Respeto
VICENT FRANCH
Unas semanas antes de empezar la campa?a electoral, el Club Jaume I, al que me honro en pertenecer desde que D. Vicent Rodr¨ªguez me invitara a principios de los a?os 80 a hablar a sus socios de un libro m¨ªo sobre el nacionalismo agrarista valenciano, compareci¨® en la amable comida que re¨²ne a medio centenar de socios alrededor de un plato de arroz D. Eduardo Zaplana, entonces presidente en funciones de la Generalitat Valenciana y candidato a la presidencia en las elecciones inmediatas. No es menester que diga ahora que en la reuni¨®n el presidente en funciones estuvo brillante, convincente y hasta capaz de lograr de la heterodoxa concurrencia m¨¢s aplausos que suspensos, porque de eso quedamos que no se iba a publicar nada, pero la presencia de periodistas, invitados expresamente en esa ocasi¨®n, y las noticias que aparecieron al d¨ªa siguiente en algunos medios de comunicaci¨®n haci¨¦ndose eco de los off de record del candidato creo que me exoneran de guardar discreciones que no lo son y me permiten recuperar ciertas noticias que gener¨® la comparecencia porque ahora mismo parecen novedades.
En efecto, las recientes declaraciones de Ram¨®n J¨¢uregui en su visita a Valencia sobre el escaso inter¨¦s que para este dirigente del PSOE (?y para el propio PSOE?) tiene que en la reforma de nuestro Estatuto de Autonom¨ªa se consigne la capacidad de disoluci¨®n anticipada de las Cortes Valencianas para el presidente de la Generalitat, han levantado un cierto clamor, mientras que entonces, en aquella comparecencia, el propio presidente Zaplana dijo con bastante claridad (y este peri¨®dico lo recogi¨® fidedignamente) que la reforma del Estatut hab¨ªa estado dificultada en la pasada legislatura por el acuerdo de J¨¢uregui (PSOE) y Acebes (PP) contrario a tocar los estatutos, y que ¨¦l, acababa de arrancar a su partido, el PP, que el Estatuto valenciano pudiese sortear las guardias pretorianas centrales de los dos grandes partidos estatales y lograr el pl¨¢cet no s¨®lo en las Cortes Valencianas sino en las espa?olas.
Si entonces quedaba claro que la tan tra¨ªda y llevada reforma del Estatuto no era posible porque, una vez m¨¢s, las componendas de la pol¨ªtica de Estado nos reservaban para mejor ocasi¨®n, ahora, que se supone que nuestro presidente ya tiene la luz verde que anunci¨®, viene la otra parte (el PSOE) con el paso cambiado y minimiza una de las reformas cuyo contenido pol¨ªtico marca de verdad el alcance que podr¨ªa tener la ansiada actualizaci¨®n de la carta de nuestro autogobierno. Y, claro, si una de las partes decisivas para reunir la mayor¨ªa cualificada que precisa la reforma en nuestras Cortes y en las espa?olas se toma a burla algo que ya parec¨ªa asumido por los negociadores de aqu¨ª, el proceso vuelve a estar en manos de quienes no quisieron impulsarla en la pasada legislatura, es decir, fuera de la competencia del pueblo valenciano y de sus instituciones.
De nuevo, pues, las reformas que ten¨ªan aqu¨ª visos de consenso y pod¨ªan suponer la correcci¨®n hist¨®rica del timo descomunal que sufrimos los valencianos con el proceso auton¨®mico, con la excusa de nuestra guerra particular -organizada por cuatro aventureros pol¨ªticos, porque fueron cuatro-, son contempladas por los herederos de aquellos con absoluta falta de respeto.
Con estos proleg¨®menos no ser¨¢ de extra?ar que la reforma se eche a dormir en los bancos del parlamento valenciano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.