La barra, el suelo y la gloria
Jes¨²s Carballo y Gervasio Deffer, campeones mundiales de gimnasia, arrastran multitudes en M¨¢laga
Una multitud disciplinada hace cola en el pasillo. Todav¨ªa falta media hora para que comience la conferencia, pero ellos est¨¢n all¨ª, firmes, esperando ante la puerta cerrada. Uno se acerca, pensando qu¨¦ fuerza puede congregar a tanta gente, y pregunta "?qu¨¦ pasa aqu¨ª?". Catorce adolescentes se?alan un cartel a todo color y responden a coro: "Que vienen los campeones del mundo de gimnasia".Los campeones. Por m¨¢s se?as, Jes¨²s Carballo y Gervasio Deffer. Pasaron ayer por M¨¢laga para presentar el plan ADO, un programa de becas para deportistas de ¨¦lite, y de paso contaron a unos setecientos estudiantes malague?os c¨®mo es su vida, cu¨¢les son sus planes y sus aspiraciones, y c¨®mo se ve el mundo desde lo m¨¢s alto -desde la barra fija en la que Jes¨²s gan¨® el campeonato del mundo- y desde lo m¨¢s bajo -el suelo donde Gervasio se proclam¨® subcampe¨®n-.
Los gimnastas actuaron como un d¨²o de buenos c¨®micos. Jes¨²s hablaba mucho, con aire de juventud extrema y ojos l¨²cidamente azules. A su lado, Gervasio hac¨ªa muecas, quej¨¢ndose de que su compa?ero lo dec¨ªa todo y le dejaba sin palabras ni argumentos. El p¨²blico se rindi¨® a sus encantos, y les hizo las preguntas m¨¢s variopintas; si los gimnastas se iban de juerga y beb¨ªan (unos m¨¢s, otros menos); si pod¨ªan mantener relaciones sexuales la noche antes de una competici¨®n (s¨ª, s¨ª pueden, pero sin desmesuras); si no les parec¨ªa injusto que los futbolistas cobren tanto y ellos tan poco (s¨ª, s¨ª, de acuerdo).
Jes¨²s y Gervasio -Gervi, le dicen-, llevan vidas paralelas. Residen en centros de alto rendimiento, el primero en Madrid y el segundo en Barcelona. Comenzaron a hacer gimnasia desde muy peque?os, y ahora, con 23 y 19 a?os respectivamente, dedican un m¨ªnimo de seis horas diarias a entrenar. Los dos se empe?an en hacer cosas "normales", los dos han dejado de estudiar por falta de tiempo, aunque Jes¨²s dice alto y claro que termin¨® COU con una nota de 7.9, y despierta grandes ovaciones en la sala. Mientras, Gervasio pone los ojos en el techo y sonr¨ªe. Si se le mira de cerca, se ve que se ha quitado un piercing de la nariz y dos pendientes de la oreja izquierda para la ocasi¨®n.
Los dos aspiran a conseguir medallas en Sidney. "S¨®lo faltan ocho meses". Pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil, explican. "Hoy hay buenos gimnastas en todos los pa¨ªses, y el mero hecho de estar en la final ya es dif¨ªcil". Creen que la gimnasia en Espa?a est¨¢ en su mejor momento, a nivel de competici¨®n. "Pero falta escuela", opinan, "tiene que haber m¨¢s instalaciones y m¨¢s t¨¦cnicos para los ni?os".
Los dos tienen que mantener su rendimiento para conservar -o mejorar- sus becas. Y no les parece mal. "Es un reto", dicen tranquilos. En ADO est¨¢n representados Radiotelevisi¨®n Espa?ola, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol y el Consejo Superior de Deportes. Esta asociaci¨®n invierte 1.700 millones anuales en los deportistas espa?oles, para asegurarles buenos resultados en las Olimpiadas. Y les exige mucho. A cambio, dinero, m¨¦dicos, fisioterapeutas, psic¨®logos, viajes... lo que haga falta en su camino a la gloria.
Termina la conferencia, y despu¨¦s llegan los aplausos, la tormenta de los cazadores de aut¨®grafos, la insistencia de los que quieren hacerse fotos con los campeones. Jes¨²s sonr¨ªe incansable. Mientras, en un aparte, Gervasio se frota los ojos suavemente. "Qu¨¦ noche", dice bajito. A Jes¨²s no se le nota ning¨²n efecto secundario. Pero acaba de comprometerse p¨²blicamente a venir a M¨¢laga para la pr¨®xima feria. Ya sabr¨¢ lo que es bueno.
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