N¨¢ufrago entre dos fronteras

La tragedia del ni?o balsero Eli¨¢n Gonz¨¢lez, que la semana pasada sobrevivi¨® milagrosamente al naufragio de un barco de cinco metros de eslora despu¨¦s de ver c¨®mo su madre y su padrastro desaparec¨ªan en las aguas del estrecho de Florida, ha estremecido a los cubanos de Cuba y de Miami. Eli¨¢n, de 5 a?os, era uno de los 13 pasajeros que el 22 de noviembre salieron de un lugar cercano a la playa de Varadero en una fr¨¢gil embarcaci¨®n con el prop¨®sito de llegar a Miami. El barco tuvo problemas y la noche del martes zozobr¨® en alta mar, pero los balseros lograron agarrarse a tres c¨¢maras de neum¨¢tico que llevaban a bordo. El cansancio y el fuerte oleaje hicieron lo dem¨¢s: uno a uno, los protagonistas de la fatal aventura fueron ahog¨¢ndose. S¨®lo se salvaron tres: Eli¨¢n, Arianne Horta, de 22 a?os, y su novio, Nivaldo Fern¨¢ndez , de 33. La pareja fue rescatada el jueves cerca de Cayo Vizca¨ªno. Ese mismo d¨ªa, el ni?o fue hallado por dos pescadores sobre el neum¨¢tico en que su madre y su padrastro lo hab¨ªan colocado antes de morir. Hab¨ªa pasado 48 horas solo, a la deriva entre Cuba y EE UU, sin comprender lo que suced¨ªa y ajeno a las circunstancias pol¨ªticas que estaban detr¨¢s del drama que acababa de vivir.Por fortuna, Eli¨¢n Gonz¨¢lez se encuentra bien de salud. Despu¨¦s de ser atendido en un hospital de Miami -presentaba s¨ªntomas de deshidrataci¨®n y algunos cortes en las manos-, sus t¨ªos abuelos, L¨¢zaro y ?ngela Gonz¨¢lez, se hicieron cargo de ¨¦l y lo alojaron en su casa de Little Havana, el popular barrio de Miami. Pero, como era de esperar, su tragedia se politiz¨® enseguida.

El padre de Eli¨¢n, Juan Miguel Gonz¨¢lez, empleado en una empresa tur¨ªstica de Varadero, reclam¨® de inmediato a su hijo a trav¨¦s del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, arguyendo que ¨¦l no hab¨ªa autorizado a su ex esposa a sacar al menor de la isla. La canciller¨ªa cubana, que ya ha tramitado oficialmente la demanda ante la secci¨®n de intereses de EE UU en La Habana, emiti¨® el domingo un comunicado en el que responsabiliza "por entero" al Gobierno de Estados Unidos de las muertes de los diez balseros.

Seg¨²n el Ejecutivo de Fidel Castro, es la "forma insensata" en que desde EE UU "se promueve, estimula y premia la emigraci¨®n ilegal" la que provoca dramas como ¨¦ste, y detr¨¢s est¨¢n tanto las exhortaciones que se hacen desde las radios anticastristas para que los cubanos huyan de la isla, como la ambig¨¹edad de las leyes migratorias norteamericanas, que por un lado obligan a deportar a la isla a los balseros interceptados en alta mar, pero por otro permiten quedarse en EE UU a los que logran "pisar tierra", en virtud de la Ley de Ajuste Cubano. Para Estados Unidos y la militante comunidad del exilio cubano en Florida el enfoque es otro: es la falta de libertad y de esperanzas de progreso econ¨®mico la que motiva que los cubanos abandonen su pa¨ªs arriesgando sus vidas. En medio del drama y del cruce de acusaciones pol¨ªticas entre ambos Gobiernos, sobre Eli¨¢n se cierne ahora una nueva pesadilla. Sus t¨ªos abuelos ya han dicho que piensan impedir un posible intento de repatriaci¨®n, pese a que la reclamaci¨®n legal, de no ponerse de acuerdo las partes, podr¨ªa involucrar a organismos internacionales como el Tribunal de Justicia de La Haya. Algunos abogados norteamericanos afirman que, a pesar de las posibles alegaciones de Cuba, de acuerdo a la Ley de Ajuste Cubano, el ni?o es un refugiado y, como tal, tiene todos los derechos para quedarse en EEUU.

Mientras tanto, la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, republicana por Florida, y el l¨ªder de la organizaci¨®n anticastrista Hermanos al Rescate, Jos¨¦ Basulto, ya han visitado a la familia de Eli¨¢n en Miami y le han ofrecido apoyo y ayuda para evitar que el ni?o vuelva a la isla con su padre. La Fundaci¨®n Nacional Cubano-Americana no ha perdido tiempo para sacar partido de la situaci¨®n: ha hecho un p¨®ster con la foto de Eli¨¢n para que sea utilizado durante la posible visita que esta semana realizar¨¢ Fidel Castro a Seattle (Washington) para asistir a la reuni¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Eli¨¢n no sabe nada de esta historia. S¨®lo es consciente de que su madre, Elizabeth, se ahog¨® ante sus ojos poco despu¨¦s de ponerlo sobre el neum¨¢tico en el que pas¨® 48 horas a la deriva entre Cuba y Miami.