Mario Muchnik consigue con sus memorias un ¨¦xito editorial
Mario Muchnik (Buenos Aires, 1931) arrastra la carrera editorial m¨¢s accidentada de los ¨²ltimos a?os. Animado ahora por el ¨¦xito de Lo peor no son los autores, unas memorias en las que arremete contra viudas de escritores, editores y autores ("lo llaman el ?Hola! de las editoriales", dice), achaca a su arrogancia y a su desapego por el dinero las espantadas de las empresas que le dejaron en la calle. Niega que sea una venganza, alega que no dice nada que no pueda probar y avisa de que prepara una biograf¨ªa, esta vez, "vital".
Editor at¨ªpico y pol¨¦mico, hijo tambi¨¦n de editor y f¨ªsico de profesi¨®n, quiso ser fot¨®grafo, pero aterriz¨® a los 35 a?os en el mundo editorial. Con una carrera plagada de altibajos, siempre sonoros, particip¨® en Muchnik Editores y en Difusora Editorial, fundada por su padre y Joan Seix, hasta que acab¨® de asalariado del Grupo Anaya. En la calle y sin un duro, asegura (hoy vive en un piso "de alquiler", atiborrado de libros y arte, que incluye dos dibujos de Picasso), ha creado su propia empresa: del Taller de Mario Muchnik, compuesta por ¨¦l y un ordenador ("no mando a nadie, pero nadie me manda", dice), que le est¨¢ rentando bien gracias al ¨¦xito de Lo peor no son los autores, del que ha vendido 7.000 ejemplares antes de presentarlo. Ayer lo hizo en Madrid junto a Javier Reverte y Alfonso Guerra, quien defini¨® a Muchnik como "un editor jud¨ªo, enamorado de la edici¨®n, iconoclasta y con una aguda sensibilidad y un gramo de locura sabiamente administrados".El primer cap¨ªtulo ya contiene dinamita: presupone que la viuda de Alberti, Mar¨ªa Asunci¨®n, retoc¨® los textos del poeta y elimin¨® del quinto libro de La arboleda el nombre de la hija del poeta, Aitana, con la que la viuda no mantiene buenas relaciones y se?ala que la caligraf¨ªa no parece ser la de Alberti. "Yo no descubro nada. V¨ªctor de la Concha ya denunci¨® antes que hubo censura por parte de "la se?ora", como dijo ¨¦l. Mi libro apareci¨® cuando Alberti viv¨ªa, no se me puede tachar de oportunista y tengo papeles que si un d¨ªa su hija los necesita se los mostrar¨¦. Y en el debate sobre su herencia no quiero participar, pero no debe de ser tan complicado que algunos miren unos papeles".
Carlos Barral
Tampoco sale bien parado su amigo Carlos Barral, desalojado de la direcci¨®n editorial de Difusora Editores, que en su lugar ocup¨® Muchnik. "Empiezo a pensar que ese cap¨ªtulo est¨¢ mal escrito. Yo me enamor¨¦ de Carlos como todos los hombre y mujeres que le conocimos. Pero reconozco que su desalojo se lo ten¨ªamos que haber dicho, no en t¨¦rminos empresariales, sino en una cena de amigos. Pero Carlos, que era muy atractivo, acab¨® muy imbuido por su personaje, el de un se?or paseando a caballo por su castillo. Y se volvi¨® irritable, fr¨ªvolo y superficial, aunque yo siempre intu¨ª que su interior era m¨¢s complicado e interesante".
Muchnik, que edit¨® a Jorge Guill¨¦n, Elias Canetti, Julio Cort¨¢zar, Isma¨ªl Kadar¨¦ e Isaac Montero, entre otros, afirma que no es rencoroso. En todo el mundo editorial hay mucho chafardeo, a?ade. "Pero lo hago sin morbo y no he recibido amenazas". Adjudica el ¨¦xito editorial a que funciona el boca a boca y a que cuenta las cosas con pasi¨®n y sentimiento. ?moci¨®n la que pone al hablar de Cort¨¢zar, con quien pas¨® el ¨²ltimo verano del autor de Rayuela. O de Montero, de quien afirma que no est¨¢ suficientemente valorado pese a ser premio Nacional de la Cr¨ªtica por Ladr¨®n de lunas.
Apost¨® por el libro de ¨¦xito De parte de la princesa muerta, de Kenize Mourad, porque cree que est¨¢ mucho mejor escrito que lo que hacen Ken Follet o Stephen King, "que son unos sinverg¨¹enzas". "Yo nunca he editado literatura de consuelo. Mi lema editorial lo adopt¨¦ de Giulio Einaudi : un libro se publica si es bueno, no se publica si no lo es, y toda consideraci¨®n comercial ha de plantearse despu¨¦s de la decisi¨®n puramente literaria". Y defiende a capa y espada a sus colegas Jorge Herralde ("el mejor de todos nosotros"), Beatriz de Moura y Esther Tusquets. Afirma que en Lo peor no son los autores se ha autocensurado "algo" que revelar¨¢ en sus pr¨®ximas memorias. Ser¨¢ dentro de dos a?os.
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