La excusa se acaba
El Barcelona duerme tranquilo su crisis. Son ya seis partidos los que acumula sin ganar, cuatro los que ha perdido de forma consecutiva en la Liga -tres de ellos fuera de casa-, pero cada semana encuentra una coartada a la que agarrarse para mantenerse feliz. Los incombustibles actos de celebraci¨®n de su centenario -los festejos comenzaron el 28 de noviembre y concluyeron oficialmente ayer con la inauguraci¨®n de una exposici¨®n que todav¨ªa se mantendr¨¢ hasta el mes de junio- no autorizan a los azulgrana a detenerse en unos cuantos malos resultados, en esa distancia de siete puntos que ya les separa de la cabeza de la clasificaci¨®n. Adem¨¢s, el Madrid se retuerce todav¨ªa m¨¢s abajo, junto a las posiciones de descenso, y ¨¦sa es la verdadera referencia an¨ªmica del club catal¨¢n. Por si fuera poco hay una explicaci¨®n cronol¨®gica, la dichosa maldici¨®n que se cierne sobre el Bar?a cada mes de noviembre, que le legitima a seguir los acontecimientos con las manos en los bolsillos. Como sucede cada temporada, sospechan de nuevo los barcelonistas, ya llegar¨¢ la serie interminable de victorias que les conceda otra vez con holgura el t¨ªtulo. Asunto resuelto.La versi¨®n cient¨ªfica sostiene que en esta ocasi¨®n el baj¨®n no obedece a la curva del nivel f¨ªsico del equipo preparado por el cuerpo t¨¦cnico, que este a?o todos los planes se basaron en mantener al conjunto muy fuerte de salida para evitar que se cayese de Europa a las primeras de cambio, pero el Bar?a sigue confiando en una simple cuesti¨®n de fechas.
Tal vez por eso Van Gaal, pese a ense?ar lo peor de s¨ª mismo, conserva licencia para todo. Nadie le busca las vueltas a esa tendencia del equipo a recibir un m¨ªnimo de dos goles ante cualquiera, a la obsesi¨®n del t¨¦cnico por mantener a unos cuantos futbolistas en fase de jubilaci¨®n anticipada, por quitarle minutos a Guardiola, por insinuarse como un entrenador que s¨®lo se desenvuelve con el viento a favor. En los malos momentos, Van Gaal se queda sin respuestas. Y justifica la crisis del equipo -al menos ya reconoce el t¨¦rmino- en que sus futbolistas no saben jugar bajo presi¨®n -Figo, Rivaldo, Guardiola, Kluivert no han debido ganar nada-. Y explica la vuelta al banquillo de Arnau en que Hesp juega mejor con los pies -?y cuando perdi¨® la titularidad el portero holand¨¦s?-. Y se enfrenta a gritos con la prensa cuando ¨¦sta hace un amago de preguntarle por lo que funciona mal.
Hoy se acaba noviembre y con casi toda seguridad la crisis del Bar?a habr¨¢ concluido. Pero tal vez no. Quiz¨¢s el Barcelona siga metido en problemas la pr¨®xima semana. O quiz¨¢s ya sea demasiado tarde para reaccionar. No en su duelo personal con el Madrid, ya que al conjunto blanco le va a costar mucho m¨¢s salir de su laberinto actual. Sino en su batalla por el t¨ªtulo. Por ah¨ª, el Deportivo y el Celta no dan la sensaci¨®n de ir de broma. Mantienen una ventaja sustancial y han cogido un ritmo dif¨ªcil de parar. Antes s¨®lo eran conjuntos modestos, no pasaban de ah¨ª, pero llevan tiempo acostumbr¨¢ndose a ganar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.