Los Pirineos

Lo que el ojo no ve ni el o¨ªdo escucha, no existe. En la Comunidad Valenciana de Eduardo Zaplana se silencian las manifestaciones y se omiten sus im¨¢genes. Las c¨¢maras de la televisi¨®n p¨²blica y auton¨®mica no cubrieron a los miles de alumnos, padres y maestros que el pasado jueves ocuparon pac¨ªficamente el centro de Valencia, exigiendo una escuela p¨²blica que merezca tal nombre. Y eso no es noticia ni suceso noticiable, dicen por donde Canal 9. Tampoco es tema para un debate p¨²blico, serio y necesario eso de la escuela, ante las c¨¢maras y en horas de m¨¢xima audiencia. En horas de m¨¢xima audiencia, y como a las 21.40, la programaci¨®n auton¨®mica y valencian¨ªsima de Canal 9, se ocupa de Ximo Rovira y sus invitados, entre ellos la trivialidad hecha met¨¢fora en el instrumento viril del Conde Lequio.Aunque act¨²a de forma muy correcta nuestra derecha, correct¨ªsima dir¨ªan sus asesores ¨¢ulicos. De los Pirineos hacia ac¨¢ va todo muy bien, indica Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; el Pa¨ªs Valenciano es una arcadia feliz e ilusionante, que cruzar¨¢ el milenio a los sones de guitarra mora, nos dir¨¢ el presidente Zaplana. Cuanto no se ve ni se oye, no existe. Y, as¨ª pues, la grave crisis escolar y valenciana es un embuste, una mentira disfrazada con artificio por agoreros frustrados e izquierdistas de peor pelaje. Gentes, en fin, que ignoran c¨®mo se llama la novia de Rappel.

Ante tama?o ejercicio de hipocres¨ªa pol¨ªtica y social, se ven crecer los Pirineos. Allende los Pirineos no les faltan a nuestros conciudadanos europeos problemas escolares. No son tan inmediatos y perentorios como el de los barracones de La Vall d"Alba, d"Almassora o de Massamagrell, que ese es problema con patente aut¨®noma valenciana y tercermundista, dicho sea con todo respeto hacia los pueblos pobres con b¨ªblicas hambrunas. Los problemas escolares europeos no son extra?os a los nuestros, hablemos por ejemplo de la violencia en los centros, en aumento ac¨¢ y all¨¢. La diferencia radica en el diferente tratamiento y resonancia social que esas realidades escolares tienen en lo medios de comunicaci¨®n, y por ende entre la ciudadan¨ªa.

Baste un bot¨®n de muestra. En la sajona ciudad de Meissen, en el territorio de la autoritaria y dictatorial ex-Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, un adolescente enmascarado con 15 a?os asesin¨® en clase a su maestra de historia. Fue hace dos o tres semanas, y las televisiones y los sesudos tabloides centroeuropeos informaron, opinaron, analizaron el hecho y la atm¨®sfera en que se produjo.Las antenas parab¨®licas nos permitieron ver las im¨¢genes del pasillo de una escuela convertido en un mar de claveles, velas encendidas y rostros temblorosos y compungidos. El rotativo Die Zeit, en un dosier especial que dedic¨® al tema, explica que entre las velas y flores, entre las notas escritas de condolencia hab¨ªa una altamente significativa y rezaba: "?Por qu¨¦ no hizo nadie nada?". Todos conoc¨ªan el ambiente en la escuela y en la clase de la profesora, y todos callaban. Hipocres¨ªa social con un tr¨¢gico desenlace. Ahora todo se hace p¨²blico y se publica.

Aqu¨ª no. Aqu¨ª ni tan siquiera se env¨ªan las c¨¢maras para que informen a la ciudadan¨ªa de algo que a todos nos interesa, que es serio, que no es tribial. Aqu¨ª tendremos que encomendarnos a Dios o al diablo ante tanta desfachatez.