El destino sonr¨ªe de nuevo al Manchester
El Palmeiras fue mejor, pero sucumbi¨® a la brasile?a con un grave error de su portero
Los ingleses patentaron el f¨²tbol y los brasile?os lo perfeccionaron hasta lo sublime. Pero Brasil sigue con una asignatura colgada: los porteros. Su historia est¨¢ tan repleta de talentos como hu¨¦rfana de guardametas. Como consecuencia de su amor por la pelota, al malo se le arrincona junto a la red desde la infancia. As¨ª debi¨® sucederle a Marcos, arquero del Palmeiras, que con un pu?etazo al aire consinti¨® a Keane empujar el bal¨®n a la red. Una pifia que brind¨® a Gran Breta?a su primera Intercontinental y priv¨® al Palmeiras de un merecido triunfo. Al igual que en la final de la Liga de Campeones, al Manchester de nuevo le sonri¨® la ruleta. Quiz¨¢ gui?os del destino, en deuda con Old Trafford desde que hace 41 a?os un avi¨®n se estrellara en M¨²nich con un glorioso United dentro.El choque tuvo dos velocidades, reflejo de dos formas de concebir el juego. Sir Alex Ferguson renunci¨® a su cl¨¢sico 4-4-2 y s¨®lo envid¨® en ataque con Solskjaer. Como envolvente, una defensa de cuatro en l¨ªnea y cinco centrocampistas. Todos con la manta hasta las cejas, con amplia vista panor¨¢mica y las luces largas encendidas a la espera de una carrera profunda y punzante. El sargento Scolari puso la corta. Comprimi¨® filas, redujo espacios e inclin¨® el campo a la izquierda, al costado de Zinho y ?lex, dos zurdos livianos de trazo corto y mira ancha.
MANCHESTER UNITED 1 - PALMEIRAS 0
Manchester: Bosnich; G. Neville, Stam, Silvestre, Irwin; Beckham, Keane, Butt, Giggs; Scholes (Sheringham, m.76); y Solskjaer (Yorke, m.46).Palmeiras: Marcos; Arce, Baiano, Roque, Junior; Sampaio, Galeano (Evair, m.52); Zinho, ?lex; Asprilla (Oseas, m.55) y Nunes (Euller, m.79). Gol. 1-0. M. 35. Giggs se escapa por velocidad de Arce, pone el bal¨®n de rosca sobre el ¨¢rea, el guardameta Marcos falla estrepitosamente en el despeje y Keane marca con la pierna derecha a puerta vac¨ªa. ?rbitro: Helmut Krug (Alemania). Mostr¨® tarjeta amarilla a ?lex y Silvestre. Estadio Nacional de Tokio. 56.000 espectadores. 38? y ¨²ltima edici¨®n de la Copa Intercontinental. Giggs fue elegido mejor jugador del torneo. La polic¨ªa expuls¨® a seguidores ingleses por enfrentamientos con hinchas brasile?os. En Sao Paulo, mientras, seguidores del Palmeiras provocaron diversos incidentes tras la derrota.
Escondido el United, los paulistas siempre estuvieron un pelda?o por encima. El f¨²tbol gran¨ªtico de los ingleses fue desnudado una y otra vez por la astucia de Zinho y ?lex -real promesa brasile?a-, la electricidad de Junior en el lateral izquierdo -al que Beckham regal¨® dos autopistas, una en ataque y otra en defensa- y la cintura de culebra de Asprilla.
Visto que su equipo estaba azotado y sin respuesta, Ferguson rebobin¨®. A la media hora orden¨® calentar al delantero Yorke en busca de un acompa?ante para el ermita?o Solskjaer que permitiera atizar el fuego. No hab¨ªa roto a sudar el caribe?o Yorke cuando Giggs, dimitido hasta entonces, enganch¨® la pelota en su carril izquierdo. El equipo estaba encongido y el gal¨¦s no encontr¨® ayuda para el toque. Meti¨® la quinta. Con tres zancadas y su marcador -Arce- asomando por el retrovisor colg¨® la pelota hacia el ¨¢rea con un ligero efecto enroscado. Marcos sali¨® decidido, pero con perdigones en los guantes. Lanz¨® un crochet al vac¨ªo y la pelota cay¨® al pie de Keane, que irrumpi¨® con decisi¨®n desde la media cancha y arrim¨® el bal¨®n a la red. Un gol propio de un llegador. De uno de esos tipos que asoman por el callej¨®n del nueve y medio, a espaldas del nueve y delante del diez. Papel que en el United se suele reservar Scholes, ayer de fontanero.
El latigazo retras¨® la salida de Yorke y sirvi¨® para que cada bando acentuara a¨²n m¨¢s su apuesta inicial. Los brasile?os se fueron arriba con todo. A golpe de corneta, Scolari hizo desfilar a los tres delanteros reservas: Evair, Oseas y Euller. Al Manchester se le amontonaron los problemas. El choque se convirti¨® en un duelo personal entre el Palmeiras y Bosnich, portero del United. El australiano hizo el partido de su vida. Le zurraron por todos los lados. Sobre todo ?lex, al que sac¨® media docena de remates. Y los que no sacaba le rebotaban como piedras. A la zurra brasile?a replic¨® Giggs, que tuvo un par de contras para sentenciar. Hasta que los compa?eros de Marcos agonizaron estrellados frente a Bosnich. Frustrados por su propia g¨¦nesis: por catedr¨¢tico que sea su f¨²tbol, en este juego a¨²n se necesita un portero. Da igual que sea australiano. Nunca brasile?o.
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