Dulce p¨¢jaro de lentitud
El presidente Zaplana ya no gobierna. Hace bolos. El presidente Zaplana, de gala en gala, ha alcanzado la fase trascendente. Y eso se vio en la Noche de la Econom¨ªa Alicantina: hasta pareci¨® que levitaba, en tanto anunciaba que la Comunidad est¨¢ en un momento de dulce progreso y con todo el futuro por delante. Alguien murmur¨® que en aquellas revelaciones se advert¨ªa la mano de San Pacomio. Lo cierto es que ante tan elevados poderes, al Consell le ha dado un paral¨ªs y ha metido, en dique seco, los problemas de gran tonelaje. Los m¨¢s finos analistas argumentan que ya hemos dejado el estado de bienestar, para incorporarnos el estado de gracia. De tanta gracia que Rita Barber¨¢, tres d¨ªas despu¨¦s de recibir un abucheo clamoroso, sali¨® reelegida presidenta de la FEMP y ech¨¢ndole enfervorizadas arengas al municipalismo patrio.
Pero no se pueden escamotear los efectos de tanto inmovilismo, de tanta inoperancia, de tanta lentitud administrativa y pol¨ªtica. El mismo Zaplana, en esa dulce noche, admiti¨® el insoportable peso de una burocracia abrumadora e in¨²til. Certera declaraci¨®n de principios que no va m¨¢s all¨¢ de su mera enunciaci¨®n. El esc¨¢ndalo Ivex contin¨²a generando sospechas, y no basta con meterse en el burladero de la denuncia presentada por Carmen de Miguel, contra su ex director Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares. Si cuantos aceptaron un empleo de gobierno ahora pretenden sosegar sus conciencias, con la excusa de que el asunto ya est¨¢ en donde debe, es que tratan de eludir la embestida de su responsabilidad. En el instituto p¨²blico, abundan los cargos que disfrutaron de la confianza y del favor de Diego Such, cuando era consejero de Industria. Y al nov¨ªsimo Fernando Castell¨® que gallardamente solicit¨® comparecer en las Cortes, por lo menos para lo del palique, la Mesa no ha querido abrir paso a su ¨ªmpetu. Posiblemente, porque conviene darle al asunto una mano de cosm¨¦tica, y poner orden en los n¨²meros. El agujero contin¨²a ah¨ª, sin que se afronte con la rapidez que la oposici¨®n exige y que la sociedad espera. Son demasiados cientos de millones, y el Ivex puede estallar y hacer estallar, por simpat¨ªa o soplo, otras operaciones de mayor entidad. Las dudas crecen razonablemente: demasiadas presuntas irregularidades en la gesti¨®n financiera. Y eso, adem¨¢s de la intervenci¨®n judicial, requiere una aclaraci¨®n suficiente de los pol¨ªticos, a los que pagamos un considerable salario. ?Por qu¨¦ tanta lentitud en el Consell? ?Temor o incompetencia?, ?Qu¨¦ oculta?, ?A qui¨¦n protege? El PP valenciano vacila. Y esa conducta aviva indicios y prevenciones. El Consell tambi¨¦n debe pechar con sus pifias, y no lisiar leyes que dejen al ciudadano m¨¢s inerme de lo que ya est¨¢. Cu¨¢ntas servidumbres tiene la democracia y con qu¨¦ impudicia las aprovecha m¨¢s de uno.De pena. La TVV con sus represalias por las galer¨ªas subterr¨¢neas de la metodolog¨ªa franquista; con sus improcedentes manipulaciones de un v¨ªdeo que puede conculcar los derechos de la infancia; con sus delirantes shows; y con su despilfarro del dinero de todos los valencianos; la ense?anza p¨²blica en la calle denunciando tanto desvar¨ªo y pidiendo la dimisi¨®n de Taranc¨®n, pillado in fraganti, cuando subvencionaba a tutipl¨¦n determinados centros de ¨¦lite; la siniestralidad laboral disparada hasta extremos alarmantes, aunque la Administraci¨®n auton¨®mica pretenda silenciarla, como los tantos otros aspectos negativos de sus deplorables resultados; y la oposici¨®n, los partidos de izquierda y progreso, a¨²n pregunt¨¢ndose qu¨¦ hacer. Pues echarle m¨¢s agilidad, rigor y coraje, que una derecha as¨ª, de tan oscuros or¨ªgenes y con tendencia a la perpetuaci¨®n, da mucho de s¨ª. Porque, ni por asomo, es esa derecha de di¨¢logo y tolerancia, que hubiera cumplido un buen papel democr¨¢tico. Y adi¨®s a Manolo Alcaraz, que renuncia voluntariamente a su posible reelecci¨®n. Sin duda, uno de nuestros m¨¢s diligentes y combativos diputados.
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