S¨®lo son balbuceos
JOS? LUIS MERINO
La actitud de Ant¨®n Hurtado como pintor merece un comentario especial. Tiene 53 a?os. Es autodidacta. Empez¨® a exponer de manera individual hace cinco a?os, aunque para entonces ha conseguido algunos premios, menciones y medallas, tanto en la especialidad de pintura como en acuarela. Despu¨¦s de ese inicio exposicional, los premios, menciones de honor y m¨¢s medallas de honor fueron sum¨¢ndose a su persona. En ese corto tiempo se ha hecho con una clientela adepta a sus trabajos bastante estimable. Adem¨¢s de eso, es due?o de una nov¨ªsima sala de exposiciones de arte de vanguardia, la bilba¨ªna galer¨ªa Amast¨¦.
Por estos d¨ªas est¨¢ exponiendo en la galer¨ªa Juan Manuel Lumbreras (Bilbao; calle Henao, 3). En sus cuadros se percibe un cambio. Es un cambio de actitud. Resulta como si de pronto se diera cuenta que lo hecho hasta este momento ya no le sirve.
Con la introducci¨®n de unas formas semejantes a pir¨¢mides extra?as o conos traspasados de arriba abajo, m¨¢s paralelep¨ªpedos irregulares torsionados, los cuadros parecen presentar otras propuestas. Las referencias paisaj¨ªsticas que perviv¨ªan en los cuadros anteriores quedan eclipsadas, cuando no anuladas.
A partir de esa actitud, el propio Ant¨®n Hurtado pone en evidencia la fragilidad de aquello en lo que se sustentaba su arte anterior. Las referencias paisaj¨ªsticas de sus cuadros eran una concesi¨®n a un p¨²blico f¨¢cil. Ese p¨²blico necesitado de encontrar en los cuadros una referencia "orientadora", para poder "entender" aquello que ve.
En esa actitud queda patente que un punto de referencia no naturalista da sentido al cuadro. Lo que ocurre es que por el momento esos puntos de referencia s¨®lo son balbuceos. Falta consistencia, un saber qu¨¦ quiere, ad¨®nde va...
Tal vez esa falta de consistencia viene porque no se ha despose¨ªdo del todo de lo anterior. En algunas obras siguen vivos los postulados del pasado reciente. Quiere decirse que se palpa la lucha existente entre lo anterior y lo nuevo. No puede quedar fija la palabra lucha si no va unida a otros conceptos como indecisi¨®n, ambig¨¹edad, miedo, impericia, audacia...
Anexo al cat¨¢logo de la exposici¨®n se ha insertado una hoja volandera, escrita por R. Ant¨®n Troyas, hijo de Ant¨®n Hurtado. Un par de pasajes de ese escrito son dos avisos de luz que vienen en ayuda del padre. Dice el hijo (que adem¨¢s es una promesa como pintor): "El resultado, son cuadros que nacen de gestos mucho m¨¢s contenidos y menos complacientes"... "s¨®lo es un paso m¨¢s, que nos aproxima a lo que ya es el siguiente".
Parte de esas indecisiones se han traslado a unas peque?as esculturas. Los soportes se acercan a la idea de los conos. Se ha pintado sobre ellos. Son trazos gestuales, manchas informes. La presentaci¨®n de esas esculturas se ha hecho ocultando alguna de sus caras. Lo que se concibi¨® como escultura, al presentarse de ese modo queda rebajado a puro adorno. M¨¢s todav¨ªa una de esas pretendidas esculturas, que va como relieve, y que aparecen pintadas en colores naranjas y azul a?il. Queda como un bibelot sin fundamento serio.
Una de las obras con m¨¢s sugerencias v¨¢lidas es una lona grande, forrada de papeles por la parte de atr¨¢s para que cobre un mayor apresto. Dice m¨¢s cosas que los otros cuadros, porque juega con m¨¢s elementos de corte geom¨¦trico. Tambi¨¦n se observa que en las obras sobre papel las nuevas propuestas de sus cuadros cobran un mayor acomodo.
Al margen de los resultados, la actitud de este artista merec¨ªa un comentario. Ahora depende de su capacidad de profundizaci¨®n y en la creencia a vivir en la b¨²squeda de lo nuevo. Cuando el arte de pintar se basa en la repetici¨®n, es posible que deje de ser arte, para convertirse en tiempo perdido. Viene a ser una enga?ifa, y quien primero se enga?a es el propio artista.
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