Gambitos a la plancha
JAVIER MINA
Cuentan que un mortal se tuvo que jugar la vida eterna al ajedrez con el diablo. Avanzaba la partida y al humano le iba tan mal que ya se ve¨ªa en las calderas de Pedro Botero reduci¨¦ndose a interminables cubitos de Starlux, que son como la eternidad en concentrado. Pero de pronto comenz¨® a sacrificar piezas para gozo del demonio que en ello vio un intento de abreviar la agon¨ªa, s¨®lo que al mover determinada pieza para dar el jaque final, el pobre diablo complet¨® una cruz con las fichas que quedaban por lo que se disolvi¨® en el aire dejando tras de s¨ª cierto olor a azufre pero sobre todo a un mortal victorioso y contento. Pues bien, no otra cosa que derrotar a sus demonios ha conseguido Carlitos G. con su genial gambito del congreso. Quienes no est¨¦n familiarizados con el ajedrez deber¨ªan saber que un gambito consiste en ofrecer una pieza como si uno fuera generoso para obtener, en realidad, mayor ventaja. Que es lo que incluso pens¨® Garaiko-EA sin percatarse que se lo estaban llevando unos demonios muy vivos y precisamente a donde no quer¨ªa ir, al infierno de la ruptura y del cambio de chaqueta, o sea, a la perdici¨®n.
As¨ª pues, mientras en un rinc¨®n del tablero EA y el PNV -que no por no haberse marcado un gambito dejaba de pensar igual- se enrocaban constituy¨¦ndose en un pe?¨®n inamovible que resist¨ªa hasta las erosiones del sentido com¨²n que no hac¨ªa sino advertirles que les estaban manipulando hasta el esc¨¢ndalo para robarles por la espalda peones a tutipl¨¦n, en otro rinc¨®n del tablero las fuerzas oscuras lanzaban alfiles, reinas y caballos a destruir para ver si amedrentando directamente a unos cuantos peones y conmoviendo las torres de la sociedad consegu¨ªan que los m¨¢s impresionables abandonaran la partida dejando expedito el camino para el jaque mate de la abstenci¨®n. Se trataba, por ejemplo, de amordazar a la universidad a base de pancartas y panfletos contra determinados profesores y de pintar un kamupora o una bonita diana a los sospechosos habituales con ese sentimiento tan campechano de la kermesse y el pim pam pum que les anima. Todo para ir consiguiendo una sociedad en la que seguro no merecer¨¢ la pena vivir a tenor de los procedimientos que la preparan. Hoy ser¨ªa un tinglado municipal que huele peor que Dinamarca, ma?ana un inocente censo de abertzales que para s¨ª lo hubiera querido Herodes, pasado ma?ana un Quebec y al otro la rep¨²blica sin moscas del Bidasoa (s¨®lo sin moscas).
Todo iba, pues, seg¨²n el mejor de los mundos posibles hasta que el ¨¢rbitro, aunque en realidad el inventor de todo el tinglado, ha pegado un pu?etazo en la mesa mandando a fre¨ªr esp¨¢rragos fichas y tablero. A su juicio ni se estaban consiguiendo los objetivos perseguidos ni el ritmo de jugadas era el adecuado por lo que dej¨¢ndose de sutilezas y de tanto cuadro blanco y negro, que mezclados no daban m¨¢s que gris, se ha metido directamente a jugar a Mars attack. No le ha importado ni descalificar a los suyos tir¨¢ndoles por tierra toda la estrategia ni esperar a ver en qu¨¦ paraba el proceso de diluir a PNV y EA desde dentro para reincor-porarlos a las filas amigas, tampoco qu¨¦ suceda con sus presos porque ni siquiera verlos en la calle puede sustituir a la visi¨®n incomparable de una Euskal Herria virginalmente independiente. De modo que, puestos a no conseguir nada -porque con una lucidez que algunos deber¨ªan envidiar se hab¨ªa percatado de que no s¨®lo no se estaba consiguiendo nada, sino que ya se acababan incluso las pilas que hubieran permitido un supuesto aceler¨®n del proceso-, ha optado por intentar conseguirlo todo ahora, ya mismo, recurriendo al viejo truco del amosal y el tiro en la nuca.
Si atrevido parec¨ªa el gambito de Garaikoetxea, el de ETA se antoja colosal. Que nadie espere que vayan a emprender acciones de guardarrop¨ªa; la brutalidad tendr¨¢ que estar a la altura de cuanto acaban de arrojar por la ventana. Tampoco es seguro que el pueblo en la calle, ¨¦se pueblo al que dicen estar liberando, pueda conseguir pararlos porque han elegido situarse en una dimensi¨®n donde no rige la pol¨ªtica. ETA acaba de proclamar que lo suyo es morir matando. Lo peor ser¨¢ que todav¨ªa habr¨¢ quien le saque la cara.
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