Kohl asume la responsabilidad pol¨ªtica por haber mantenido cuentas secretas de la CDU
Helmut Kohl asumi¨® ayer por fin la responsabilidad por la existencia de una contabilidad paralela de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU), que se utiliz¨® para canalizar donativos a la organizaci¨®n que vertebr¨® entre 1982 y 1998 el Gobierno de coalici¨®n de Alemania. "Lamento que las consecuencias de este proceder sean la falta de transparencia y de control, as¨ª como posibles transgresiones de la ley", manifest¨® ayer en la tumultuosa rueda de prensa que sigui¨® a la reuni¨®n de la directiva de la CDU en Berl¨ªn. "Yo no quer¨ªa eso, yo quer¨ªa servir a mi partido".
Pas¨¢ndose la lengua por los labios, como suele hacer cuando est¨¢ en tensi¨®n, el ex canciller se limit¨® a leer un texto de cuatro puntos en el que se reconoce la existencia de una financiaci¨®n paralela durante la ¨¦poca en que fue presidente de la CDU. Kohl no aclar¨® cu¨¢nto tiempo se mantuvo la contabilidad paralela, cu¨¢ntas donaciones pasaron por ella, cu¨¢l fue su origen, cuant¨ªa y cu¨¢ntos altos cargos de su partido conoc¨ªan de su existencia. Kohl, que fue presidente de la CDU durante 25 a?os (de 1973 a 1998), es ahora presidente honorario del partido y diputado del Bundestag (Parlamento federal), tras haber perdido las elecciones en septiembre de 1998. Con su confesi¨®n de ayer, el pol¨ªtico sucumb¨ªa a las presiones internas de sus sucesores al frente de la CDU y tambi¨¦n a las revelaciones que se han ido acumulando desde el 5 de noviembre. En esa fecha, el ex tesorero de la CDU Walther Leisler Kiep compareci¨® ante la justicia, que le reclamaba por supuesta evasi¨®n de impuestos. Kiep declar¨® entonces que el 26 de agosto de 1991, en Suiza, hab¨ªa recibido del comerciante de armas Karlheinz Schreiber una maleta con un donativo de un mill¨®n de d¨®lares (160 millones de pesetas al cambio de hoy) en efectivo para la CDU. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el Gobierno de Kohl autoriz¨® la exportaci¨®n de tanques a Arabia Saud¨ª, lo que ha abierto las especulaciones sobre un posible soborno.
Al principio, Kohl reaccion¨® como un pol¨ªtico inmaculado profundamente herido en su honor. El ex canciller asegur¨® que desconoc¨ªa la existencia de donativos de este tipo e insisti¨® en declarar antes de Navidad en la comisi¨®n que el Bundestag ha creado para investigar esto.
"Durante mi mandato como presidente del partido consider¨¦ necesario el tratamiento confidencial de ciertos asuntos, como los donativos especiales a organizaciones y sociedades del partido, o, por ejemplo, la ayuda urgente en la financiaci¨®n de su trabajo pol¨ªtico", afirm¨® el canciller. "Me pareci¨® justificada una contabilidad separada de las cuentas normales que gestionaba la tesorer¨ªa federal", prosigui¨® Kohl, seg¨²n el cual esta contabilidad paralela fue confiada al censor de cuentas Weyrauch und Kapp, de Francfort. Esta entidad se ocupaba tambi¨¦n de administrar las n¨®minas del partido.
Confianza personal
Kohl dijo haber confiado plenamente en la empresa Weyrauch und Kapp y afirm¨® que "en toda mi vida pol¨ªtica la confianza personal fue y ha sido m¨¢s importante que las comprobaciones puramente formales".
Refiri¨¦ndose a la necesidad de evitar los da?os al partido, Kohl explic¨® que las consideraciones sobre sus casi 640.000 militantes y sobre la nueva directiva le hab¨ªan llevado a asumir la "responsabilidad pol¨ªtica" por los "errores surgidos durante mi mandato". El ex canciller rechaz¨®, sin embargo, las acusaciones de venalidad o compra de las decisiones pol¨ªticas. "Todos los que me conocen saben que me he sentido y me siento exclusivamente obligado a ser responsable por el bien de nuestro pa¨ªs", sentenci¨®.
El ex canciller abandon¨® despu¨¦s la rueda de prensa y dej¨® que su sucesor en la presidencia de la CDU, Wolfgang Sch?uble, y la secretaria general, Angela Merkel, respondieran a las preguntas de los periodistas. Ni Sch?uble, que ha estado hospitalizado recientemente, ni Merkel, una representante de las nuevas generaciones, aclararon los puntos b¨¢sicos del asunto, que podr¨ªa cortar la brillante trayectoria electoral de la CDU en las pr¨®ximas elecciones regionales. Sch?uble reconoci¨® que la ¨²ltima cuenta paralela de la CDU se cerr¨® el 2 de diciembre de 1998 y que ¨¦sta estaba vac¨ªa. Tambi¨¦n afirm¨® que un primer examen de los documentos de la CDU revelaban la existencia de otras cuentas paralelas en los a?os noventa. La contabilidad paralela no s¨®lo transgrede la ley de los partidos, sino tambi¨¦n las normas internas de la CDU, se?al¨® Sch?uble, seg¨²n las cuales el partido proceder¨¢ con la m¨¢xima celeridad para aclarar el asunto. El jueves debe formarse la comisi¨®n parlamentaria investigadora y el presidente designado, Volker Neumann, del Partido Social Dem¨®crata (SPD), ha calculado que se necesitar¨¢ un plazo de dos a?os para concluir la misi¨®n.
Un estilo de direcci¨®n patriarcal
Helmut Kohl ha sido algo m¨¢s que un dirigente para la CDU y para Alemania. Ha sido la personificaci¨®n de un estilo, y quienes lo rechazan hoy como anticuado son los mismos que lo cultivaron hasta hace poco en su beneficio. Kohl ha dirigido el partido "en un sentido patriarcal" y la "comprensi¨®n patriarcal del mando ha hecho que no se hayan respetado los requisitos formales", explic¨® ayer Wolfgang Sch?uble, el presidente de la CDU.Sch?uble subray¨® que el esc¨¢ndalo de la contabilidad paralela no empa?ar¨¢ la figura de Kohl e hizo esfuerzos por enmarcar el proceder de ¨¦ste en el estilo que caracterizaba al ex canciller. Contemplar los sucesos de principios de esta d¨¦cada con una perspectiva de 1999 resulta err¨®neo, dijeron los representantes de la CDU, que dieron la cara ayer.
Sch?uble dijo estar seguro de que Kohl no se hab¨ªa dejado sobornar y explic¨® que el canciller hab¨ªa mantenido la contabilidad paralela con objeto de tener margen de maniobra, es decir, apoyar econ¨®micamente a una organizaci¨®n determinada de la CDU, sin despertar celos en otras. Afirm¨® tambi¨¦n que la contabilidad paralela no est¨¢ vinculada necesariamente con dinero negro. La CDU est¨¢ "orgullosa" de los m¨¦ritos de su antiguo presidente, se?al¨® Sch?uble.
Sin embargo, mitigada por la necesidad de guardar las formas, estos d¨ªas aflora a la superficie la frustraci¨®n interna reinante en la CDU durante los ¨²ltimos a?os de la gesti¨®n de Kohl, aunque ninguno de los barones de la CDU fue capaz entonces de cuestionar en serio su liderazgo. Kohl hab¨ªa creado un sistema de lealtades personales y estaba perfectamente informado de la situaci¨®n en el partido incluso en sus organizaciones m¨¢s remotas. El ex canciller llamaba por tel¨¦fono a los dirigentes de provincias, les visitaba de forma repentina y sab¨ªa comer y beber campechanamente con ellos. Hoy, los j¨®venes de la CDU quieren dar carpetazo al pasado cuanto m¨¢s pronto mejor y evitar que la sombra de Helmut Kohl les hipoteque el futuro; por de pronto, dos importantes elecciones regionales el a?o pr¨®ximo.
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