Cuatro cr¨ªmenes a¨²n impunes
El ¨²ltimo asesinato de una joven en Bilbao reaviva la memoria de otros casos sin resolver
El calendario desafiante no ha podido espantar el recuerdo. El hallazgo del cuerpo apu?alado de Virginia Acebes, de 19 a?os, el pasado lunes en el monte Artxanda de Bilbao, y el de Laura Orue, de 21, en la localidad de Zeberio, el 5 de septiembre ¨²ltimo, ha avivado la memoria de otros cr¨ªmenes sin resolver. Son el de Olga Casas, de 19 a?os, acaecido en Portugalete en 1990, y el de Leticia Temi?o, de Santurtzi, en una localidad de Cantabria, en 1995.En los cuatro casos, las chicas desaparecieron de noche. Dos lo hicieron tras salir de casa; las otras dos, cuando regresaban al hogar familiar. S¨®lo Laura Orue no fue agredida sexualmente, ni asesinada con sa?a. Todas se desvanecieron sin dejar rastro, sin testigos. Sus asesinos todav¨ªa andan sueltos. Al parecer, las coincidencias son casuales porque la investigaci¨®n policial sospecha que los cr¨ªmenes no tienen nada que ver entre s¨ª.
"Todos los datos de que disponemos permiten decir que son casos diferentes. S¨®lo tienen en com¨²n la edad. Pensamos que no se trata de un asesino en cadena sino de autores con perfiles distintos", asevera Jorge Aldekoa, jefe territorial de la Ertzaintza en Vizcaya.
Dos asesinatos a mujeres casi adolescentes en menos de tres meses en Vizcaya son muchos. Cuatro sin resolver en una d¨¦cada, demasiados. La psicosis generada tras la localizaci¨®n del cuerpo sin vida de Virginia Acebes, oblig¨® al Departamento de Interior a transmitir un mensaje de tranquilidad. "No hay motivos para que los padres adopten medidas especiales de seguridad. S¨®lo las l¨®gicas de precauci¨®n, como siempre", incide Aldekoa.
Sin embargo, los familiares de las v¨ªctimas y la sociedad en general reclama impaciente la resoluci¨®n de los casos. "Hay que detener a los culpables. ?Qu¨¦ hace la polic¨ªa ? Llevamos cuatro asesinatos parecidos y ning¨²n detenido". Es la cuesti¨®n que ha vuelto a brotar reiteradamente de familiares, amigos, compa?eros de universidad, vecinos de Virginia, y ciudadanos, en la ¨²ltima semana.
La poblaci¨®n de Zeberio, donde reside la familia de Laura Orue, se alarm¨® el viernes ante la presencia de periodistas y c¨¢maras. El deseo de detenciones se adelant¨® a la realidad. "Eso no es bueno para la investigaci¨®n ni para la angustiada familia", se queja un portavoz de Interior.
La presi¨®n es enemiga de la prisa. El impacto es muy duro y crea alarma social. "Lo entendemos, pero la mejor forma de que los casos se resuelvan r¨¢pido y bien es que podamos trabajar", pide Aldekoa. El mando de la Ertzaintza incide, sin embargo, en que las pequisas seguidas tras la muerte de Laura Orue est¨¢n avanzadas. Ya se sabe c¨®mo ocurrieron los hechos. Por eso, adelanta, que hay "cierta expectaci¨®n [policial] de que pueda resolverse en un plazo razonable".
Expertos policiales y judiciales coinciden en que "lo fundamental" para avanzar en la resoluci¨®n de los asesinatos es conocer el m¨®vil del crimen y realizar una inspecci¨®n ocular implacable. Pero, en "demasiadas ocasiones" no se hace debidamente. Por eso no se resuelven muchos. "No existe el crimen perfecto, sino la investigaci¨®n mal hecha", sentencia un bregado comisario del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Pero cuatro cr¨ªmenes siguen impunes.
Tirar de un hilo
"La Justicia necesita tener un hilo del que tirar para poder investigar y en el caso de mi hija se rompi¨® demasiado pronto", se queja Luc¨ªa, madre de Leticia Temi?o, asesinada en 1995, la ¨²ltima joven asesinada hasta que el 5 de septiembre pasado se localiz¨® en Artxanda el cad¨¢ver de Virginia Acebes.Letic¨ªa ten¨ªa 18 a?os y viv¨ªa en Portugalete. Su cad¨¢ver fue hallado desnudo y violado el 7 de enero de 1995 en un descampado, en la localidad c¨¢ntabra de Pontarr¨®n de Guriezo. Sus padres Luc¨ªa y Jos¨¦ Mar¨ªa hab¨ªan denunciado la desaparici¨®n de su ¨²nica hija un d¨ªa antes. La autopsia revel¨® que hab¨ªa recibido una paliza antes de ser estrangulada. Jam¨¢s se encontr¨® una huella que permitiera avanzar en la investigaci¨®n de la Guardia Civil, primero, y de la Ertzaintza, despu¨¦s. "En cuatro a?os nunca ha habido detenciones pero la investigaci¨®n sigue abierta", recuerda la madre.
A Leticia le precedi¨® en la tragedia Olga Casas, de 19 a?os. El 4 de noviembre de 1990 un jardinero encontr¨® su cad¨¢ver entre helechos en el patio de un colegio, a 30 metros de su domicilio, en Portugalete. Hab¨ªa sufrido abusos sexuales. Pero, fue una pu?alada que le sesg¨® el cuello lo que le caus¨® la muerte. La Guardia Civil detuvo a tres individuos en enero de 1995 pero despu¨¦s de dos semanas en prisi¨®n fueron puestos en libertad. El juez de instrucci¨®n n¨²mero 2 de Barakaldo que investig¨® el caso no encontr¨® indicios de criminalidad y pidi¨® que se sobreseyera el sumario. La Audiencia Provincial de Vizcaya rechaz¨® su archiv¨®.
En la cruenta escalera de cr¨ªmenes a j¨®venes, un ¨¦xito: el asesinato de la ni?a de 12 a?os, Henar Escudero, en mayo de 1993 en el monte Pagassarri de Bilbao. El autor, su primo Angel L¨®pez, de 27 a?os, fue condenado a 30 a?os de c¨¢rcel.
El caso fue uno de los entre 70% y 80% de cr¨ªmenes resueltos en Euskadi, donde se cometen 55,4 delitos por cada cien mil habitantes. Frente a los 73,69 en el resto de Espa?a.
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