics y uno de los m¨¢s fervientes te¨®ricos liberales brit¨¢nicos en su d¨ªa, ha hecho un viaje ideol¨®gico inverso al que es habitual y ahora transcurre por los caminos de la tercera v¨ªa y de la socialdemocracia europea. Gray estuvo la pasada semana en Madrid, en un seminario organizado por el C¨ªrculo de Debates, en el que habl¨® de La globalizaci¨®n. Riesgos y oportunidades. Cuando la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, le pregunt¨® entristecida las razones de tal viraje, Gray respondi¨® que ¨¦l hab¨ªa cambiado, pero menos que el mundo en los ¨²ltimos a?os; ya no hay muro de Berl¨ªn, apartheid en Sur¨¢frica, no est¨¢n ni Franco ni Salazar... y es el momento de evitar todo fundamentalismo. En el seminario desarroll¨® algunas de las ideas que est¨¢n contenidas en su libro, titulado con mucha expresividad Falso amanecer. Las vanas ilusiones del capitalismo.En ¨¦l se abordan algunos de los problemas centrales de nuestro tiempo. Por ejemplo, el de la gobernabilidad de las democracias en este periodo de la globalizaci¨®n dominado por la libre circulaci¨®n de los movimientos de capitales, que ha generado cada vez con m¨¢s frecuencia (1992, el sistema monetario europeo; 1995, M¨¦xico; 1997, sureste asi¨¢tico; 1998, Rusia y Am¨¦rica Latina) crisis financieras de enorme profundidad y muy r¨¢pido contagio. Gray afirma que democracia y mercados de capitales desregulados no son ahora aliados, sino rivales, porque los mecanismos de la pol¨ªtica democr¨¢tica generan intervenciones y regulaciones. ?nicamente en condiciones de ausencia de democracia pol¨ªtica se pueden sostener de modo duradero mercados libres y desregulados. Esto es lo que sucedi¨® en el Chile de Pinochet. Para Gray, un mundo sin controles es un sitio sin seguridad en el que los ciudadanos pueden buscar los abrigos del pasado (proteccionismos, nacionalismos, nacionalsocialismos).
El capitalismo global arruina la cohesi¨®n social y perturba sin descanso a los ciudadanos. El modelo de capitalismo que se ha venido imponiendo es seguramente el sistema que m¨¢s favorece el crecimiento econ¨®mico y los incrementos de productividad (v¨¦ase lo que se manifiesta en Estados Unidos desde 1991), pero tambi¨¦n el que de forma m¨¢s n¨ªtida genera inestabilidad, socava la cohesi¨®n social y multiplica ad infinitum la desigualdad. Para el profesor brit¨¢nico, la globalizaci¨®n no es la difusi¨®n de un capitalismo universal; es algo irresistible, implacable, algo impulsado por la tecnolog¨ªa, pero no tiene un resultado concreto; es un proceso hist¨®rico constante y no tiene escrito el ¨²ltimo cap¨ªtulo, ni siquiera el siguiente cap¨ªtulo. No tiene el destino predeterminado.
Tambi¨¦n manifest¨® su heterodoxia al referirse al Banco Central Europeo (BCE), sobre el que adopt¨® las ideas que hace alg¨²n tiempo expres¨® el Premio Nobel de Econom¨ªa, Franco Modigliani. El BCE no deber¨ªa tener ¨²nicamente entre sus fines la estabilidad de los precios, sino tambi¨¦n el crecimiento y el empleo; si no aumenta sus competencias en este sentido va a ser muy dif¨ªcil que se legitime frente a los ciudadanos. Es decir, abog¨® impl¨ªcitamente por unos estatutos del BCE mucho m¨¢s cercanos a los de la Reserva Federal.
La presencia de Gray en Madrid, como la de hace unas semanas en el mismo foro de lord Eatwell, asesor de los laboristas (que tambi¨¦n abord¨® la regulaci¨®n de los mercados de capitales), la reuni¨®n de la Internacional Socialista en Par¨ªs, el trabajo de la Comisi¨®n Progreso Global o de los l¨ªderes de la tercera v¨ªa europea y norteamericana en Florencia muestran en sus contenidos la b¨²squeda ansiosa de una adaptaci¨®n de la ideolog¨ªa socialdem¨®crata a la era de la globalizaci¨®n. Es decir, gobiernan en muchos pa¨ªses y buscan salidas a la incertidumbre. Pero ?qu¨¦ ha sido de los conservadores o de los liberales que fueron tan hegem¨®nicos durante los a?os ochenta y primeros noventa y que hoy se encuentran silentes o desaparecidos?
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