Daniel Gatti triunfa en Bolonia con una "Tosca" llena de dramatismo

Un mundo en blanco y negro con el ¨²nico destello de color de los trajes suntuosos de Floria Tosca y de los monaguillos que integran el coro, as¨ª es la Tosca, de Giacomo Puccini, en la versi¨®n que propone el maestro milan¨¦s Daniel Gatti, con la que inaugur¨® el s¨¢bado la temporada el Teatro Comunale de Bolonia. Un drama oscuro matizado por la belleza de algunos de los pasajes inmortales escritos por Puccini hace poco m¨¢s de un siglo. El centenario se rozaba casi, porque el estreno de Tosca en el teatro Costanzi de Roma se produjo el 14 de enero del a?o 1900.

Bajo la batuta del director Daniel Gatti, los int¨¦rpretes del drama en tres actos, Daniela Dess¨ª, Vincenzo La Scola y el veterano Ruggero Ramondi, aportan a la historia de la cantante Floria Tosca todo el dramatismo presente en la obra de Victorien Sardou, que el compositor italiano trasladar¨ªa con todo rigor a la partitura.Gatti se hab¨ªa propuesto desde el principio recuperar el verdadero esp¨ªritu de Puccini en esta versi¨®n. A juicio del joven director milan¨¦s, al contrario que en el caso de Giuseppe Verdi, cuyas partituras han sido tratadas siempre con extraordinario respeto, la m¨²sica de Puccini ha sido malinterpretada, edulcorada o modificada sin raz¨®n.

El director del Teatro de Bolonia (tarea que compagina con la direcci¨®n de la Royal Philharmonic de Londres) se ha propuesto reconducir el texto musical a sus or¨ªgenes. Dejar que los int¨¦rpretes declamen las frases sobre las notas en lugar de imponer, como han hecho otros directores, p¨¢rrafos veristas que no est¨¢n se?alados en el texto. Gatti huye del sentimentalismo que ha lastrado a menudo las representaciones de las ¨®peras de Puccini. "Tosca es una pieza muy teatral", explicaba el director en unas recientes declaraciones, "definida como un drama denso, fulminante, condensado en un tiempo de acci¨®n que va del mediod¨ªa a las cuatro de la ma?ana". El saldo final de la historia: tres protagonistas, tres muertes, no deja duda del car¨¢cter tr¨¢gico del relato.

Escenarios

Los tres actos de Tosca, que se desarrolla en tres bell¨ªsimos escenarios romanos en 1800, cuando las tropas borb¨®nicas han desbaratado la rep¨²blica romana establecida por Napole¨®n, se articulan en la versi¨®n bolo?esa en torno a una gigantesca y desnuda escalera. Reproducciones gigantes en blanco y negro de cuadros de madonnas sit¨²an al espectador en el interior de la iglesia de San Andrea della Valle, en el centro de la Ciudad Eterna, donde los principales personajes del drama se presentan: el pintor Mario Cavaradossi (Vincenzo la Scola), la bella Floria Tosca y el perverso bar¨®n Scarpia, jefe de la polic¨ªa borb¨®nica.

Este primer acto se cierra con uno de los momentos m¨¢s felices de la escenograf¨ªa dirigida por Alberto Fassini, cuando un golpe de luz convierte una de las reproducciones pict¨®ricas en una tela transparente a trav¨¦s de la cual se vislumbra el paso de una espl¨¦ndida procesi¨®n religiosa, con monaguillos decimon¨®nicos y sacerdotes cubiertos con lujosas capas pluviales. El sonido de la tromba enmarca la sonoridad de las voces del coro que quedan suspendidas en el aire durante unos segundos milagrosos.

El p¨²blico premi¨® los aciertos puristas de Gatti con una interminable ovaci¨®n al final de la obra, s¨®lo comparable a los aplausos que acogieron a Daniela Dess¨ª, una Tosca de voz bell¨ªsima, y a Ruggero Raimondi, que contaba con la ventaja adicional de cantar en su tierra. Vincenzo La Scola tuvo un comienzo fr¨ªo, pero el tenor recuper¨® soltura y dominio del papel en el tercer acto, dominado por una gigantesca reproducci¨®n del ¨¢ngel que corona el castillo de Sant"Angelo, a un paso del Vaticano.