El Supremo ratifica la expulsi¨®n de la Guardia Civil de una agente que se prostitu¨ªa

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la expulsi¨®n de la Guardia Civil, en 1998, de una agente que se dedicaba a la prostituci¨®n en su tiempo libre al considerar que existen suficientes pruebas de cargo contra ella. En el auto en el que desestima el recurso presentado por la afectada -desde que en 1988 se permiti¨® la incorporaci¨®n de las mujeres al cuerpo, es la primera excluida-, el tribunal sostiene que los hechos son constitutivos de una falta "muy grave" prevista en el art¨ªculo 9 de la Ley Disciplinaria, la de "observar conductas contrarias a la dignidad de la instituci¨®n" aunque "no constituyan delito".Seg¨²n la sentencia, tras haberse recibido el "soplo" de un confidente, miembros de Asuntos Internos de la Guardia Civil siguieron a la agente al t¨¦rmino de su jornada laboral y comprobaron que "al menos" durante siete noches de junio de 1997 se dedic¨® "al ejercicio de la prostituci¨®n en un local abierto al p¨²blico [en la elitista colonia madrile?a de El Viso] en el que los servicios sexuales a prestar" por las mujeres "y el precio" a pagar por sus clientes "eran convenidos por los interesados".

Los magistrados rechazan la versi¨®n de la agente de que acud¨ªa a ese establecimiento "exclusivamente" para vender productos cosm¨¦ticos a las mujeres que trabajaban all¨ª o a realizar pr¨¢cticas de esteticista, as¨ª como su argumento de que "el plus de moralidad" exigible a los guardias civiles no lo es en su vida privada, puesto que ello se contradice "totalmente" con lo que prescriben las ordenanzas y los reglamentos militares.

Seg¨²n el tribunal, la agente, "que ostentaba una situaci¨®n econ¨®mica muy superior" a la correspondiente a sus ingresos como tal, "confunde la privacidad e intimidad de cualquier acto, que impide la exteriorizaci¨®n del mismo y la valoraci¨®n ¨¦tica que pueda merecer, con el comportamiento fuera del servicio que haya de observar todo guardia civil, que habr¨¢ de ser acorde a las normas de moralidad que rigen la vida en sociedad y velar en todo momento por el buen nombre de la instituci¨®n a la que pertenece".