Una exposici¨®n recorre la memoria visual espa?ola a trav¨¦s de 120 im¨¢genes

Ayer, jueves, se inaugur¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid la exposici¨®n 150 a?os de la fotograf¨ªa en Espa?a, un amplio recorrido desde sus comienzos, a mediados del siglo XIX, hasta las obras de los j¨®venes que se dieron a conocer en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo que ahora acaba. La muestra, seleccionada por el historiador de la fotograf¨ªa Publio L¨®pez Mond¨¦jar, re¨²ne un total de 120 obras de los m¨¢s relevantes fot¨®grafos espa?oles y engloba las muy diversas tendencias de dicho arte: desde los primeros daguerrotipos al reporterismo o la abstracci¨®n.

La exposici¨®n se inicia con el primer daguerrotipo conocido en Espa?a, realizado en Barcelona en 1839, y llega hasta la nov¨ªsima fotograf¨ªa de los a?os noventa del presente siglo. El criterio seguido para la selecci¨®n de las obras busca m¨¢s el informar sobre el contexto social, pol¨ªtico y cultural de Espa?a a lo largo de los 150 a?os de arte fotogr¨¢fico que el realizar una muestra desde coordenadas exclusivamente est¨¦ticas.La exposici¨®n, con una evidente vocaci¨®n did¨¢ctica, se presenta subdividida en tres grandes apartados. El primero de ellos corresponde cronol¨®gicamente a la segunda mitad del siglo XIX, es decir, al nacimiento y evoluci¨®n de la fotograf¨ªa. En ¨¦l se incluyen daguerrotipos y calotipos de los pioneros del nuevo arte: Clifford, Lorich¨®n, Mart¨ªnez S¨¢nchez y Eusebio Juli¨¢, entre otros. Sus obras tienden mayoritariamente al retrato o al paisajismo pues lo prioritario es conseguir dominar la incipiente t¨¦cnica.

El segundo apartado centra su atenci¨®n desde el comienzo del siglo, 1900, hasta el final de la guerra civil. Cuarenta a?os en los que la fotograf¨ªa alcanza su mayor¨ªa de edad y accede brillantemente al reporterismo, al documento hist¨®rico, informativo y antropol¨®gico. El desarrollo t¨¦cnico, las nuevas c¨¢maras y el soporte de los medios de comunicaci¨®n impresos permiten potenciar su funci¨®n testimonial. En la muestra se deja cumplida constancia de las nuevas corrientes fotogr¨¢ficas, desde el pictorialismo a la fotograf¨ªa popular. En este apartado surgen nombres esenciales como los de Ort¨ªz-Echag¨¹e, V. Gombau, Jos¨¦ Tinoco, Rodrigo, Audouard, Alfonso, Centelles o D¨ªaz Casariego, entre otros muchos.

Aporte documental

La fotograf¨ªa se convierte de este modo en un elemento indispensable para las ciencias sociales y, muy especialmente, para la historia. El estudio y comprensi¨®n de la guerra de Marruecos, de las elecciones de la II Rep¨²blica y, naturalmente, de la guerra civil espa?ola, por ejemplo, ya no son posibles sin el aporte documental fotogr¨¢fico. La exposici¨®n as¨ª lo reconoce y dedica una amplia selecci¨®n de obras al periodo de 1936 a 1939.

El tercero y ¨²ltimo de los grandes apartados abarca desde 1940 a nuestros d¨ªas, es decir, desde el primer franquismo hasta el fin de siglo. La fotograf¨ªa comparte su car¨¢cter testimonial con un nuevo y poderoso medio visual de comunicaci¨®n, la televisi¨®n, lo que estimula la creatividad y experimentaci¨®n de los profesionales. Las peculiares caracter¨ªsticas del r¨¦gimen pol¨ªtico espa?ol acent¨²an las innovaciones conceptuales. Surge as¨ª, desde el magisterio de nombres como los de Nicol¨¢s Muller o Catal¨¢ Roca, una serie de j¨®venes fot¨®grafos que dan una nueva visi¨®n de la Espa?a franquista. Es el tiempo de grupos como AFAL, del nuevo retratismo, de un fotoperiodismo que buscaba preferentemente la desmitificaci¨®n de la Espa?a oficial y oficialista, en definitiva, de una aproximaci¨®n a las escuelas e individualidades que en el resto del mundo desarrollado marcaban la pauta.

Nombres como los de Ram¨®n Masats, Xavier Miserachs, Alberto Schommer, Gabriel Cuallad¨®, Paco Onta?¨®n, Ricardo Terr¨¦, Oriol Maspons o P¨¦rez Siquier toman el relevo en la larga marcha de la fotograf¨ªa espa?ola.

A ellos se les sumar¨¢n en los a?os ochenta profesionales como Cristina Garc¨ªa Rodero, Koldo Chamorro, los hermanos Vallhonrat, Jordi Socias, Carlos Garc¨ªa Andr¨¦s, Campano, Toni Catany, el reciente premio Nacional de Fotograf¨ªa, Garc¨ªa Alix, o Chema Madoz. El arte fotogr¨¢fico demuestra sus enormes posibilidades y su diversidad de estilos en un fin de siglo en el que la cultura audiovisual se ha hecho due?a y se?ora de lo establecido. Sectores como la publicidad, o las nuevas tecnolog¨ªas, han divulgado hasta el infinito la funcionalidad de la imagen, al mismo tiempo que los ciclos hist¨®ricos han condicionado ya la recuperaci¨®n de movimientos e individualidades relegados al olvido en los tiempos en los que la excesiva certeza imped¨ªa valorar en su justa medida su calidad y sensibilidad. Quiz¨¢ el ejemplo m¨¢s significativo en este sentido sea el de la recuperaci¨®n de la obra de Ort¨ªz-Echag¨¹e.

La exposici¨®n 150 a?os de la fotograf¨ªa en Espa?a, patrocinada por Lunwerg Editores y que se clausurar¨¢ el 9 de enero del a?o 2000, es, pues, una excelente muestra de la memoria visual de un pa¨ªs, realizada con un criterio amplio y flexible en el que la cr¨®nica y el testimonio comparten lugar y honores con la experimentaci¨®n formal.