Respeten al alcalde

Hace unos a?os, a un alcalde se le ocurri¨® decir que la justicia era un cachondeo y parte de la judicatura puso el grito en el cielo. Incluso, m¨¢s adelante, alegando una necesaria protecci¨®n contra semejante tipo de manifestaciones, una minor¨ªa de ese colectivo pidi¨®, para asegurar el respeto hacia sus actuaciones, que se recuperase la figura del desacato.Hoy, un alcalde hace una propuesta para esclarecer un delito y algunos jueces, pocos, pero que temporalmente representan al conjunto -si bien, en este caso concreto, me consta que muchos dentro del colectivo disienten de las apreciaciones de sus representantes-, la tachan, con palabras que podr¨ªan significar un agravio hacia el proponente, de in¨²til, ineficaz e inviable, descalificando a priori una idea nada descabellada, que adem¨¢s, seg¨²n parece, por jueces ha sido aplicada en otras instancias.

Los hechos comienzan por demostrar que no es inviable. Y as¨ª debe pensarlo el cuerpo policial a cargo de la investigaci¨®n y el ¨®rgano administrativo del que depende, pues existe disposici¨®n a aportar el dinero necesario para realizar lo que ser¨¢, en el contexto de tal investigaci¨®n, una simple prueba m¨¢s. Y si resultar¨¢ in¨²til e ineficaz o servir¨¢ para detener al asesino, s¨®lo el tiempo podr¨¢ decirlo.

Y algo deben saber de justicia los alcaldes, pues, en definitiva, en siglos pasados, el apelativo de alcalde se daba a quienes ten¨ªan potestad, como jueces togados, para el ejercicio jurisdiccional en algunas materias. Por ello, en puridad debe decirse que no son concebibles "agresiones" verbales como las realizadas contra las aportaciones para la soluci¨®n del asesinato de Eva Blanco de quien preside el Ayuntamiento de Algete por algunos miembros, otra vez pocos, de un colectivo que exige, para quienes lo componen, respeto.- . .